Buscar en El Viejo Farol

sábado, 23 de noviembre de 2024

Cogió fuerza la incultura vial

 


El vehículo automotor es un bien necesario, aunque carísimo mantenerlo. Sirve para trabajar o trasladarse con la familia a cualquier parte en forma más rápida, sin pérdida de tiempo, de día o de noche. Tener en posesión un vehículo no es un deseo mayoritario de la gente. No todo el mundo puede disfrutarlo, por la sencilla razón de que para muchos les supone un estorbo, al no tener donde guardarlo y, a lo mejor, viven en una parte de la ciudad donde es prácticamente imposible aparcar, o simplemente porque detestan conducir por la alta accidentalidad. Para algunos, tener automóvil es un símbolo de estatus. Son usuarios del automotor que quieren llegar hasta la puerta de su destino. Gente que le da más importancia a un automotor, que, a la nevera desocupada, midiendo las apariencias ante las deudas ocasionadas por la obligación de aparentar.

La amada Popayán, va camino a ser una de las capitales que tiene más automotores que personas capaces de vivir en sociedad con sensibilidad, inteligencia y voluntad.  Popayán, dejó de ser un pueblo educado y tranquilo a ser una ciudad furiosa no solo por el tráfico vehicular sino por otras cosillas. La gente se impacienta por los minutos perdidos, esperando que el vehículo de adelante avance… típico solo en grandes urbes que luchan contra la congestión vehicular. Esta bella villa ya no es una ciudad culta y noble, porque convirtió sus hidalgas calles y su espacio público, en el parqueadero a cielo abierto más grande del suroccidente de Colombia. Mal trasladado a muchos barrios de la ciudad, sin solución a los problemas de movilidad. Claro, esta situación caótica no es un problema solo del alcalde Juan Carlos Muñoz, quien en un año no ha podido dar solución. Es un escenario traumático donde todos tenemos gran responsabilidad, esperando que del cielo caiga un milagro, en tanto los habitantes incívicos, continúan contribuyendo a que Popayán, sea un lugar cada día más congestionado. Sin duda, el transporte público es la solución, con más rutas de buses en funcionamiento, bien organizadas para que solamente utilicen sus monopolizados carriles exclusivos, de tal manera que no obstaculicen el libre tránsito, sin ocasionar diarios accidentes. En la ciudad blanca, las vías rápidas son angostas, siendo el punto más crítico el centro histórico, donde resulta de gran incomodidad tratar de movilizarse en autos particulares, incluso en el destartalado transporte público (detestables cafeteras ambulantes) Desde hace 15 años, 2009, se venía ejecutando el Plan de Movilidad, hoy suspendido. La percepción es que, seguiremos viviendo por causa del fracasado plan de movilidad en nuestras calles, contaminación auditiva, polución ambiental, así como falta de respeto por el peatón, que, siendo el actor vial más importante, no le prestan cuidado.

¡Este es el lamentable escenario! En Popayán, no hay cultura vial, ni acatamiento por el espacio público. El fenómeno de mal parqueo es en toda la ciudad, frente a ferreterías, colchonerías, instituciones públicas y privadas, hospitales, clínicas, almacenes, etc., etc., etc. Todos absolutamente todos, son lugares preferidos por los conductores sin cultura ciudadana, ante la fingida “eficiencia” de la secretaría de tránsito que no sabe ni puede controlar. Esto y mucho más, es el “pan de cada día”.

Civilidad: Normas, costumbres, acciones y reglas mínimas, que, generan sentido de pertenencia, facilitan la convivencia urbana y conducen al respeto del patrimonio común y al reconocimiento de los derechos si los ciudadanos las aplican.

 

 

 

 

 

 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario