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sábado, 27 de junio de 2020

Lo pasado, pasado

Todas las ciudades del mundo tienen su encanto. La ciudad de “pardos campanarios” tiene el suyo. A lo largo y ancho de la geografía colombiana, se destacó sobre las demás. Después de muchos años, la Popayán de las grandes epopeyas, hoy, pareciera como si bebiese gotas amargas. Todo lo ya vivido está olvidado, todo lo conseguido ya perdido, todo lo bien amada, ya no es amado. Bendita y, noble ciudad, cuya historia está repleta de amargas lecciones de graves disturbios que ocurren en parte por nuestra indecisión.   

Este país de costumbres y vocación conservadora, sustraído de las corrientes renovadoras de la política y el pensamiento y, además, replegado en lo vernáculo de sus tradiciones regionales sin diálogo, la irreverencia es una de las actitudes más escasas y de menor valoración a la hora de pensar la historia colombiana. Esta condición hace que, en Popayán, el efecto de lo sarcástico no sea tomado siempre de la mejor manera ni comprendido a cabalidad, sobre todo si tenemos en cuenta que tampoco la actitud crítica ha sido fomentada por una sociedad orgullosa del legado peninsular colonial, por lo que ha preferido históricamente cultivar siempre la apariencia de una imagen, a cambio de preocuparse por construir un sentido de realidad que asuma con criterio la razón de sus complejos y la verdad de sus conflictos. No obstante, en la Popayán letrada de “piedra pensativa”, la obra poética de Valencia plasmada en el lienzo de Martínez, ha mantenido su aprecio ligado esencialmente al carácter constitutivo del pasado; ello como orgullo e ingenio intelectual y no como juicio social.
Me pongo en el vértice para analizar la tradición como norma de conducta en la capacidad de pertenencia de mi ciudad y, su innovación como imaginación creadora de los dirigentes ocasionales de Popayán.
 Vivimos el presente de lo ya pasado. Carlos Fuente dice: “que el pasado está escrito en la memoria y el futuro está presente en el deseo”. Resistirse a negar la realidad por acciones del pasado es la causante del infortunio presente. No se trata de renunciar al pasado, sino evitar que se convierta en una atadura, un lastre, que nos polariza y estorba para disfrutar del presente. Acudamos a él a través del recuerdo. Pero de allí a sentir la necesidad de vivir del pasado es un camino poco recomendable para el desarrollo de la “ciudad de los muros recios”.
El momento presente, “la era del conocimiento” nos obliga a mirar la concepción antigua de la historia que abarcaba al universo y al hombre como un todo, para encontrar que con algunas variantes prevalece en la época moderna, por cuanto la historia es oratoria y didáctica. Por ahora, detengámonos a señalar que el legado, puede ser comprendido mejor a la luz de la actitud moderna que despierta a una conciencia crítica en Colombia, y que toma lo ocurrente como arma contra la crisis, frente a las respuestas incompletas de la historia.

Cuando Popayán conmemoró cien años de independencia, también se creó una polémica entre las ciudades desmembradas del antiguo Cauca grande por el establecimiento de los “verdaderos” lugares de memoria de la nacionalidad. La ciudad de Belalcázar como las elites la denominaban, rescataron los héroes patriotas de la región con el objetivo de establecer en el siglo XX una hegemonía histórica frente a las rivales Pasto y Cali. Esto dio pie para pensar que la intrincada identidad nacional durante el siglo XIX y parte del XX, no fue apenas un proceso dado de arriba hacia abajo con la intención de favorecer las ideologías o los intereses de una elite supuestamente homogénea en detrimento de las capas sociales menos favorecidas. La celebración del Centenario en Popayán ayudó a entender el proceso de identidad nacional operando también entre elites, en un sentido horizontal como una lucha entre la misma clase por hacer prevalecer sus intereses y no necesariamente entre clases diferentes. Había entonces, una memoria ‘dividida’, no sólo entre una memoria ‘oficial’ y otra ‘comunitaria’, organizadas por campos políticos e instituciones opuestas. La identidad surge no tanto de la plenitud de la identidad que ya está dentro de nosotros como ciudadanos, sino por otra parte que es “llenada” a partir de lo que es visto por los otros.  Es lo que las elites payanesas hicieron al completar cien años de independencia: redefinir su identidad en el contexto del antiguo Estado Soberano del Cauca: “una cultura nacional es un discurso, un modo de construir sentidos que influye y organiza tanto nuestras acciones como la concepción que tenemos de nosotros mismos”.
Al hablar de Popayán, podemos constatar la forma como la sociedad ha ido entretejiendo su identidad en relación con las ciudades vecinas y la forma como ha ido desapareciendo una aristocracia de rancios abolengos.

