Me uno alborozado, a los 75 años de denodado esfuerzo y dedicación del Club de Leones; organización sin fines de lucro, dedicada a servir a la Comunidad. En Popayán, hace parte de esta red global de voluntarios, dotados de reputación entre la ciudadanía, personas de alta calidad humana y, con harta vocación de servicio, que un día, decidieron unirse bajo la impronta indeleble de producir un impacto duradero para corregir y cambiar vidas en la comunidad a través de su asistencia ante necesidades sentidas, identificadas por el Club, por las que han votado sus socios.
Meritoria tarea al servicio
de sus semejantes en forma desinteresada sin discriminación política, religiosa
o color de piel, bajo el compendio de la buena administración y de acción
humanitaria, haciendo parte activa del desarrollo cívico, cultural, social,
moral y de bienestar de la sociedad payanesa. Todo en un haz de voluntades al
pie de la letra de normas estatutarias que siguen rigurosamente, razón por la
cual han perdurado en el tiempo, porque sus socios están ungidos de amistad, confraternidad,
desprendidos del interés personal.
Así que, las unidades del
Club de Leones, honran su patria chica de origen, por los valores de su
cultura, de sus símbolos y de sus tradiciones, al tiempo que profesan su
lealtad a la organización. Como ciudadanos de bien, dedican su tiempo, trabajo
y recursos.
El
“Leonismo” en Popayán, tuvo sus albores el 13 de
noviembre de 1945 con notables ciudadanos entre otros, el ex ministro de obras
públicas nacionales Tomás Castrillón Muñoz, y valiosos socios fundadores:
Humberto Casas, Daniel Solarte Hurtado, Daniel Gil Lemos. Ellos y los
de hoy, son precursores de tantos beneficios llevados a la práctica para el
bien común, bajo la Misión: “Donde haya una necesidad, hay un León”. Fieles a su
lema, tienen mucho por mostrar. Imposible registrar en este escrito el
sinnúmero de servicios con cifras demostrativas de su evolución, que con el
transcurrir de los años, han dado oportunas y eficaces soluciones.
Imperdonable sería dejar
de mencionar el Cuerpo de Bomberos Voluntarios fundado en el año de 1950,
propuesto por el León, Enrique Mosquera Wallis,
bajo la Presidencia del MD. Jorge Flórez Toro. Institución bomberil que aún protege
la ciudad, solventado en sus inicios con el uso de la “totuma” y recursos
obtenidos de dos paseos en bicicleta.
En materia educativa, resalto la fundación del Instituto
Técnico infantil, que mediante Resolución No. 21, de septiembre de 1948, creó
el Instituto, Melvin Jones, permitiendo interactuar con la
comunidad en general, mediante actividades académicas, razón de ser de esta
institución que ha prestado servicios educativos por más de 60 años a la
ciudadanía payanesa, hoy dignamente regentado por el Dr. Fausto Villamil Sánchez.
En asistencia
médica, y otros profesionales de la odontología y la enfermería apoyan y
prestan su colaboración, realizando permanentes brigadas de salud, atendidas
por profesionales asociados al Club de Leones. Así como también con elementos e
insumos a los Hospitales San José; Susana López; de Belalcázar ©, Asilo San
Vicente y al Puesto de Salud de El Bordo, a la Obra de Jesús y María y a la
Cárcel San Isidro.
En vivienda,
en el barrio la María Occidente, los Leones Ingenieros Mauricio Balcázar y
Álvaro Caicedo y los socios Carlos Reinaldo López y Javier Alberto Sánchez, satisficieron
la necesidad entregando diez casas a familias de escasos recursos y al gremio
de lustrabotas.
Un rol de gran importancia dentro del Leonismo, lo desempeña
la mujer, como en la práctica se ha venido demostrando a través de los años. Su
presencia y su participación activa son fundamentales para el mejor
desenvolvimiento del Club, alcanzando éxito en la convivencia integradora. Con esa
poderosa fuerza de respaldo, en el mes de diciembre,
el Comité Femenino del Club, realizan recolectas de regalos para distribuirlos
entre niños de escasos recursos como obsequio navideño en ceremonia especial,
vinculando empresas públicas y privadas, para ser entregados en acto cultural
con mensajes de solidaridad y de convivencia familiar y comunitaria.
Todo lo que sabemos sobre el Leonismo es muy poco, pues
ser León es más que cargar un distintivo en la solapa del saco. Es más que contribuir con recursos para obras
asistenciales u ocuparse del bien de la comunidad. Es más que entablar
amistades. Es más que perorar, echar discursos, o aplaudir y, elogiar al orador
¡Es servir con el corazón al desvalido!
El Club
de Leones, está integrado por un reducido grupo de personas altruistas que se
entrelazan con los problemas sociales de Popayán. De allí, la necesidad de
valorar sus obras, enalteciéndolos para agradecerles por tantos y tantos
servicios prestados. A todos ellos, desde el presidente, domador, hasta el último
“tuerce rabos” va dirigida esta manifestación de reconocimiento.
Civilidad: En
gesto de gratitud. ¡Gracias Leones!
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