Lo
que fue, fue. Hoy, domingo 27 de octubre entre las 8:00 y las 4:00 p.m., se
define el camino para Popayán y el Cauca al elegir su alcalde y gobernador. La
suerte está echada. Llego la hora de salir a cumplir con esa obligación
ciudadana de votar. Pero, haciéndolo con
responsabilidad para elegir las mejores opciones para Popayán y el Cauca.
Hoy,
la responsabilidad del proceso eleccionario corre por cuenta de la
Registraduría Nacional, con el imperativo categórico de recuperar la fe de los
ciudadanos como una institución eficiente, y desde luego, más receptiva frente
a las necesidades y retos del país. Sobre
esta institución, se han escrito ríos de tinta. En la última elección no fue
tan eficaz por falta de tarjetones en los puestos de votación y, todavía no
evoluciona hacia el voto electrónico con la ventaja de no utilizar este tipo de
tarjetones impresos, que se adapta a cualquier número de votantes, permitiendo
mayor agilidad en los procesos electorales. Sin embargo, como soy un incorregible
ciudadano optimista, acudiré a votar confiado en que la Registraduría, en
términos generales, seguirá siendo la columna sobre la cual descansa el régimen
político para la legitimidad del modelo de democracia en Colombia.
La
segunda dimensión, quizá la más importante, la asume, o queda en manos del
electorado en general, -de todos los ciudadanos- la decisión de definir sus
candidatos de manera autónoma. En el
instante de marcar el tarjetón, es cuando los votantes toman verdaderamente la
determinación de cómo hacerlo y por quien sufragar. Es frente a la urna, el
momento exacto, cuando ocurre la decisión del voto.
Pocos conocen de psicología política que ayuda a
comprender más profundamente la psicología
del votante.
Por ello, no practicaron este instrumento de alta utilidad
en las campañas electorales y
en la comunicación política, pues de ese conocimiento podían haber derivado líneas
de acción muy específicas dirigidas a persuadir al votante entregando provechosos
mensajes en los tiempos más adecuados.
De las
encuestas bien elaboradas y sin sesgos, digamos que son una muestra representativa
de ciudadanos, vía métodos estadísticos, con los que tratan de orientar a la
gente para inclinarlos hacia su candidato. Pero, en realidad, las encuestas que se publican un día, no son la
predicción del futuro, sino el retrato de las emociones y opiniones de los
encuestados en el momento en que se realizó dicha medición.
Sobre la decisión del voto, hay quienes creen que
se toma desde el principio, incluso antes de que empiece la campaña electoral. Se
pifian quienes piensan que se toma antes de que aparezca el primer sondeo de
opinión o la primera valla callejera diseñada por hábiles publicistas, que
saben del arte de vender, mediante estrategias haciendo que la gente sienta
rabia o miedo, pero no, que salga a votar a conciencia, por lo que más conviene
a Popayán y al Cauca.
Votar es manifestar el compromiso con la
democracia. No dejemos que otros elijan por nosotros, para que después no nos
duela la conciencia. En esta ocasión, con tantos candidatos, tanta información
y tantas emociones encontradas, es posible cambiar las preferencias a último
momento. Llegó la hora de votar bien, sin dejarse influenciar por el hígado, ni
mucho menos por las redes sociales como única fuente de información ¡A votar por
lo que dicta el corazón!
Civilidad es, alimentar el corazón de amor y
no de odio, apoyando al Alcalde y al Gobernador que se elija hoy,
sea quien sea.
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