De allí que, considero oportuna la apreciación del Dr. Temístocles Ortega, de sumarse a un debate serio sobre los temas de la ciudad, no sobre la base de falacias, pues no ha propuesto retirar el óleo del Maestro Martínez del Paraninfo, como algunos no se sabe con qué interés lo dicen. Ha dicho: “sumémonos a un debate que el mundo ha planteado”. Y, claro esa es parte de su papel como vocero y orientador de la ciudad y el departamento. Hay que decirlo, así lo ha hecho siempre, pues desde que inició su vida política se le ha reconocido como un hombre de ideas, de pensamiento contemporáneo, de visión crítica y futurista sobre las políticas y acciones del Estado en temas de igualdad, de equidad, de ejercicio de derechos, de democracia real, de participación en los cuales nuestra sociedad tiene tantas falencias y retrasos. Hay que decir también, que estas posiciones del Senador Ortega han sido su constante desde sus tiempos de estudiante en el Colegio Ulloa y la Universidad del Cauca, en donde fue un reconocido dirigente estudiantil. Es testimonio de su coherencia y solidez ideológica y política.
El debate es un ejercicio de la democracia. En el desarrollo del pensamiento contemporáneo y Orteguista, puede ser entendido como la oscilación entre dos motivaciones básicas: la tendencia modernizadora y la identitaria. Lo modernizador es el énfasis en lo científico tecnológico, la imitación a países más desarrollados, el deseo de ponerse al día, la apertura al mundo, el desprecio por el vasallaje, el énfasis en el encuentro consigo mismo como cultura, el acento en la justicia y en la distribución. Lo identitario es el énfasis en la defensa de lo propio: cultura, etnia, economía, tierra, el aporte de su sabiduría profesional, su capacidad intelectual, el conocimiento práctico de la vida y principalmente el gran sentido de pertenencia de la ciudad, por ser “su propia tierra”

En estas horas de tribulación y destierro, sin olvidar la procelosa historia de la monacal y pasible Popayán, debe servir para conjurar las esperanzas y los miedos centenarios, en la imperiosa necesidad de permanecer unidos. Plausible toda controversia en la medida en que un rico intercambio de ideas se preste para diferenciar a unos de otros a partir de ideas concretas. Todo ello, contribuye a la relación consciente y libre del hombre frente al fenómeno sociológico en que nos desenvolvemos.
Muchas son las frases que han exclamado bajo el embrujo que desprende la “ciudad lejana, perdida en la aventura de algún sueño heroico”. Más, si supiéramos enfrentar las opiniones discutidas con caballerosidad, honraríamos a la “Ciudad noble y culta”; contrario, a las destructivas que conturban el ambiente con ataques personales que no suman al análisis.
Civilidad: Las experiencias vividas permiten mejorar nuestra condición de seres humanos.








sábado, 20 de junio de 2020

Puro cuento chino (2a parte)


