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sábado, 16 de octubre de 2021

Apodos o sobrenombres en Popayán

 

En la ciudad moderna, tanto los valores como los apodos se perdieron. Cuando sabíamos vivir, en mi Pam-payán, más que ahora, a las personas se las llamaba más que por el nombre propio de cada uno, por un sobrenombre, que se ponían unos a otros. En mi olvidado pueblo, se hacía gala de la chispa patoja y del buen humor. Había ingenio para ponerlos y, buen humor para aceptarlos.

Algunas personas podrían entrar en cólera; pero nunca se supo que hubiera corrido sangre por un mote malintencionado. Los sobrenombres o alias, se relacionaban con algún rasgo de la persona. Podía ser positivo o negativo, dependiendo del tono en que se dijeran, interpretando afecto o burla.  Hoy, a duras penas, simplifican el nombre; así que a Francisco lo llaman “Pacho” a Enrique “Kike” a Antonio “Toño” y a Pedro “Pepe o Perucho”.

Con este escrito pretendo visibilizar esa parte desconocida de mi amada ciudad, en que las familias ostentaban -con orgullo y honor- un apodo, considerado un patrimonio heredado. Tema sobre el cual, poco se ha escrito. De allí que, en un entrañable paseo por el pasado, vale la pena dejarlo consignado para las generaciones futuras. La lista es larga, de tal modo que, evocando el pasado, exploremos una pequeña pincelada:

Empiezo por los apodos de familias que no recuerdo sus apellidos: Los pandeleches, Pan crudo.

Alacrán: Médico famoso, pero malgeniado.

Achichuy : Bermudez

Alicate: Dueño de la Viña, (apodo heredado a su hijo Alirio López)

Autogol: Porque lo hicieron Asin querer.

Agüita de Coco: Carrillo, por su calva, quien trajo la primera guitarra eléctrica a Popayán.

Batallón: Los Bonilla

Biombo: Solo servía de estorbo a la familia.

Bombero: Borracho cansón que apagaba cualquier fiesta, por prendida que estuviera.

Bombillo flojo: Tenía un "tic" en los ojos que lo hacía parpadear.

Búho: Porque solo salía de noche

Care buque: Mosquera

Care-choclo: Por su cara con acné.

Care-reloj: Ramírez, conductor de la licorera.

Care- jigra: Por su cara arrugada.

Care-tigre: Guardián de la antigua “cárcel del proceso” con vitíligo

Care-tu mama: Un decir del apreciado ingeniero agrónomo Paz.

Care- moneda: Por su cara redonda.

Care-pellizco: Por su nariz y boca fruncidas.

Care-puño: Porque tener la nariz achatada. 

Carisucios: Los Medina

Carpa de circo: la clavaban en cualquier parte

Cárcel: Porque no tiene barros sino "barrotes"

Carramplón: Collazos

Calzoncillos: Hermanos que andaban siempre juntos

Casquifloja: Mujer fácil.

Comidota:  Tragaldabas (tragón)

Chorro de humo: Fumador empedernido.

Escalera: Próculo González, fundador del bailadero “El Bambú”.

Estribo: Solo metía la pata.

El pollo López: Padre del actual alcalde de Popayán, quien heredó el sobrenombre.

Espanta la virgen: Por feo

El ovejo: Fernando I. C.

El mocho: Isacc Valverde

El matador: Jairo Navia

El panadero: Collazos

El ñato: José Bolívar Muñoz

El pichoso Humberto

El ronco: López

El Timbiano: Mario A. Vidal

Fiambre: Comidilla de todos los paseos.

El jetón: Luis Bermúdez

Jeta de colada: Zúñiga, por su hablar enredado.

Jueves santo: vigilante del banco del Estado, siempre en corbata.

Garulla: Fotógrafo bullanguero

La machaca: Una mujer ardiente.

Las cagadas: La embarraban en todas partes.

Las bastantes: una numerosa familia, las Bastidas.

Las fieras: Las Guevaras

Las Gatas: Las Guevaras

Lengua de vaca: Marino Arboleda

Los calagüingos: Alegrías

Los cocorotes: Idrobos

Maní: Juan Carlos Bolaños

Matapalos: Negret Velasco 

Mejoral: Porque se creía que servía para todo.

Milloncito: No hablaba sino de dinero.

Mariposa: Copera de bar que volaba de mesa en mesa.

Mueble fino: Viejo y bien acabado.

Morrocoy: Solo salía de noche, o porque con él, siempre se perdía.

Niño Sano: Conductor camionero obeso.

Oblea: Dama grande o alta.

Orinal: Por tener salida la mandíbula inferior.

Panelita: No por dulce, sino por la boca cuadrada.

Papaya verde: porque la tocan, pero nadie se la come.

Pambazo: Rafael García compañero de pupitre en la escuela.

Polo norte: Estudiante, con todo bajo cero.

Picuechucha: Muñoz

Ringlete: Porque no hace sino voltear.

Rendija: Por tener la mirada como cuando se mira por el ojo de una llave antigua

Ratón de Iglesia: Gerardo Delgado, andaba de iglesia en iglesia

Saco: Carlos Hidalgo

Sal de frutas: Se sulfuraba con facilidad.

San Andresito: Por la cantidad y variedad de collares, cadenas, pulseras y anillos que se ponía.

Seis y cinco: Por un tic, inclinando la cabeza sobre el hombro izquierdo.

Sobrado de tigre: Le faltaba un brazo.

Sol: Sinvergüenza se iba al atardecer y regresaba con la salida del sol

Submarino: Más bruto que su hermano Marino.

Supermercado: Por tener toda clase de granos.

Tonelada: El gordo Muñoz.

Torre de Pisa: Solterona que siempre tuvo inclinación, pero nunca cayó.

Trofeo: Por orejón.

Trombón: Ingeniero conservador de prestigio político.

Trompe- buque: Por lo jetón

Ventarrón: Empresario de apellido Mosquera

Visitica: Porque preciso, llegaba a la hora de las comidas.

Kumis: Basquetbolista por la blancura de su piel.

Como dije arriba, según parece, ésta es otra costumbre tradicional que se ha perdido con el tiempo. Es una parte pequeña de Popayán, de un individuo o de una familia, que pasará a ser Historia con mayúscula.

Civilidad: ¡Hasta cuando! Con tapabocas como autómatas, caminaremos sin mirar siquiera a aquellos con quienes nos cruzamos.

 

 

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