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sábado, 13 de diciembre de 2025

El juego de aguinaldos

 


Los aguinaldos tienen su historia, pero como toda tradición se pierde. En la mitología de Popayán, ese conjunto de mitos cuando la ciudad, era un pueblo con su propia cultura, se desvaneció en la noche de los tiempos bellos. Esta costumbre, posiblemente perduró hasta muy cerca de la década de los 80. Tal como si fuera abolida y desterrada se fue desvaneciendo quedando solo las reminiscencias como si hubiese sido, definitivamente prohibida con todo rigor.

Las dinámicas sociales, cambiaron la genuina manifestación popular de jugar durante esta temporada a los aguinaldos y, que ahora se convirtieron en la interacción de dar y de recibir regalos de Santa Claus o Papá Noel. Reemplazaron las reuniones familiares por conexiones virtuales. Las redes sociales alteraron la forma en que las personas interactuaban durante las festividades.

En viejos tiempos, “Jugar a los aguinaldos”, era una costumbre muy singular, para apostar niños en edad escolar y aún más pequeños y, los adultos que esperaban estos días con gran ilusión aquella práctica de juegos alegres y de espíritu festivo durante las vísperas de las festividades navideñas.

Jugar al ´sí y no´ y ´hablar y no contestar´, era tan divertido, que llenaban los hogares con risas y camaradería, que ahora se ven eclipsadas por la comodidad de los dispositivos electrónicos. Por eso los niños de ahora tienen esa adicción que se caracteriza por una necesidad compulsiva de usar dispositivos, lo que lleva a comportamientos como ansiedad, irritabilidad, aislamiento. Como resultado de la modernidad, se perdieron esas tradiciones en los niños que antes corrían emocionados para enfrentarse cara a cara para participar de la diversión, sin complicaciones en los juegos de aguinaldos; ahora permanecen cabizbajos obsesionados con las conexiones digitales.

Recordemos, que estos juegos eran de concentración y, tenían como objetivo integrar a la familia de manera divertida en Navidad. Eran actividades más que simples juegos, pues, se convertían en hilos que tejían memorias y gran sentido de comunidad.  Pues, quien ganaba un punto, debía gritar: “mis aguinaldos”. Y se hacía merecedor de su regalo, quien más puntos tuviera durante el tiempo que acordaran jugar el aguinaldo.

“Hablar y no contestar”, era otro juego por demás simpático que se debía eludir cualquier pregunta o dialogo con el fin de evitar una conversación con el contrincante. Así que, el que contestara, perdía el aguinaldo.

 

Otro juego como un desafío para personas educadas, era el llamado: “con permiso me siento”.  Por lo que, se debía pedir permiso para sentarse y, perdía quien se sentara sin haber pedido permiso si sus competidores lo descubrían.

“El beso robado”, era un juego solo para parejas: hombre-mujer, desde luego cuando había respeto, confianza y un gusto recíproco. El juego estaba ligado al círculo de confianza.  Estando la otra persona completamente descuidada, se aprovechaba para darle un beso en la mejilla, la frente o la boca de acuerdo a la apuesta. De paso, así resultaban los amoríos.

Otro aguinaldo de pura concentración era, apostar: “al sí y el no”, cada persona debía de elegir una de las dos opciones para responder siempre, de esa manera ante cualquier pregunta que se le hiciera. El objetivo consistía en que, si la otra persona contestaba equivocando la respuesta, perdía. 

“Palito o pajita en boca”, este era uno de los juegos más populares. Se trataba de tener siempre algo en la boca: un chicle, un dulce, un palito o pajita, para que cuando alguno de los participantes dijera: “pajita en boca” el otro participante debería abril la boca y mostrar el contenido. De no cumplir con la exigencia, perdía.      

Tiempos hubo, en los que la gente de enantes, también seguían esta costumbre. A los 'millennials' hay que explicarles detenidamente lo que era el juego de aguinaldos, ya que, con seguridad, ni siquiera tienen el recuerdo perdido en un rincón de su infancia. A lo mejor les suena la palabra, como sinónimo de regalito en metálico de escasa cuantía entregado en Navidad, o porque ese vocablo o término aparece en la letra de algún villancico. Pero NO, el aguinaldo era otra cosa, era un entretenido juego afectuoso que se jugaba una vez al año. Era una tradición muy positiva porque ayudaba a que la familia compartiera y se uniera en esta época de amor. Incluso servía para el reencuentro de esas personas que sólo se ven en estas festividades.