¿Hacia dónde ponemos la mirada, hacia el oriente u occidente? Esta alucinación de irrealidad, es debida a que por primera vez nos está ocurriendo algo real. Es decir, nos está sucediendo a todos juntos y al mismo tiempo. Situación que aprovechan mentes enfermizas que ven signos de conspiración de los gobiernos y entre dos grandes escenarios mundiales, bien sea, catastróficas o el desplome de una bolsa de valores. Con el contagio del covid-19, siempre habrá quienes traten de sacarle tajada a cualquier asunto. En este planeta tierra, hasta la caída de la hoja de un árbol beneficia a algunos y perjudica a otros.
Casi todos caemos en esas tergiversaciones que deforman la verdad hasta hacerla irreconocible, transformándola en otra cosa. Las redes sociales son un patético juego de teléfono roto que termina siendo válido, según como cada quien lo entienda, sin importar si es algo cercano a la verdad o no. Hoy hace carrera el concepto de que hay muchas verdades. Donde cada uno puede tener la suya, como aquellos que sostienen que la tierra es plana o que Dios no existe. El Coronavirus no es nuevo, es una nueva cepa, capaz de infectar y matar a humanos.En los últimos 20 años, el mundo ha esquivado virus como: SARS, MERS, ébola, gripe aviar, gripe porcina y el Covid-19, que según parece no será la última pandemia a la que nos enfrentaremos. Estamos ante la amenaza de una extinción humana y la gente ni siquiera lo sabe. Hay que investigar más de cerca su proveniencia y, quienes están detrás de todo esto.
 
