Allá donde se junta el cielo
con la tierra, al pie del majestuoso volcán del Puracé, quiso el gobernador J.
Octavio Guzmán G, hacer la rendición pública de cuentas ante a la comunidad de
Coconuco, vigencia 2024. Escogió esa población en medio de peñascos de la
cordillera, territorio de la etnia Páez, de Juan Tama, entre indígenas y,
mestizos. El gobernante, optó por esa próspera región donde se destaca la
agricultura, la explotación del azufre y la ganadería. Llegó rodeado de su
gabinete compuesto por los principales cargos, demostrando que han sido muy
bien escogidos, por el alto desempeño,
destacándose por lo que hacen; dispuestos a asumir
responsabilidades, demostrando que tienen iniciativa y que superan con creces
las expectativas del puesto que ostentan. Hablando de colaboradores, hay que reconocer que la imagen personal de
estos, está en sintonía con la impronta del mandatario.
Jorge
Octavio Guzmán Gutiérrez, gobernante, símbolo de los
campesinos, hijo del Macizo colombiano, ha sufrido el compromiso de corazón,
desde el primer día de su mandato, bajo el lema: “la fuerza del pueblo”. Ha
hecho avanzar al Cauca en su primer año de gobierno de manera por demás
satisfactoria; las cifras y las acciones no mienten. Sus motivaciones están en
las subregiones, con su prioridad, de trabajar por los sectores más
vulnerables, por la justicia y la igualdad.
En
esta reflexión, comienzo diciendo, para aquellos que votaron y no votaron por
el actual mandatario de los caucanos, que bien vale la pena analizar las realizaciones
de su primer año. Mi apreciación y opinión, es que el Dr.
Octavio es un buen gobernante, lo que me lleva a sacar estas conclusiones: tiene coherencia, en lo que piensa, dice y
hace; además, otras características como la honestidad integral, sin tacha,
pues no se trata de que se apropien de los dineros públicos que son sagrados,
ni que se abuse del poder que le fue entregado por los electores, si no, en no
permitir que sus subalternos lo hagan. Y es que, las
personas no solo deben parecer correctas y éticas, si no también parecerlo. Para
mí también, esta es otra connotación que acompaña a nuestro mandante regional. Presenciaron
el evento, entes de control: Procuraduría, Contraloría y Defensoría del Pueblo.
Es un buen gobernante, porque impulsa el desarrollo, dando continuidad a
programas de gobernantes anteriores, avanza culturalmente a su pueblo y genera
un mejor clima de confianza y convivencia. Buen gobernante, porque está más
allá de apetitos personales, de afán de poder y desde luego de la codicia. Da
oportunidad a todos por igual (negros, blancos, mestizos) aprecia el esfuerzo
de la gente y los recompensa. Respeta a sus adversarios y toma lo mejor de
ellos.
El,
como buen gobernante es justo, equitativo y se ocupa de todos por igual, dando preferencia
a los más necesitados. Hace más de lo que habla y lo hace bien. Piensa en todos
y asume responsabilidades por encima de cualquier circunstancia; toma
decisiones acertadas, trata de equivocarse lo menos posible, sabe consultar y
escuchar, no inventa, analiza las consecuencias para bien o para mal y piensa
antes de hablar. Excelente orador,
sereno, pausado que irradia confianza en sí mismo y
en su mensaje; es decir, se
nota que maneja el tema, que sabe de lo que habla, que está convencido. En fin, acertamos y, eso será una bendición de
progreso y bienestar para el Cauca.
En
su introducción a la rendición de cuentas, dijo… “la dignidad no se
posterga, por eso camino al lado del pueblo, sin miedo y sin barreras”. Continúo
diciendo, “la transformación se hace desde el mismo pueblo con el ejercicio
concertado. Se requiere para ello un Cauca más justo, con las entidades
articuladas con el mismo pueblo. Cerrando brechas desde todas las regiones,
recogiendo la sensibilidad desde todos los rincones” ...
El aumento de la violencia
en el Cauca se debe al despojo de la tierra, economías ilegales (narcotráfico)
y alianzas entre disidencias y la fuerza pública, en medio de niños afrontando
el combate. Por eso, manifiesta el gobernador, “…que el escalonamiento armado
no solo se termina con la fuerza pública, sino con mayor inversión de orden
nacional y departamental para no dejar apagar la luz de la esperanza por la paz”.
En próximas columnas, analizaré
pormenorizadamente las ejecuciones de las secretarias de la administración
departamental.
Civilidad: Un buen
gobernante depende de la selección, sin emociones, sin rumores ni publicidad
electoral.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario