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domingo, 6 de marzo de 2022

Cambio radical a través del voto

 


En la antesala del proceso eleccionario, cruzando las calles semanasanteras de la rancia Popayán de hace medio siglo, recuerdo que hablaron mal de Juan el Bautista y hasta del que murió en la cruz.  En medio de la sociedad tan polarizada evoco esto porque es muy fácil criticar a los políticos y, seguro que no faltan razones para ello, pero los políticos son necesarios en su legítima aspiración de alcanzar el poder para mandar o gobernar. De la misma manera que es justo que los ciudadanos los elijamos para que puedan ayudarnos.

 Volvamos a otros tiempos cuando no había motos, ni ruidos estridentes. En ese entonces, se andaba despacio, como el reloj al que siempre le pesaron las manecillas. La vida nocturna era reducida, la ciudad después de las once de la noche, dormía bajo la tranquilidad y el agrado de las ventanas abiertas, sin el ruido afónico de los aires acondicionados, inexistentes por esa época. En las hidalgas casonas, las mujeres negras, indígenas o campesinas eran explotadas por latifundistas, finqueros y hacendados como servidumbre. Eran traídas a esos caserones de gentes adineradas para ocuparlas en oficios domésticos a cambio de comida y dormida. Hasta hace poco, esas gentes de la ruralidad, no sabían de derechos humanos. En el presente, pasamos por una época totalmente distinta. Todo ha cambiado, advirtiendo que el Cauca y Popayán, nunca volverán a ser lo mismo. Antes de 1988, los mandatarios locales eran designados “a dedo”, por el gobernador del departamento, quien, a su vez, lo escogía el presidente de la República por recomendaciones de la élite social y política.

No hay que profundizar mucho para aseverar que, el artífice del cambio, es el intrépido, Senador Temístocles Ortega Narváez, hijo de campesinos, nacido en Mercaderes, quien, con suficientes méritos académicos, ha demostrado la importancia de una serie de acciones de lucha política decisiva para el cambio radical en esta comarca. Sin duda, Tito, además de su gestión congresional, ha hecho la aproximación histórica con la simbiosis entre el pueblo gobernante y el pueblo gobernado, acelerando la disminución de las diferencias. En los últimos tiempos, ha logrado debilitar y erosionar antiguas formas de hacer la política. En este Cauca orgulloso del pasado y en la noble y Culta Popayán de arquitectura colonial española en las residencias, edificios públicos e iglesias, donde los payaneses, parecieran desdeñar el progreso, como si se aferrara a lo que fuera, sin mostrar señales de que el cambio sea bien recibido, como si prefirieran la penumbra del pasado a esforzarse a la luz del sol por cambiar el statu quo.  

Debieron pasar muchos años para que el pueblo de alpargata, eligiera un gobernante de raza negra, al Dr. Elías Larrahondo, apoyado por Temístocles Ortega, y, apuntalado por Aurelio Iragorri (q.e.p.d) de alcurnia, cuna y linaje, pero con los más nobles sentimientos que lo hicieron crecer como hombre progresista y tan popular, que siempre prefirió degustar café en pocillo esmaltado, en piso de tierra, antes que, hacerlo desde los cómodos divanes de los clubes sociales.

 Evaluemos actuaciones del pasado. Con el cambio de la historia de ayer a la de hoy, las pueblerinas mujeres, antes, llegaban a Popayán a prestar el servicio doméstico. A las de hoy, competentes en distintas profesiones, el Senador Temístocles les corresponde llevándolas a los gabinetes del gobierno. Razón suficiente para que, el pueblo masivamente lo reciba agradeciéndole. No hay duda, Tito hace el cambio con una gran lección del vocablo revolución. Junto a él, viene con pasos de avanzada Oscar Rodrigo Campo, carismático ingeniero a quien la gente agradecida no lo olvida. Sale también, a la plaza pública, no a oír lo que promete sino a manifestar su apoyo por lo que hizo en cada recoveco del Cauca como gobernante, aportando recursos y su buena gestión para ejecutar obras que   ayudan a disminuir la pobreza. Campo, además, se adorna de la cualidad de cultivar el bien preciado de la amistad con el afán de hacer que perdure. De allí que, votando exclusivamente por candidatos de nuestra región: Temístocles CR 21 y, Campo CR 101 tenemos la posibilidad de triunfo contundente. Además, aleccionadora para los jóvenes que no vivieron ese período histórico y para que sepan cómo se forjan las luchas, esfuerzos, riegos y sacrificios, comprendiendo que las libertades se alcanzan como consecuencia de las mismas.

Civilidad: Con el poder, se marca la diferencia, por eso debemos votar.  

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