El conflicto estalló a través de teorías de conspiración y declaraciones polémicas. Un tira y afloja que, advierten los expertos, es muy peligroso para todos. El escalamiento verbal entre dos potencias mundiales, aumenta a medida que el “nuevo” virus, detectado por primera vez en la ciudad china de Wuhan (centro), devasta las economías del planeta.  Que un demente chino, el que supuestamente culpa a otros actores por el avance del virus; que, fue la "incompetencia de China y no otra cosa lo que provocó esta matanza mundial". Se acusa a China de ser responsable de la matanza mundial por su inútil control del covid-19. Coronavirus, producto de la cría y el consumo de animales silvestres. O que también, "podría haber sido el ejército estadounidense quien introdujo la epidemia a Wuhan", manifestó Zhao Lijian, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, el 12 de marzo. Acusaciones mutuas van y vienen, al por mayor sobre el origen de la enfermedad que exacerbó las disputas entre dos gigantes: Estados Unidos y China.
Lo cierto es que, estamos ante una “guerra fría” a causa de la pandemia que impulsó una cuarentena social, obligatoria y preventiva en gran parte del mundo. El capítulo de este enfrentamiento está relacionado con una denuncia que, por ahora, solo tiene cruces mediáticos, pero que promete escalar en la tensión entre ambas potencias mundiales.  Este cuento, pensado para contar una historia real, incluida, la moraleja porque en vez de culparnos a nosotros mismos, buscamos la culpa en otros.
En este cuento chino no podemos desconocer a los “visitantes” encarnados en humanos, exhibiendo impresionante tecnología, pretendiendo ofrecer una forma de vida más avanzada y civilizada. Los Aliados de la Humanidad “…presentan una asombrosa nueva revelación sobre la Intervención extraterrestre encubierta y sobre cómo esta se está aprovechando del conflicto humano, de la discordia religiosa y del colapso medioambiental para causar más separación y controlar a la familia humana dividida…” Ellos suponen una seria recomendación de precaución, no hay en ellos incitación al miedo o al catastrofismo. En su lugar, ofrecen una esperanza extraordinaria ante lo que es ahora una situación extremadamente difícil y peligrosa. Su intención manifiesta, no es preservar y fortalecer la libertad humana, al contrario, es algo así como catalizar una respuesta personal y colectiva frente a la intervención extraterrestre.
Existen ciertas afirmaciones muy serias, incluso alarmantes acerca de la creciente intervención e integración extraterrestre en la raza humana, así como sobre sus actividades y planes ocultos. Es muy temprano todavía para que dejen ver una evidencia sólida sobre la realidad de la visitación extraterrestre a nuestro mundo, pero es algo que está ya bien documentado en muchos buenos libros y revistas de investigación sobre el tema. Se describen como seres físicos de otros mundos que se han reunido en nuestro sistema solar, cerca de la Tierra, con el propósito de observar las comunicaciones y actividades de aquellas razas extraterrestres que están aquí en nuestro mundo interfiriendo en los asuntos humanos. Ellos enfatizan que no están físicamente presentes en el mundo y que están proveyendo la sabiduría necesaria, tecnología e interferencia. Su propósito es advertirnos de los riesgos de emerger a una Comunidad Mayor de vida inteligente para ayudarnos a cruzar con éxito este gran umbral, de manera que la libertad, la soberanía y la autodeterminación humanas puedan preservarse.
No estamos solos en el Universo. Una Comunidad Superior, existe. Están aquí para aconsejarnos sobre la necesidad que tiene la humanidad de establecer sus propias “Reglas de Interacción” durante este momento sin precedentes. Según los Aliados, si somos sabios y estamos unidos y preparados seremos capaces de tomar el lugar que nos corresponde en la Comunidad Mayor como una raza libre y madura.
Razón tiene mi amigo Carlocho, cuando afirma que vamos hacia la ‘ciudad inteligente’ buscando mejorar la calidad de vida, utilizando tecnologías avanzadas como ‘internet de las cosas’, sistemas fiscales cibernéticos y otras tecnologías como la inteligencia artificial. Las ‘ciudades inteligentes’ son la virtualización de las personas. No es invención, ni puro cuento chino. Ya estamos ´virtualizando´ todo, absolutamente todo. Solo que no han querido demostrar lo fundamental para asegurar el futuro mismo de nuestra especie, no solo despertándonos a los profundos desafíos de una invasión alienígena silenciosa, sino también alumbrando un movimiento de resistencia y empoderamiento sin precedentes. Hoy por hoy, estamos controlados; la clave del dominio global está en la activación de las redes. Así que encarcelados como estamos, es más fácil para ellos, culminar la agenda mundial sin interferencias. Están acercándose al plan perfecto. Cuándo digan que el virus era una vil mentira, es porque la humanidad ya está virtualizada.
El coronavirus no es más que una fábula china para enriquecerse vendiendo falsas vacunas, crear pánico mundial y hasta provocar una crisis económica planetaria que supuestamente destruiría a sus competidores, dejando a la China como la única potencia sobre la faz de la Tierra.
El mundo después de COVID-19 se definirá por las acciones que tomemos hoy, adoptando una perspectiva optimista. La pandemia nos ha enseñado una importante lección sobre nosotros mismos como comunidad humana: estamos interconectados y somos interdependientes los unos de los otros en formas en las que nunca nos habíamos imaginado. Vivir estos tiempos inusuales y difíciles invita a una seria reflexión sobre cuestiones importantes y existenciales. Todos nos estamos haciendo las mismas preguntas fundamentales: ¿cómo superaremos esto y cómo será el mundo después de COVID-19?
Quedan muchas preguntas, entre tantas: ¿esta pandemia traerá más muertes por la crisis económica que ya se vive y la catástrofe mundial ocasionada por la propia virosis? ¿Va a ser el germen de un conflicto? ¿Es posible que China haya inmovilizado su economía para vender vacunas o alcanzar un incierto triunfo geoestratégico? ¿Se desplomarán todas las economías?  ¿Veremos más seres queridos morir? ¿cómo acabará esto? ¿Cuándo va a terminar?
Las democracias retroceden, se hunde el comercio, se dispara el desempleo, no encuentran una vacuna, no hay un entendimiento común sobre la situación actual.





sábado, 13 de junio de 2020

Puro cuento chino (1ª parte)


