Dedico este artículo a la elegante dama y brillante empresaria a quien Popayán y el Cauca le quedaron
debiendo el título de reina de belleza. Sin equívoco alguno, ella es una mujer distinguida,
una líder, un ser humano de las que hay poquitas en este azaroso mundo. Cambió
su rumbo, después de egresar del Colegio de las Salesianas, cuando bachillerarse
era como hacer una carrera universitaria. Hoy con su garbo se mueve en el jet
set bogotano, siendo admirada con afecto por su talante entre la sociedad
capitalina. Siempre se ha declarado feliz, sintiéndose útil representando a las
mujeres, amando su trabajo con cordialidad y llena de alegría. Con su lindísima
risa, su perfecta vocalización y su tono teatral; como una gran actriz se desenvuelve
no solo en medio de los negocios de los seguros, sino también en el curubito
político y social. Es tal su porte, que, al ver a la fogosa y lúcida fémina,
exaltando sus atributos, la gente exclama: “¡Ella es Marujita Iragorri!”.
Esta
empresaria desde muy joven inicio su camino en los negocios cuando conquistó su espacio en Bogotá. Emprendió una meritoria
carrera empresarial como corredora de seguros; en estos tiempos modernos,
cuando cada vez la competencia profesional se hace más fuerte. Por eso,
constituye palabras mayores que esta refinada mujer ocupe un lugar prominente
en Colombia. Marujita, dueña de sus decisiones y responsable de su vida, se
negó a vivir encerrada en una vida de alta sociedad para
fundar su propia compañía. Lleva varios lustros trajinando con su próspera empresa Valencia & Iragorri
Ltda. Se empoderó como profesionista en el mundo de aseguradores, a fuerza de su propio trabajo que la llevó a convertirse en su presidenta. Logró consolidar una compañía cuya eficiencia y
seriedad es reconocida hoy por un importante número de clientes, y de quien
igual rinden testimonio los más prestigiosos asesores internacionales del
reaseguro y reaseguradores.
De allí que su nombre no
solo sea sinónimo de belleza, sino también,
de una las empresarias más reconocidas en el país y el mundo. Es la
definición de la emprendedora moderna que se aprovecha de las nuevas
tecnologías para conseguir el éxito. En medio de su hermosura, se atrevió a
iniciar un negocio en un país donde las oportunidades generales para las
mujeres eran escasas. Además, el sentido de responsabilidad social de la empresa
ha convertido a la ejecutiva, Maruja Iragorri Hormaza, en uno de los nombres
más sonados de la nueva conciencia empresarial.
Su pensamiento de mujer empoderada, la llevó a que el 24 de marzo del
año que corre, la vicepresidenta de la República de Colombia, le concediera la
distinción: “Esmeralda Arboleda Cadavid”, quien fue una mujer que, entre sus
méritos, cuenta el haber sido la primera colombiana que emprendió la lucha por
los derechos de la mujer en el país. Al entregarle tal distinción, la
empresaria de legítimo origen payanés, Maruja Iragorri Hormaza, con orgullo y sentimiento
patojo, dijo: “Llevo a mi Popayán y a mi Cauca en el alma. Siempre he creído
que ser payanesa es una de mis mayores fortalezas”.
Civilidad:
En Colombia la mujer no
solo se ha visibilizado, sino que ha alcanzado un lugar de igualdad al lado del
hombre.
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