Acciones para reducir, reutilizar y reciclar
A través de la historia, hemos
considerado que el género humano es una especie distinta del resto del reino
animal. Y que el hombre, es el único animal que ríe, que raciocina, que piensa
y que usa herramientas. Que tiene las
funciones de pensar y hablar. Que conversa,
incluso que habla consigo mismo. A ese único animal que utiliza su cerebro para contestar. Preguntémosle:
- ¿Qué hacemos con todo aquello
que ya no nos sirve? -
¡Sencillo! Escuchar y
usar la inteligencia para separarlas y clasificarlas, promoviendo el compostaje, promover la
formalización, empoderamiento, capacitando a los recicladores. Educar a
los ciudadanos en la segregación de residuos. Al mismo tiempo, fomentar redes de economía
solidaria, alianzas entre grupos comunitarios, sociales y ciudadanos, valorizar
los residuos para darles una nueva vida.
Con el tema de las basuras nos dormimos, aunque
ellas tienen valor. Popayán tiene acciones tímidas para que sea la ciudadanía
la protagonista de las transformaciones, en donde el gobierno municipal esté al
servicio de la gente para darle solución a los regueros en la vía pública.
Ciertamente, el ser humano es un ser que razona.
No obstante, para la separación y reciclaje, son inciertas las condiciones técnicas, económicas
y operativas, debido a una combinación de
factores como: falta de interés y
conciencia, pereza o por el esfuerzo que representa y, falta de infraestructura
adecuada. Imitamos la cultura consumista, -"factor de contagio"-, del
comportamiento de otros, para generar grandes volúmenes de residuos. Claro, también
influye muchísimo la falta de educación en campañas que promuevan una gestión
responsable de los residuos.
Reciclar es hoy un imperativo ambiental, pues los residuos constituyen materia prima valiosa que puede ser vinculada a la cadena productiva. Se requiere un proceso masivo de reciclaje en la ciudad como un acto de conciencia para la separación en la fuente. Un cambio de cultura en el manejo de las basuras por parte de los ciudadanos para, reducir, reutilizar y reciclar minimizando la cantidad sobrantes, de manera responsable para que la basura no termine dispersa en las calles y espacios públicos generando pésima imagen y mal olor con un impacto devastador sobre la ciudad y el planeta, que podrá ser peor en el futuro.
Una de las
conclusiones del informe del Banco Mundial, es que pone en la mira la generación,
recolección y tratamiento de los residuos a nivel municipal como punto de
partida para luchar contra la contaminación de residuos sólidos. Ese estudio
determina que, en el mundo se generan anualmente 2040 millones de toneladas de
desechos sólidos municipales. Y proyecta que la rápida urbanización, el
crecimiento acelerado de la población y el desarrollo económico harán que la
cantidad de desechos a nivel mundial aumenten un 70% en los próximos 30 años si
no se toman medidas urgentes. Pero, no son solo las grandes urbes
norteamericanas, europeas o asiáticas las que podrían tener este nefasto devenir.
También son, los latinoamericanos, los colombianos y desde luego, quienes
vivimos en Popayán porque somos causantes de este problema; pues cada uno de los
habitantes generan casi un kilo de basura por día, que se tiran en el relleno sanitario llamado Parque Tecnológico y Ambiental
Los Picachos.
Una manera de neutralizar nuestra conciencia, es conocer
el impacto de tirar algo sin separarlo o tratarlo. La labor del reciclador es
clave. Qué tal el día en que ellos decidan no salir a trabajar. Pues,
convertiríamos a Popayán en un caos, bajo el remoquete: “La ciudad de la
basura”. El reciclador hace la labor de limpieza, que no debemos llamar basuras,
porque son residuos reutilizables como insumos para otros productos. Si se
recuperan, al relleno irán a parar menos residuos. La política en el manejo de
basuras, en los rellenos a cielo abierto cada vez más se alejan de las ciudades,
porque incumplen hasta las mínimas normas ambientales y técnicas hacia su
entorno.
Todos somos partícipes
del deterioro ambiental, en el entendido de que es un problema complejo porque involucra la
contaminación de aire, agua y suelo por la acumulación de residuos y, la
propagación de enfermedades. De allí que, valorizar los diferentes tipos de residuos, debe
ser una tendencia pujante de la economía circular en Popayán. Aportemos un “granito de arena”, para crear conciencia
ciudadana, sobre algo tan simple como coger dos bolsas para separar lo
aprovechable de lo contaminante y no reciclable. De paso, el reciclaje implicaría
reformular las tarifas de aseo. Apreciemos el trabajo puerta a puerta como subsistencia del
reciclador, para valorarlo, apoyarlo, sensibilizándonos frente a su labor para
que las basuras dejen de ser un problema en Popayán.
Civilidad: Cambio de
mentalidad desde el
hogar, la escuela y el trabajo para garantizar una ciudad más limpia: reduciendo, reutilizando
y reciclando.

No hay comentarios.:
Publicar un comentario