En Popayán podemos visitar: museos,
teatros, y puntos de interés cultural y artístico. El lugar cultural más importante
de la ciudad es el Centro Histórico; pero podría tener una mejor y amplia
oferta para cualquier tipo de público, todos los días de la semana con
actividades diversas.
El Centro Histórico, cuenta con una extensa
muestra patrimonial y religiosa, evidenciando la historia de la ciudad. Así
mismo, de las tradiciones, costumbres y prácticas religiosas pudiéndose admirar
la arquitectura, el valor cultural y religioso de los principales templos e
iglesias. Tiene, además, plazuelas y plazoletas, donde podrían converger varias
prácticas internacionales. La gastronomía es el mejor ejemplo de ello. Popayán,
primera Ciudad de la Gastronomía de la UNESCO desde el 11 de agosto de 2005. Sin
embargo, carece de un plan de renovación para fomentar el turismo y el
desarrollo económico. Pese a las medidas de protección, posee áreas
subutilizadas y deterioradas.
Mi propuesta innovadora tiene como objetivo regenerar el tejido social,
económico y urbano del marco histórico a partir del reordenamiento territorial mediante
políticas que promuevan nuevos usos de los espacios públicos. Mi invitación es convertir
el centro en el eje potencial de generación de empleo. El reto es impulsar el desarrollo económico de la ciudad, mediante
la regeneración urbana, incorporando principios socialmente incluyentes y
ambientalmente sostenibles. Planteo un Plan de Revitalización del Centro
Histórico como estrategia para incrementar el capital social de la ciudad.
Durante los últimos 40 años, Popayán ha sufrido
una crisis multidimensional siendo evidente la desorganización, resultado de
ello son los edificios abandonados, desarticulación de usos y funciones
urbanas, mala utilización y degradación del espacio público, altos índices de
inseguridad y comercios que dejan de funcionar.
No se requiere mucha inversión para revertir la
crisis multidimensional de ordenamiento territorial; en una propuesta de
desarrollo urbano participativo, transparente y socializado. Se trata de impulsar
la política urbana, con lineamientos claros y específicos, y con el resultado
de una visión comprensiva de la problemática.
La polémica sobre las estatuas, su rechazo y hasta su destrucción,
es de vieja data. La dinámica histórica de Popayán siempre ha estado
caracterizada por el conflicto, destrucción y nada de innovación. Es ingenuo
pensar que no podemos imponer el preservacionismo,
(apoyarnos entre nosotros mismos para poder
cuidar lo que tenemos) sobre esta dinámica. Hay que hacer algo en este propósito. A lo
largo de la historia, hemos sufrido irreparables pérdidas de monumentos o joyas arquitectónicas,
por factores diversos: abandono, desastres naturales, o por falta de criterio
para valorar el legado de nuestros mayores. Las estatuas dedicadas a la memoria
de héroes, están deterioradas y grafiteadas. Su rechazo y destrucción, es la
moda. Lo ideal es la preservación de los monumentos como fuentes históricas
en términos totalmente aislados de lo ideológico. Toda estatua debe respetarse,
en su integridad material, pero no en su inamovilidad. Popayán conserva estatuas
de personajes históricos controvertidos; son archivos simbólicos que reflejan
el espíritu de decisiones pasadas. Por ello, no es legítimo derruirlas; pero, reubicarlas
si es políticamente correcto.
En el amanecer de una nueva era, peatonalizadas las calles adyacentes
al Panteón y, en contorno a la plaza de Caldas podrían reubicar allí, las
estatuas de próceres dispersas por la ciudad, a las que ya nadie reconoce,
antes de que los vándalos las arranquen de sus pedestales. Repensemos la ciudad
y su plaza principal. En la plazuela de San Francisco reasentar a Sebastián de
Belalcázar y en el Morro de Tulcán la efigie del cacique Payán.
Civilidad: Visibilizar las estatuas para recontar la
historia olvidada a los lugareños y despertar curiosidad en los fuereños.
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