Empezaba el mes de la alegría de 2019, cuando, recibí la invitación para viajar a la “Sucursal del Cielo”. Carlocho, así apodamos a mi viejo amigo, quien ostenta el título de ingeniero de sistemas y, quería comprar lo último en “guarachas”. Deseaba una Tablet electrónica para estar “in”, irremediablemente a la moda. Obsesionado para comunicarse desde ella con cualquier lugar del mundo. Anhelaba un dispositivo con pantalla de 10”, con las características tecnológicas que suponía saber.  Madrugados salimos hacia la Sultana del Valle, para conseguir el aparato, pero eso sí, que fuera: “made in usa”.Ante la necedad de Carlocho, dedicamos todo el día a recorrer todos los almacenes; no hubo local de “San Andresito” que no visitáramos sin hallar su antojo electrónico. Por último, nos recomendaron un exclusivo almacén de aparatos de marca con el sello inconfundible de la manzana mordida. La leyenda dice que la manzana mordida es el homenaje de Steve Jobs a Alan Turing (1912-1954), el matemático británico que logró descifrar el código secreto de los nazis y cuyo papel en la Segunda Guerra Mundial fue clave para salvar millones de vidas.¡Esta es! Exclamó Carloncho tan pronto la reconoció, revisó y maniobró. Vi su cara de felicidad al poder cumplir su anhelo.
Al caer la tarde, nos transportamos por el túnel del tiempo para retornar al pueblito viejo. Queríamos llegar al amado pueblo de fachadas blancas, dónde hasta la muerte llega tardíamente. Al apergaminado lugar de casas solariegas; que antiguos visitantes cruzaron el océano Atlántico con destino al recién descubierto nuevo mundo, enriqueciéndolo con su lengua y contribuyendo a la consolidación de su fisonomía actual.
Emprendimos el largo viacrucis. En ese tedioso sube y baja, atravesando cordilleras y ríos. Carloncho al frente del timón guiaba su vehículo. Ese día no estábamos de suerte, había mucho tráfico. Más que de costumbre; era desesperante la hilera de carros pesados. Difícil porque no faltan, siempre hay trancones que no permite que rinda el avanzar.  En ese fastidioso viajar, volvimos a retomar el tema del rebuscado y costoso aparatico. Desde luego, con todos los detalles respecto al icónico logotipo; historias en las que entre la realidad y la leyenda se entremezclen sin que esté muy claro realmente su origen. En mi disposición de copiloto, saqué del empaque, la tan codiciada Tablet y, cual sería mi sorpresa cuando descubrí inscrita en letra menuda la frase: “made in China”.- “Como así”, gritó el asombrado Carloncho-. Frenó en seco el carro para fijar su mirada en el dispositivo electrónico, comprobando que efectivamente había sido fabricado en China. De inmediato, para tranquilizarse un poco argumentó – “pero, no me tumbaron”-, y, agregó: “la mayoría de artículos electrónicos son hechos en China; pero si te fijas bien, tienen licencia norteamericana”.Y siguió consolándose, diciéndome: “Pero, esta fuerte presencia en todo lo que nos rodea no ha sido por casualidad, sino el fruto de más de dos décadas de políticas orientadas a fabricar grandes cantidades de productos de todo tipo, para exportarlos a cualquier rincón del mundo”. Entonces, dije para mis adentros, -"mal de muchosconsuelo de tontos”-. Y, solo atiné a responderle: ¡estamos jodidos, China nos tiene invadidos comercialmente!
Enfrascados en esa bizantina discusión recordamos los tiempos mozos en que la mayoría de los productos en electrónica eran fabricados en Japón y que, por su increíble finura, eran símbolo de calidad. Hoy, no encontramos casi nada fabricado en ese país. Concluyendo que, como industria, simplemente desapareció.Entonces, surgió la palabra “Conchinchina”, que era ese lugar, que nunca supimos si era real o imaginario, al que nuestras madres se referían cuando querían hablar de algo que estaba realmente en la lejanía. Pero, la República Popular China no es lejana. China, queda a la vuelta de la esquina en este mundo hiperconectado en que vivimos. En el Extremo Oriente o Asia Oriental, región que fue la cuna de civilizaciones antiguas como el imperio chino. Fue tanta la charlatanería de aquel día con Carlocho, que me di a la tarea de buscar lecturas del maestro de Feng Shui. Imbuido en el tema, llegué a conocer cada uno de los signos del zodiaco chino. Escudriñé, la suerte que depende en gran medida de las posiciones del Tai Sui; la estrella que preside sobre cada quien y, que está opuesta a Júpiter. Deduje que, en efecto, el mundo se encuentra en plena transformación. Hay tantos cambios que afectan radicalmente a las sociedades actuales en todos sus ámbitos, incluso en el de la vida personal de los terrícolas, cuestionando las que se consideraban una suerte de premisas de la condición humana -esto es, sus capacidades físicas y mentales-, a través de las innovaciones que se generan, sobre todo desde la genética y la inteligencia artificial.  En suma, el mundo se mueve de acuerdo con otras claves presentando desafíos, oportunidades y problemas, en relación con los cuales no hay todavía un libreto que señale cómo debemos actuar, siendo el plano ético el que tal vez presenta mayores conflictos.Como complemento a este artículo, relataré lo leído sobre lo que significa el Año de la Rata, coincidente con los hechos actuales. En el horóscopo chino, la Rata aparece cada doce años: 1912, 1924, 1936, 1948, 1960, 1972, 1984, 1996, 2008, 2020. De acuerdo con las lecturas de feng shui, los destinos al este de China, como Taiwán, el centro de Japón y la costa oeste de Estados Unidos, se ven eclipsados por una gran estrella de la enfermedad en el  año 2020. Significando que es más propenso a que sea provocado por el hombre y que haya desastres naturales.
Continuará…



