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sábado, 10 de octubre de 2020

12 de octubre, día de reflexión

 


A lo largo de todos los años hemos visto los cambios de significado de la celebración de esta fecha. Durante las primeras décadas del siglo XX, se identificaba como el Descubrimiento de América”; después, “día de la hispanidad”; luego “día del idioma español”. Y ahora, un contenido racista: “Día de la Raza”, permitiendo la doble interpretación como la celebración de una sola raza, dejando de lado el indigenismo para reconocer de manera intencionada la supremacía de la raza hispánica frente a la indígena. A nivel gubernamental siempre le han dado relevancia, aunque simplemente llevando ofrendas florales al descubridor de América.

Investigaciones sociológicas y antropológicas han demostrado que no existen razas puras, para tampoco, denominar este día como ‘Día de la Raza’. He allí el sentimiento de los pueblos indígenas contra la superioridad de la cultura hispánica frente a la local. Todo ello, ha llevado a los gobiernos de algunos países sudamericanos a cambiar el nombre y el motivo de conmemoración del día doce de octubre.

Por eso, debemos promover en esta fecha, la reflexión histórica, el diálogo intercultural, el respeto a los derechos humanos y la identidad de los pueblos. Deberíamos empezar por olvidarnos de la colonización y conmemorar a los indígenas caídos. De allí que, el nombre más apropiado para tal celebración, sería el “día del encuentro entre dos mundos”, que dejó como consecuencia el cruce de europeos, americanos y africanos en el nuevo mundo.

Sería un día festivo para reflejar la alegría por la mezcla de culturas que poseemos. Hermoso sería que las ciudades y los pueblos realizaran durante esta conmemoración variadas actividades culturales, desfiles, representaciones teatrales y conciertos. Que calles y espacios públicos se llenaran de puestos ambulantes, exhibiendo objetos y artículos relativos no solo a la cultura indígena, sino también, motivo para resaltar los aportes culturales de los españoles. En fin, que fuera el día de la Interculturalidad para reconocer los derechos que tienen todos los ciudadanos por igual, sin importar las etnias.

En estos momentos de inestabilidad mundial y ante un Estado que parece totalmente corrompido, urge que Colombia no pierda la alegría de querer ser en el futuro un pueblo libre y feliz. En esta madeja difícil de desenredar, el movimiento indigenista no puede ser una amenaza, sino una realidad que coincida con el avance del desarrollo en todo el país. Lo ideal sería que fuese un movimiento indígena que se resistiera a ser influido por partidos políticos para que mantuvieran su identidad. Comunidades indígenas y campesinas que no se confabulen con grupos criminales y políticos corruptos para doblegar a la comunidad. En fin, que esta fecha no sea solo un cambio de nombre, sino un día memorable para que el Cauca deje de ser el cementerio de Colombia.

Urge el reinicio de las conversaciones para que haya realmente en esta patria querida, un cambio de prácticas, de hábitos. Que a través del dialogo gobierno- indígenas campesinos, se logren los acuerdos y las reivindicaciones sociales, sin acudir al bloqueo de la vía panamericana aumentando el trago amargo de la cuarentena. Bienvenida la etapa de reconciliación, sin atropellos, sin violencia, sin saña, sin odio para no seguir contando muertos.

Civilidad: Celebrar esta conmemoración con otro espíritu.

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