Civilidad: Lástima desapareció esta tradición divertida y, solo quedó para la posteridad en la letra del villancico.

 

sábado, 6 de diciembre de 2025

Las Navidades no son iguales

 


El 7 de diciembre seguirá siendo el “día de las velitas” como vísperas de una festividad religiosa dedicada a la memoria y servicio de la Virgen María. Es una fecha que marca el inicio de las festividades navideñas. Pero, no todas las navidades son iguales. Ha cambiado mucho, no son iguales debido al relevo   generacional, que es la evolución gradual de una generación a otra. Es lógico porque afecta, comportamientos, actitudes, tradiciones, expectativas sociales, influencia de los medios y la forma en que cada generación vive la celebración. De todas formas, la percepción de que las navidades son diferentes puede deberse a la presión social por ser feliz en Navidad, que es un sentimiento común.

Sin embargo, es la corriente consumista, la que cada año trata de acercar más la Navidad con luces, anuncios de perfumes, juguetes, gente que se muestra muy feliz.   Aunque, realmente no estamos obligados a entrar en esa tendencia sociocultural de comprar bienes y servicios en exceso, más allá de las necesidades reales, impulsada por la publicidad y la creencia de la felicidad. Hay que tener en cuenta que existen muchos motivos y experiencias que difieren de las vivencias personales de cada persona, por lo que también, podemos sentir tristeza o rechazo a estas fiestas. Angustia por la ausencia de algún ser querido o porque está lejos de casa; porque toca trabajar o porque no tiene trabajo; por una enfermedad o simplemente, porque no comulgas con lo que nos quieren vender como “Navidad”. Claro, algo de esto es un problema, que, combinado con la presión social, nos puede sumir en un leve estado depresivo. Por eso, las navidades nunca serán iguales porque cada año trae circunstancias, experiencias y personas diferentes, y nuestras propias percepciones cambian a medida que envejecemos. Factores como la evolución de las tradiciones culturales, las expectativas sociales y las situaciones personales influyen en cómo se vive la festividad, haciendo que cada celebración sea única. La forma en que vemos la Navidad se altera con la edad, las experiencias y los cambios en nuestra vida. Lo que antes era felicidad infantil se transforma en una reflexión adulta, y los gastos reemplazan la ilusión de los regalos.  No todo el mundo vive la Navidad de la misma manera. Para algunas personas puede ser una época de alegría y celebración, mientras que para otras puede ser un periodo de tristeza, ansiedad o conflicto debido a diversas circunstancias de la vida. La presión por "aparentar felicidad" y las representaciones idealizadas en los medios pueden dificultar la experiencia individual de la Navidad y hacer que se sienta diferente a lo que "debería" ser.

En todo caso, las celebraciones navideñas en el mundo no son iguales y, reflejan diferencias con las tradiciones locales. Por lo que, es posible adaptar o dejar de lado ciertas tradiciones para crear experiencias más genuinas y significativas. Algunos ven los cambios como una pérdida,  otros la ven como una evolución. Las celebraciones adultas pueden carecer de la magia infantil, pero ganan en significado, de gratitud, conexión consciente con los seres queridos y la alegría de crear nuevas tradiciones. A medida que maduramos, la Navidad puede pasar de centrarse en los regalos a centrarse en el tiempo de calidad, la reflexión, la solidaridad o la simple paz y el descanso. 

Concluyendo, es totalmente cierto que cada Navidad es única y diferente a la anterior porque la vida misma es un proceso de cambio constante. Lo importante es aceptar la evolución, no hay más remedio. Valoremos los recuerdos del pasado sin dejar que eclipsen el presente, encontrar la alegría y significado en la forma en que se viven las fiestas ahora, creando nuevas tradiciones, disfrutando de las personas que están presentes hoy.

Civilidad: La Navidad es la oportunidad para reflexionar sobre lo que realmente importa, recordando, lo afortunados que somos, valorando lo que tenemos.

