La mentira es tan vieja como el hombre mismo. Habita en su
naturaleza. Ha existido siempre y, obedece a la tentación de persuadir o
manipular a otros con un fin. En principio, digamos en favor de los intereses
particulares del mentiroso o del grupo al que pertenece. A continuación,
comparto algunas frases sobre la mentira, invitando a reflexionar sobre ello.
Solo un rato más… y nos vamos en 10
minutos; ¡No me vuelvo a tomar un trago en la vida!; Es que el ‘profe´ me la
tiene montada; Perdimos por culpa del árbitro; Pero, si cuando pasé el semáforo
estaba en amarillo; Paga tú que mañana te devuelvo; Cuando yo quiera, puedo
dejar de fumar; No sé… se cayó sólo y se rompió; ¡Pero si yo estudié esta vez!;
Tranquila, no se lo voy a contar a nadie; El lunes empiezo la dieta; No me
estrellé, me estrellaron… la culpa la tuvo el otro; Llámame por favor en cinco
minutos, es que estoy en una reunión; Yo tengo un amigo al que también le pasó;
Si mamá, es que me voy a quedar a dormir en casa de una amiga; Vete tranquilo
que yo te la cuido; Me gustaste desde la primera vez que te vi; ¡Nunca te voy a
olvidar! ; Dame tiempo.. es que tengo que aclarar mis ideas; ¡Siempre te voy a
querer!; Igual, podemos seguir siendo amigos, ¿no?; A ella la veo como una
amiga, nada más; ¡Qué coincidencia!, en este instante te iba a llamar; Te juro,
se me perdió tu teléfono; No me lo vas a creer, pero justo en este instante
estaba pensando en ti; Te estaba llamando, pero tu teléfono sonaba ocupado; ¡No
escuché cuando sonó el celular!; No te respondí a tiempo porque tenía el
celular en modo de avión;
Se me perdió tu e-mail ¿me lo
das de nuevo, porfis?
La mentira es una forma de “escapar” de algún modo de la
realidad. Llamamos mentiras piadosas a la afirmación falsa dicha con la
intención de favorecer. Es posible, con
el objetivo de tratar de hacer más digerible una verdad para causar el menor
daño posible. La utilizamos simplemente para evitar disgustos innecesarios o
actitudes que pueden ser desagradables para alguien. En política, se dice que
es noble porque es asociada con la falsedad de los gobernantes destinada a
preservar la armonía social.
En fin, todos mentimos en más de una ocasión, aunque no lo reconozcamos.
Para bien o para mal, cada día decimos alguna mentira que, si bien puede que
sea piadosa, blanca o bien intencionada, no deja de ser para comunicar una
información que no es real. Las mentiras de los políticos no son un error, es
su método. Lingüísticamente hablando, mentir es una transgresión de la
comunicación, puesto que decimos una información que no se corresponde a la
realidad. Cuesta trabajo reconocerlo, pero mentir es parte de la condición
humana. No reconocerlo es de por sí, una mentira. Poseemos el don de comunicarnos
mediante palabras y, sirven para engañar a través de ellas. Mentir consiste en transmitir
informaciones no ciertas. Pero, no todos
mentimos de la misma manera, ni lo hacemos con la misma intención. Ello depende
del contexto, puede que digamos una mentira de forma deliberada, con malas
intenciones, o sin siquiera darnos cuenta de que hemos dicho una.
Civilidad: De vez en cuando hay que decir la verdad para que cuando mintamos
nos crean.
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