sábado, 6 de junio de 2020

Carta abierta al señor Presidente Iván Duque



Escribo estas líneas con el debido respeto, porque en mi niñez, mis padres y desde los pupitres de la escuela pública me inculcaron eso de: "respetar a los mayores en edaddignidad y gobierno”. Ojalá, que en árabe significa: “Dios quiera” y, permita, que, en medio tantas ocupaciones, lleguen a sus manos.

 Nadie me ha preguntado, y poco interesa; pero como buen ciudadano y con sentido patriótico, voté en las elecciones presidenciales por usted. Lo hice a conciencia, porque votar es un deber ciudadano. Porque todos tenemos la responsabilidad de participar en la vida pública. Y desde luego, porque de la calidad de nuestras decisiones en las urnas, depende en gran medida, el bienestar de todos los colombianos.

El siete de agosto próximo, cumplirá dos años de su cuatrienio, en los que no han faltado las complicaciones y reveses, como la caída de la ley de financiamiento, que fue aprobada en diciembre de 2018 cuyo objetivo, según su Gobierno, era garantizar el funcionamiento de programas sociales, infraestructura, planes rurales y para implementar los acuerdos de paz.  Pero, ¡en un abrir y cerrar de ojos, todo cambió!

“Criticones compulsivos” con lente de aumento, faltando al respeto y a la dignidad del presidente, valiéndose de sus equivocaciones, han buscado réditos políticos, como una manera de eludir sus propias responsabilidades; desde luego, siempre en perjuicio de los demás. Algunas razones y otros motivos, son aprovechados por encuestadores, para difundir a conciencia o sin ella, que su gestión no ha tenido una buena aprobación.

Desde la distancia, en esta Colombia híperconectada, y ahora, desde el aislamiento, siempre he estado pendiente de su gobierno. Por ello, en atención a la dignidad y la alta responsabilidad del cargo que así lo exige, imploro al Todopoderoso ilumine su camino, pues anhelo un mejor país para mis hijos. Poniéndome en sus zapatos de gobernante, siento que no busca el aplauso fácil ni el populismo barato. 

Estoy enterado, que ha debido tomar medidas impopulares. Sígalas tomando señor Presidente si se justifican, y continúe explicándolas, porque a los colombianos de bien nos interesa. Además, porque el electorado y sus oposicionistas vigilan lo que hace y cómo lo hace.  No es fácil dirigir a Colombia, con una clase política que vive al margen de la ciudadanía, pero que están ahí, a un clic de distancia para exigir explicaciones constantes, criticando a todos los gobiernos y, por todo.