 

 

sábado, 29 de noviembre de 2025

Gregorio Eljach, hombre grato

 


“Hasta las banderas”, me valgo de esta expresión usada en arte de la tauromaquia y, acuñada por los reporteros taurinos para indicar de esta forma, que la plaza de toros estaba llena. Así mismo, vimos colmada, la fascinante y representativa aula máxima de la Universidad del Cauca, “el Paraninfo Francisco José de Caldas”. Allí se congregaron, familiares, amigos y miembros de la sociedad payanesa para acompañar al Dr. Juan Gregorio Eljach Pacheco en la imposición de la “Medalla Universidad del Cauca en la denominación de exalumno eminente”. Recibir esta medalla es un gran honor, porque es considerada como la más elevada “distinción que confiere la Universidad del Cauca a personas naturales y jurídicas, que estén o hayan estado vinculadas a la Institución como docentes, alumnos, exalumnos y funcionarios administrativos y, otros que, en nombre de ésta, hayan contribuido al desarrollo político, económico, cultural, técnico y científico de la sociedad”.

Bien merecida la tiene el Dr. Eljach Pacheco, graduado en la Universidad del Cauca en Popayán, con  especializaciones de gestión de entidades territoriales, derecho público, derecho constitucional y parlamentario y derecho urbano en la Universidad Externado de Colombia. Con maestría de gobierno municipal en la misma universidad. Y próximo a obtener un doctorado. ​ Sus títulos bien obtenidos, son testimonio de su perseverancia y pasión por las leyes.

El Dr. Eljach Pacheco, es un hombre grato y brillante en el arte de hablar con elocuencia. Goza de habilidades verbales como la modulación de la voz, pausas efectivas y un lenguaje claro, congruente, que deleita a la audiencia. Con la inspiración del óleo “Apoteosis de Popayán o Canto a Popayán” hizo su magistral exposición, manteniendo un ritmo constante para referirse a la Universidad del Cauca, diciendo: “gracias por abrirme las puertas y brindarme la oportunidad de avanzar en mi carrera profesional”. Y, señalando a los dos costados, mostró las firmas de Bolívar y Santander de ideas distintas, antagónicos debido a profundas diferencias políticas y de visión sobre el futuro de la Gran Colombia, manifestadas en visiones opuestas sobre el gobierno. Es un hombre grato porque evocó apartes de la cátedra de historia sobre las “dos fundaciones de la Universidad del Cauca”. Una cuando la fundó en 1827 Francisco de Paula Santander y, la otra, durante su nacionalización  mediante la Ley 65 de 1964, bajo la rectoría del Dr. Benjamín Iragorri Diez y el gobierno del Presidente Guillermo León Valencia. “De no haber sido así, no tendríamos Universidad” resaltó. Para quienes asistimos a ese evento, sentimos sus palabras cargadas de gratitud, moviéndonos las fibras más intensas del corazón porque ser "unicaucano" significa representar a la Universidad del Cauca con orgullo, con responsabilidad social y, conocimiento profesional para enaltecer su nombre.

Juan Gregorio Eljach Pacheco, es un hombre grato, porque la gratitud es la memoria del corazón. No olvidó el origen de su carrera política, que empezó como asesor técnico de Aurelio Iragorri Hormaza, quien siempre fue su mentor. Como servidor público, siempre ha sido guiado por sus valores de honestidad, respeto, compromiso, diligencia y justicia en pro del bienestar ciudadano. Gracias a ello, hizo tránsito por el congreso durante 30 años como secretario general de la Comisión Especial de Seguimiento. Y, entre 2012 al 2024 fue secretario general en el Senado de la República, hasta el momento en que asumió el alto cargo de la Procuraduría General de la Nación elegido por la mayoría (95) congresistas.

Ahora, todas las bendiciones para que le dé la fortaleza suficiente en los momentos de dificultad. Rogando al Altísimo por su sabiduría para que guíe a las autoridades hacia lo que es justo. Orando para que le de fuerza y claridad al tomar decisiones, y para que al final de su labor el Dr. Juan Gregorio Eljach P. sea bien recordado.

Civilidad:  "La Paz Electoral que impulsa la Procuraduría busca garantizar que el ciudadano pueda votar sin miedo y sin coacciones".