En el mundo y desde luego, en
Colombia, ha tomado fuerza la peatonalización. El ejemplo temprano, es del alcalde
Alejandro Eder quien convirtió en zona verde la Plaza de Caycedo y
los alrededores del Centro histórico de Cali con el fin de recibir
la COP16, lo cual fue un éxito rotundo.
La propuesta
de peatonalizar la zona centro de Popayán no es un fenómeno reciente, ni
hacerlo es del otro mundo. Mucha tinta
ha corrido para suplicar a los precedentes alcaldes, implementar la decisión de
conjugar el verbo “peatonalizar” para adoptar el Plan Especial de Manejo y
Protección (Pemp) del Centro Histórico de la Ciudad Blanca.
Para hacerlo, solo basta
cerrar las calles del centro, prohibiendo el tráfico vehicular, para convertirlas
en áreas peatonales. Ello permitirá a visitantes nacionales y turistas
extranjeros caminar y recorrer la parte histórica de Popayán, es decir, dejar
que la gente se mueva libremente para deleitarse y conocer lo más sagrado de la
“Ciudad Blanca”. De hecho, ese cambio temporal se hace cada año con motivo de
los cuatricentenarios desfiles sacros. Aquí
es importante anotar que, desde sus inicios, las procesiones de Popayán han
tenido una estricta organización, respetada por toda la comunidad a lo largo de
su historia. De ahí que esta tradición esté tan arraigada en el sentimiento
colectivo. Es bien sabido, que el civismo y el ornato se imponen como norma
para darle todo el realce a esta celebración. De esta manera, una especie de
decreto municipal, que reposa en el Archivo Histórico de la Universidad del
Cauca, ordena el enlucimiento de la ciudad -pintar de blanco todas las fachadas
por donde pasan la procesiones-. Entonces, por qué no hacer lo mismo, a través
de un acuerdo municipal o un decreto otorgando la facultad de retomar las
emblemáticas calles de la ciudad que se encuentran dominadas por el tráfico vehicular,carros, motos…de tal
manera que le confiera mayor prioridad al peatón, fomentando así una movilidad
más sostenible, segura y saludable, volviendo la ciudad más amigable.
Si otras ciudades como Cali, Medellín,
y Cartagena han implementado proyectos de peatonalización en distintas áreas
urbanas, convertidas en destino popular, ¿por qué la noble y colonial “Ciudad
Blanca”, ¿no lo puede hacer?
Por qué no rescatar el
corazón de la ciudad lleno de encanto como punto de encuentro para residentes y
turistas, hoteles, comerciantes, tiendas y espacios culturales que animan el
área, como espacios peatonales vibrantes, llenos de vida. Peatonalizar es una
estrategia que da resultados positivos al tener el peatón más disposición para
caminar y comprar. Popayán cautiva a sus visitantes con su rica historia patria
y su belleza arquitectónica.
Concretando, el apoyo
ciudadano es significativamente favorable. La aceptabilidad ciudadana al tomar la
determinación de peatonalizar, será provechosa, especialmente para las personas
de edad avanzada que junto con los niños podrán disfrutar la céntrica ciudad. Desde el punto de vista de infraestructura,
es fundamental contar con el adecuado y oportuno mantenimiento a los espacios
verdes, el parque Caldas, con una señalización acorde con el estilo colonial
para la interacción social, cultura ciudadana, promoviendo una mayor
apropiación del espacio público por parte de la comunidad.
Civilidad: Es
hora de peatonalizar el marco histórico para aumentar la vida social,
proteger el patrimonio arquitectónico, el medio ambiente, -calidad del aire y
reducción del ruido- la movilidad, la economía de la ciudad, atrayendo más
clientes y, mejorar la imagen de la ciudad.
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