Señor Presidente Iván Duque. Las dos pesadas cargas: sanitaria y económica, afectan a gran parte de los colombianos: subida de impuestos; alzas en los servicios públicos, combustibles; recortes sociales y, salariales a funcionarios; desempleo, afectaciones a pensionados. Es sabido que, las “mesas de estudio” preparan una reforma laboral y que luego, vendrá la pensional. Pero, en cambio, sin “mesas técnicas”, otorgan ayudas al sector financiero; informan sobre beneficios a bancos, etc., razones suficientes que incitan a las revueltas. Paradójicamente, las iniciativas que buscan congelar y reducir el salario de los congresistas y altos funcionarios del Estado, se caen o se retiran. Se sabe de nueve tramites fallidos.
La notabilidad de la noticia de gran repercusión mediática de los últimos días, cuando usted, señor presidente, expresó: “Apoyemos, todos, esta medida. Protejamos a nuestros abuelitos. Protejámoslos con cariño, con afecto”, no cayó muy bien, no porque el vocablo “abuelitos” sea un término peyorativo. Sino porque sus órdenes, precisamente no se cumplen con estas nuevas criaturas, y porque, no siempre quien se envejece se deteriora.
Señor Presidente, podría escribir páginas densas aportando datos, citas y opiniones fundadas sobre la pésima atención que se brinda a las personas de la “tercera edad”. Abundan “viejitos” que carecen de ingresos, que sobreviven con el apoyo económico de sus familiares, muchos precarios y, que las ayudas económicas estatales solo cobijan a uno de cada cinco. Después de los sesenta años, más de la mitad de los colombianos tienen que trabajar por necesidad, informalmente y, en condiciones adversas de seguridad social.
Suele ser Señor Presidente, que la vejez es la que recibe menos atención, cuando las EPS no entregan ni oportuna ni de manera completa los medicamentos requeridos por la persona mayor; pues, no garantizan su entrega en un lapso no mayor a 48 horas en su residencia. Tampoco la infraestructura de las EPS dispone de ventanillas preferenciales que permita una atención ágil y eficiente para orientarlos y responderles de forma clara y veraz. Las leyes son letra muerta porque no se cumplen. Acá en Popayán, lo hacen con tono que varía de la conmiseración al franco desprecio.
Señor Presidente, aquí, ¡hasta la muerte nos llega tarde!, pues los fallecimientos por Covid-19, son pocos. En el concierto nacional, Popayán y el Cauca, están ubicados como los de mejor comportamiento en este sentido, lo que indica que hay una gestión que está dando resultados.
Abundan las peticiones, y el llamado a usted, si, a usted, señor Presidente Duque  para que, el Min salud nos apoye garantizando liquidez financiera a nuestros hospitales y clínicas, reconociendo los esfuerzos realizados por la Gobernación del Cauca, y la Alcaldía de Popayán para prestar servicios de salud en las mejores condiciones de calidad, oportunidad y eficiencia.
Señor Presidente Iván Duque, el Cauca constituye un crisol de todos los conflictos.  La violencia no cesa, se desvanece la paz por falta de recursos para inversión social, pues las restricciones presupuestales impiden satisfacer la totalidad de las demandas.

Señor Presidente, la diferencia entre el pasado, el presente y el futuro, es sólo la persistente y vieja ilusión de ver cumplido el sueño en este “mal siglo”, para que usted resucite del largo viacrucis dentro de las vías 4G, la ampliación de la carretera Panamericana, el tramo Popayán-Santander de Quilichao.

Termino, señor Presidente, valorando la trascendencia de este mensaje, para que, bajo su sombra y, como síntesis de su mandato, el Cauca, que ha sido uno de los departamentos con mayor historia en el país y Popayán, otrora altar de la patria, puedan sobreponerse en este vital periplo de la vida.

Dios guarde, a usted señor Presidente y a su familia