Buscar en El Viejo Farol

sábado, 5 de octubre de 2019

Cuatro en mi opinión



Se nos vino encima las elecciones para elegir gobernador del Cauca, entre los aspirantes: Víctor Libardo Ramirez, Elías Larrahondo, Gilberto Muñoz Coronado y Jesús Piñacué. Sobre ellos, no puedo sustraerme de publicar, esta  opinión que nadie me ha pedido. 
Con la ventaja de un año, Víctor Libardo Ramírez, continúa en campaña, custodiado por una fracción de la “L” que lidera el Senador Luis Fernando Velasco, en convergencia con una colcha de retazos, “Tocontito”: verdes, azules, amarillos y, con el séquito de desertores del “Titismo”. Víctor Libardo posee su propio carisma, además: probo, simpaticón, atento, ligero en el hablar, pero con más verdad que necedad en él. Tiene la virtud de recoger amigos, y trayectoria administrativa:  ex gerente del Icetex, ex gerente de la Licorera del Cauca, ex alcalde de Popayán y, ex gerente gerente de Cedelca, que le concede licencia para administrar bien las arcas departamentales.  
A la par, va la fuerza “titista”,  apostándole de nuevo a la justicia social y a los derechos civiles, dándole otra oportunidad a las comunidades negras en cabeza de Elías Larrahondo. Este, ya había sido respaldado por el Senador Temistocles Ortega, como Secretario de Educación, por lo tanto, su pupilo. Admirable que en tres meses de campaña, haya avanzado llenando plazas, colmado de aplausos y vivas. De allí que, sin titubeos, es innegable que Tito es un aguerrido elector, trenzándose  en un pulso cultural e histórico del Cauca honrando a la raza negra. Entonces, si de Quinamayó para allá, votan unidos los 150 mil afrocaucanos, multiplicados con el poderío “titista”, será el primer gobernador negro, que corona  el viejo anhelo nortecaucano con Elías Larrahondo, a quien no tengo el honor de conocer.   
Por otro lado, Gilberto Muñoz Coronado, ex alcalde de Corinto y Toribio, ex secretario de educación, representa los grupos indígenas. Quien en coherencia política, ha reafirmado su pertenencia a la “Minga”. No la tiene fácil aunque, todo, absolutamente todo el conglomerado indigena participe con fe y lealdad en el compromiso de elegirlo como gobernador de los caucanos. Muñoz Coronado carga un INRI (trato desfavorable a su persona) por causa de la minga indígena. No niega su participación en el Consejo Regional Indígena del Cauca (Cric), la organización comunitaria más importante del país, que lucha desde hace casi 50 años por fortalecerse cada vez más. Desde luego, las resignadas gentes de Popayán y  municipios vecinos, afectados con los paros indígenas, con el voto-castigo, le cobrarán los daños económicos y sociales causados. No le hace bien, haber estado detrás de las protestas indígenas en el Cauca.
Finalmente, sin ser el último, el bien hablado, sin tacha y sin recursos económicos, el ex senador Jesús Piñacué, indio puro, capaz, inteligente y perseverante,  que no participa de la “minga” porque tiene de ella otra concepción. Dirigente indigena con preparación profesional (abogado), avalado por la AICO,  manifiesta que desde hace ocho años busca la gobernación del Cauca. Dificil aspiración de tantos años, que ahora, intenta materializar. Muy difícil, porque como en todos los partidos políticos, las divisiones no se detienen. Este candidato vanidoso, replica la frase acuñada por el ex gobernador del Cauca, Floro Tunubalá: “Podré haber metido las patas, pero no las manos”.
Civilidad: Quiera Dios que, el 27 de octubre,  los caucanos unidos, entonemos con emoción la cuarta estrofa de nuestro hermoso Himno del Cauca que dice: “Blancos, indios y negros una sola ilusión / Hijos de la misma tierra /Frutos de la misma flor”.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario