Este lindo país del Sagrado Corazón de Jesús,
deslumbra por la magia de la cultura. Las tradiciones de Colombia y su vigencia
en el tiempo hacen que la cultura colombiana sea una de las más llamativas a
nivel mundial. Por el encanto de su gente, se han convertido en parte
fundamental del turismo y reconocimiento del país en el exterior. La lista de
Patrimonio Inmaterial de Colombia es larga y muy importante, puesto que todas
estas manifestaciones culturales representan, de manera icónica, lo que el país
y las tradiciones culturales significan.
Sin embargo, como hoy no es día de diversión, fiesta animada y bulliciosa, desconocemos que es “El
Día de Todos los Santos”, solemnidad cristiana que tiene lugar el primero
de noviembre para las iglesias católicas de rito latino. Como quiera que el “lunes es
festivo”, no debemos confundir, pensando que se traslada la festividad. Es importante recordar, para tener en cuenta que el
Día de Todos los Santos no es lo mismo que el Día de Fieles Difuntos. El Día
de los Muertos o de las Ánimas, se celebra mañana 2 de noviembre y su objetivo
es orar por los fieles que ya no siguen en la vida terrenal. Esta fecha, representa algo más que el
recuerdo de sus muertos. Durante esta jornada se
ofician misas de réquiem, es decir, un ruego por
el alma de los muertos.
En épocas no tan lejanas, esta conmemoración de los
que partieron a la eternidad, ocupaba un lugar importante en el calendario, al
considerar la muerte como el paso a seguir hacia una nueva vida. Es un rito o acto de solemnidad significativo,
porque los deudos tienen la creencia de que el espíritu de sus difuntos regresa
del mundo de los muertos para convivir con la familia ese día, para consolarlos
y confortarlos por la pérdida. Ofrendar es estar cerca de nuestros muertos para
dialogar con su recuerdo, con su vida.
La ofrenda es el reencuentro con un ritual que convoca a la memoria, día
especial, en la que las personas recuerdan y honran a sus seres queridos que se
adelantaron en el camino.
Esta
tradición cultural, aún se conserva dependiendo de la lealtad y fervor de la
gente, que las transmite de generación en generación, aunque en la actualidad
están en peligro del olvido como consecuencia de la influencia y mezcla de
otras costumbres. Y por la razón real de que los muertos valen mientras están
vivos, como la espuma del mar, que flota en la superficie, pero que el viento
la desvanece como si no hubiese existido.
Desde el confinamiento
escribo, en la necesidad de decirle a mis lectores, familiares y amigos todos,
que la vida tiene momentos de alegría y de tristeza, que no existe ningún muro
que detenga la voluntad y la fuerza del Ser Supremo. Pero, que un gesto de
gratitud con los muertos, es recordar el camino hacia el cementerio y elevar
una plegaria por el descanso de su alma.
Civilidad: “La muerte es algo que no debemos temer porque,
mientras somos, la muerte no es y cuando la muerte es, nosotros no somos”.
(Antonio Machado (Nota: Parafraseando a Epicuro)
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