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sábado, 5 de enero de 2019







5 de enero en Popayán



Fecha del almanaque normal, pero que en Popayán se constituyó desde tiempos remotos en un día del calendario “patojo” muy especial. Algunas administraciones municipales intentaron crear reglas para modificar esta fecha, pero, sin resultado alguno.
Narra la historia que en 1607 hubo una gran rebelión de esclavos en Remedios, Antioquia y, como la mayor población negra estaba asentada en el Gran Cauca, ello generó gran pánico entre las autoridades coloniales. Esa fue la causa del origen del día de “asueto” o día de descanso en el cual, los negros, pudieran ser verdaderamente libres. Para conservar la paz social, la Corona Española concedió el día 5 de enero, mediante “bando” que decía:
“EL PRÍNCIPE, DÍA VACO PARA LOS NEGROS ESCLAVOS”. Ahora entendiendo dicha relación e solicitud de muchos esclavos negros de dicha provincia vengo a deciros a voz que se acoge paternalmente dicha solicitud y se dará día vaco enteramente a los negros y será el 5 de enero, víspera de la fiestas de las Santas Majestades y venerando estima a la Santa Majestad del Rey Negro. Fechada en Madrid. “Yo el Príncipe”​
Este “bando”, que anunciaba el 5 de enero como día libre para la población negra, fue promulgado primero en la capital del Cauca y, para festejar lo obtenido, salieron a las hidalgas calles a bailar al ritmo de la música africana, pintando de negro las paredes blancas.
Mucho después, en la imaginación de las gentes, en el amanecer del seis de enero de 1912, cuerpos salseros, cinturas guaracheras, senos soneros, almas rumberas, que por unas horas se desamarraban de la rutina, surgió la idea de poder expresar la amistad y de compartir la alegría entre blancos y mestizos por el mismo derecho que tenían los negros. Fue así como desde una exclusiva Casa de Citas de la ciudad, donde se divertía, un asiduo visitante tomó la polvera francesa de una de las damas más codiciadas de la clientela para esparcir polvos con aroma de mujer a todos los presentes, gritando: ¡Vivan los blanquitos! como una clara respuesta al ya tradicional juego de Negros. Así nació el juego de “Negros y de Blancos en Popayán”, hasta nuestros días.
Otra cosa es que, como resultado de la cultura y respeto que caracteriza a los pastusos, al momento de poner “una pintica” de negro o de pedir licencia para “un polvito”, se hayan tomado estas festividades como originarias de Pasto, convirtiéndolas en “El Carnaval de Negros y Blancos, declaradas en el 2002, Patrimonio Cultural de la Nación. Cada año, mejoraron las festividades, agregándole otros elementos como: el cosmético y el talco perfumado, la música y
las carrozas con gigantescas y hermosas esculturas construidas por hábiles artesanos que cumplen un papel muy importante con gran derroche de solemnidad; sin olvidar, además, el ingenio pastuso para elaborar comparsas caricaturizando personajes de la vida local y nacional. Pero, sin lugar a dudas, el grito histórico y signo de alegría resonó por primera vez en Popayán.
Civilidad: En el 2025, la mitad de la población mundial vivirá en zonas con escasez de agua ¡Prevenir este desastre es responsabilidad de todos!



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