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domingo, 6 de julio de 2025

Cómo hablamos cuando hablamos

 


Escribo esta columna, sin ánimo de suscitar polémica alguna. Simplemente deseo tratar este tema porque cada día somos menos correctos o ¿diferentes? Hay quienes usan las palabras con total falta de sensibilidad, otros escriben con mal gusto y algunos más, con salvajismo.  

 En este mundo regido por la inmediatez y lo acelerado de la vida, pareciera que la ortografía y la sintaxis han dejado de tener importancia; entrelazan el lenguaje como si estuvieran entre las galaxias espirales con su evolución y consecuencias. Como resultado de todo ello, en las redes sociales escriben rápido, acortan las palabras, usando emojis como signos de puntuación rompiendo las reglas de la escritura. Desde luego, tampoco todo lo nuevo es incorrecto. Pareciera que, romper las reglas es un gesto estilístico, no una equivocación. Pero no hay tal, el buen uso del español con capacidad de elaborar un texto bien escrito habla de la personalidad.

Pocos días atrás, viralizaron dos noticias. Una denunciando el maltrato animal, diciendo: “asesinaron un perro” que apareció muerto en una cuneta. Inmediatamente surgieron virulentos comentarios de varios opinadores por la agresividad frente al deplorable hecho. El vocablo sacrificar”, se usa para las diversas acciones humanas que causan la muerte de animales. Y asesinato es la muerte de un ser humano a manos de otro. Días después, apareció otra noticia, dando a conocer el abandono de un bebé, junto a un contenedor, sin ocasionar comentario alguno.  

Nunca antes habíamos escrito tanto ni para tantas personas. Las redes sociales han hecho del lenguaje escrito una herramienta de uso masivo, inmediata y cotidiana. Pero esa escritura que degrada el bello idioma español no se parece en nada a la lengua romance del grupo ibérico, reconocida como idioma oficial por la ONU, ignorando que es el segundo idioma más hablado del mundo, sólo por detrás del chino mandarín. De allí que, la flexibilidad del lenguaje digital permite jugar con él. Acortamientos, neologismos, memes, abreviaciones o emojis, convertidos en recursos expresivos. ¿Significa eso que todo vale? La tecnología puede ayudar, pero solo si se combina con criterio lingüístico. La escritura que se emplea a través de las redes sociales cada vez se aleja más del correcto uso ortográfico. Es habitual ver textos en los que escriben sin signos de puntuación para entender la lectura o el uso de la “be” y “uve” de manera equivocada. El lenguaje es mucho más que decir algo. Es aquello que permite comunicar una idea, transmitir un pensamiento referido a algo o alguien. En definitiva, es poner en palabras aquello que se piensa

Digamos que, el lenguaje digital no es un enemigo de la corrección. Señalemos que es un reflejo de cómo evolucionamos al comunicarnos en nuevos entornos. Solo que, hay que usarlo bien, en cada idioma, para definir, entre simplemente informar y realmente conectar. En realidad, la introducción de nuevas formas del lenguaje en las redes sociales ha cambiado nuestra forma de expresarnos. No es lo mismo enumerar palabras en un mensaje virtual, que estar en el ritmo conversacional. En redes sociales utilizan términos que a veces no tienen sentido alguno.  Por lo que bajo el argumento: “me sacaron de contexto” eluden sus errores.  Con ese sentido, escribimos como hablamos, surgiendo entonces, el léxico rápido y fácil; sintetizando: «toy bien», «holi». Abreviando palabras, “q” o incluso “k”; “porque” que queda como: “pq” o “pk”; “también”, que queda “tmb”; “verdad” que queda “vdd”, etc. Otro tipo de abreviación es de una frase que se reduce a unas cuantas letras, siendo el ejemplo más claro “te quiero mucho” que ya casi todo mundo usa como “tqm”. En lenguaje familiar y amistoso, “no te creas”, que queda “ntc”. Además, escriben todo con mayúsculas para enfatizar emociones y, en ocasiones escriben signos multiplicados, como: (!!!) (???). Lo cual no es un descuido, sino el uso generalizado, sin equilibrio ni coherencia lingüística.

Concluyendo, digamos que el lenguaje en los medios de internet degrada, deforma nuestro idioma, totalmente distinto a la lengua castellana para reducir la información, perdiendo el núcleo del mensaje; sin mucho sentido y casi en tono de telegrama.  En las redes sociales vemos términos y palabras abreviadas que reflejan poco empeño por la conservación de las reglas o simplemente por la pereza por escribir en forma correcta.

Civilidad: No estamos enriquecido nuestro vocabulario. La realidad es otra. La rapidez en los mensajes escritos, deforma el lenguaje con errores gramaticales y ortográficos con incoherencia textual.

 


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