Buscar en El Viejo Farol

sábado, 24 de abril de 2021

Locos que dañan el país

 


Desahogo mis pensamientos, en este mundo de locos para cuerdos.  Lo que está pasando es cosa de locos. Basta narrar todo lo que va en contra de nuestro bienestar y del progreso del país. Felices hablamos sobre todo lo malo. Tapamos lo bueno para que no se note mucho. Los comunicadores destacan las pésimas noticias que venden los informativos: prensa, TV, radio. Las buenas noticias o las sanas ideas poca cabida tienen o las contradicen, sin proponer otras alternativas para mejorarlas. Cunde el amarillismo. Se extiende la violencia en todas sus formas. Se propagan los negacionistas de las vacunas poniendo en riesgo la salud del mundo.  ¡Increíble!  Todo esto sucede en Colombia, que no por amarla tanto, deja de ser país de locos.

Nunca decimos: ¡Colombia que lindo nombre tienes! Idílica región geográfica, esquina latinoamericana, rodeada de los mares Caribe y Pacífico. Con dos costas permitiéndole ostentar casi 2 mil especies de peces en su fauna. Con tres cordilleras que hacen que su topografía sea muy variada. Que en nuestras tierras colombianas se hallen varios volcanes, dado que pertenece al Cinturón del fuego del Pacífico y al cinturón volcánico de Los Andes.

Cuánta razón tuvo el Nobel de literatura, al decir que era, la nación del realismo mágico, por su tendencia artística y literaria que representa fielmente la realidad, creando cierta tensión emocional sin llevar a cabo ninguna idealización. Colombia país diverso como pocos, el 25° país más grande del mundo, que goza de infinidad de climas y paisajes diferentes. Es la segunda población más grande de hispanohablantes del mundo, con 49 millones de habitantes.

Su moneda oficial y, su economía, es la cuarta más grande de América Latina, basada en el cultivo de café y el petróleo que, con los cultivos de flores, aguacate, bananas, cacao, caña de azúcar y arroz, también son importantes. Y, qué decir de la riqueza cultural, dada por el mestizaje propio de la época colonial americana en la que indios, negros y blancos se mezclaron. En sus tradiciones podemos ver rasgos africanos y españoles entrelazados con prácticas aborígenes.

Dolorosamente, los problemas de salud mental de no pocos, nos afectan a todos. Pues, si todos los que decimos amar este hermoso país, fuéramos propositivos y productivos, no tendríamos la injusta justicia que es lo más odioso que podemos tener, liberando bandidos con prontuarios para pudrirse en la cárcel.

Tenemos una democracia; pero nos enloquece, no sabemos qué hacer con ella.  Es el resultado de la degeneración política contagiada del vecindario. Esa fotografía que a diario se muestra, es una seria amenaza y, asusta. Aterra la “evolución” política, porque estamos cayendo por la misma pendiente. Hay causas estructurales que nos polarizan con la aparición en las redes sociales; artilugios que nos aíslan en grupos cerrados por pensar diferente.  

El problema radica en que, Colombia es un país sin disciplina, que le cuesta mucho; especialmente en lo político, porque nos han acomodado mentalidad de pobres.  Lo que se predica, llegará más pronto que tarde, la pobreza nos alcanza. Y, como no tenemos disciplina social, adquirimos irresponsabilidad y mentalidad de locos, al punto de que la élite política nos manipula, cayendo en la existencia de dos mundos: el mundo sensible de los reflexivos y, el mundo insensible de los desadaptados. Entonces, caemos en la tentación de discutir cualquier desliz. Caemos, porque sabemos que la política es un espectáculo que vende.  Caemos en el desgraciado maridaje de políticos que compran votos fáciles y audiencias fáciles para convertirnos en un ruinoso país.

Civilidad: Esclavos de la mentira, indiferentes y, además, buscamos a quien culpar por lo que está pasando.

 

 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario