El Covid-19 forzó a
Colombia avanzar en los procesos tecnológicos. Pero, nos cogió con los calzones
abajo, pues alguien dijo: “que a los ingenieros de sistemas debían contratarse
por dos horas únicamente”. Gracias al confinamiento, las empresas públicas y privadas
se vieron obligadas a implantar el teletrabajo y la automatización de muchos métodos. Pero,
seguimos rezagados y negligentes con los medios electrónicos. En
Europa, cada entidad del estado tiene una sede electrónica, realizando a
través de ella todos los trámites electrónicos con los ciudadanos. La tecnología en el mundo, es hoy una necesidad.
Colombia lleva varios
años preparando la digitalización y adaptando un modelo de identidad digital. Mediante Decreto 1413 de 2017, estableció los
lineamientos generales de los servicios ciudadanos digitales, compuesto por los
servicios, incluida la autenticación digital con cédula digital y, la carpeta
ciudadana. En marzo de 2020, el Covid-19 obligó al gobierno y a las empresas a
hacer un gran esfuerzo, del que no será posible dar marcha atrás. El gobierno
debe establecer un modelo de autenticación digital unificado, trayendo
importantes beneficios, no solo en materia de seguridad, sino también en
agilidad, eficiencia y transparencia, así como un adecuado manejo de los datos
personales en la prestación de los trámites y servicios por parte de las
entidades del Estado. Debe avanzar en el desarrollo técnico de la cédula de
ciudadanía digital y en la apertura de la base de datos biométrica facial como
complementaria de la base de datos dactilar que ya opera en algunas entidades
públicas, sector financiero, telecomunicaciones y sector notarial, entre otras.
La cédula de ciudadanía digital debe evolucionar en sus dos tipologías: la física o material, con chip, y la inmaterial para reposar en
los dispositivos móviles. Debe acelerar el paso en la implementación de
los servicios base de carpeta ciudadana e interoperabilidad, r implantar las
sedes electrónicas de entidades nacionales y territoriales. Las entidades
oficiales deberán implementar herramientas de seguridad, ofreciendo trámites y
servicios a través de medios digitales de manera remota, garantizando la
autenticidad, integridad y correcto tratamiento de los datos personales a
través de Servicios Ciudadanos Digitales.
En fin, Colombia debe avanzar en el uso de las TIC, desde las entidades
públicas aumentando el nivel de gestión, transparencia y resultados de sus
servidores. Y desde la misma ciudadanía a quienes debe facilitarse
los procesos, ahorrarle tiempo y esfuerzos innecesarios; por supuesto, creando un
nivel de confianza de sus datos personales debidamente custodiados.
En
Colombia impera el exceso de trámites. Escasamente el 4% de los tramites son en
línea. La virtualidad debe imponerse, pues según la Función Pública existen más
de 62.000 embarazosos trámites. Ello no
permite que el Estado sea más
ágil, simple y, eficiente, facilitando los derechos de los ciudadanos para combatir
la corrupción. Está comprobado que los trámites engorrosos alimentan la
corrupción. En medio de tanta complejidad, tardanza y confusión, los
funcionarios corruptos aprovechan para meter la mano y sacar la coima.
Urge la ley
llamada “Carpeta ciudadana digital”, archivo digital en la nube para almacenar todos
los documentos digitalizados que relacionan al ciudadano con el Estado. Ello
evitará que funcionarios avivatos no pidan a las personas los mismos papeles
cada vez que acuden, sin contar las veces que los devuelven por error de los
mismos funcionarios porque “le faltó un
papel; porque no autenticó la fotocopia del certificado de nacimiento; porque
la copia de la cédula era al 150%; que no era constancia sino certificado; que
pase por la oficina tal; que necesita dos testigos que lo conozcan”, etc., etc.
Y, cuando cree que todo está listo: “se cayó el sistema”. Con la innovación digital, dejarán de existir las estampillas
físicas, serán electrónicas para evitar el retraso o imposibilitar los tramites
que son un foco también de corrupción; el registro de nacimiento ya no tendrá
caducidad. La ley obligará a que todas
las entidades del Estado tengan una única ventanilla de atención al ciudadano,
centralizada y capaz de resolverle todas sus dudas con los trámites, de forma
integral al ciudadano. Lo ideal sería que no pusieran a los ciudadanos como
mensajeros del Estado, volteando de oficina en oficina sin que le resuelvan la
inquietud con prontitud.
Colombia está virtualizada a medias y sin zapatos. Estamos en la moda digital, del
portátil, la Tablet o el celular, pero pasamos horas y horas, cumpliendo citas
presenciales en videoconferencias que resultan muchas veces infructuosas y tediosas.
En la virtualidad hay que ser más ejecutivos. La virtualidad en las empresas
públicas y privadas no es más que una grabadora con voz, aguda y veloz, que
pasa de extensión en extensión sin poder hablar con un funcionario de carne y
hueso y sin ninguna solución.
Civilidad: En
el intento del gobierno de reducir la tramitomanía, debe empezar por
Colpensiones.
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