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sábado, 11 de julio de 2020

Excelente noticia para Popayán





Muchas ciudades del mundo han dado la espalda a los vehículos automotores para proteger su patrimonio histórico. Popayán siendo una de las ciudades más tradicionales, una de las principales joyas arquitectónicas y religiosas de Colombia, ha ido perdiendo su diseño colonial. Pero, todavía se puede y se debe hacer mucho para cuidar lo que queda. Bienvenida la recuperación del PEMP, instrumento de planeación y gestión del Patrimonio Cultural, mediante el cual, el alcalde de Popayán podrá establecer las acciones necesarias con el objeto de garantizar la protección el Centro Histórico. Se abre la puerta para que Popayán adquiera su calidad, más ecológica, caminable, atractiva para vivir en ella y para los turistas. No es pues, menor el reto para el alcalde Juan Carlos López C. La ciudad de paredes blancas, por causa de la indisciplina social tiene un tráfico aterrador. Solamente hasta ahora, este alcalde que siente y ama a Popayán, ha decidido ejercer actos de gobierno, limitando el tráfico vehicular, permitiendo la peatonalización del Centro Histórico. La Popayán caótica de hoy, nunca fue pensada para el desmedido flujo vehicular.  Quitémonos de la cabeza, la ciudad con cuatro carriles de circulación y un par de aceras de tres metros de ancho. 
Sin duda, la medida funcionará bien y los ciudadanos la respetarán por amor a la ciudad. El Centro Histórico de la ciudad es un lugar en el que no es necesario usar el carro para moverse. De allí, el propósito de fomentar el uso del transporte alternativo. Recorrer cualquier sitio de la ciudad caminando, suena bien dentro de la ciudadanía. Desde luego, no será prohibiendo totalmente la circulación de automotores, y ojalá la medida fuera mediata. Es un viejo anhelo hacer la ciudad más peatonal. La propuesta es desincentivar el uso motorizado, peatonalizando algunas calles del centro y estableciendo carriles por donde se pueda caminar o ir en bicicleta de forma más ecológica y rápida al trabajo o moverse a los principales puntos de la ciudad. La idea es imitar, a otras grandes ciudades europeas, limitando el acceso a la zona céntrica. Ciertamente, en Popayán hay parqueaderos, pero son caros, malos y están ubicados dentro del centro histórico, aun así, solemos usarlos. Pero, a lo mejor, también es una tontería, porque a donde queremos llegar, perdemos más tiempo guardándolo en el parqueadero, que, andando a pie para arribar a nuestro destino.
Una caminata por las diferentes iglesias, museos y tiendas comerciales será un incentivo para nuestros visitantes sin que tengan que preocuparse por el peligro de los vehículos. El día sin carro, ha sido una buena medida para empezar a motivar a la gente sobre lo tranquila que puede llegar a ser una ciudad sin tráfico automotor.
Pero, a la hora de cometer actos de gobierno como este, se necesita valentía. Por eso, sin temeridad, sin prisa, pero a tiempo, señor alcalde, hay que deshipotecar el suelo, el aire y los ruidos de la ciudad. Sí, porque habrá comerciantes que creen que, si los clientes no pueden estacionar delante mismo del almacén o tienda, perderán sus ventas y, porque las vecindades del marco histórico creen que estancar por largas horas su vehículo en la calle es un derecho. Las calles del centro deben evolucionar para dejar de ser el más grande parqueadero de la ciudad, hasta convertirlas en lugares para la gente de a pie.
En los últimos años se deshumanizó la ciudad. Olvidaron revitalizarla o dinamizarla, pues, la satisfacción y autoestima de los ciudadanos es muy relevante. En Popayán, la humanización se detuvo, desde cuando imaginaron la ciudad con espacios para el automóvil, con calles y, avenidas más anchas; con duras y desarboladas plazoletas pavimentadas.
Civilidad: El patrimonio arquitectónico es parte invariable del origen y de la memoria física de Popayán.


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