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sábado, 6 de junio de 2020

Carta abierta al señor Presidente Iván Duque



Escribo estas líneas con el debido respeto, porque en mi niñez, mis padres y desde los pupitres de la escuela pública me inculcaron eso de: "respetar a los mayores en edaddignidad y gobierno”. Ojalá, que en árabe significa: “Dios quiera” y, permita, que, en medio tantas ocupaciones, lleguen a sus manos.

 Nadie me ha preguntado, y poco interesa; pero como buen ciudadano y con sentido patriótico, voté en las elecciones presidenciales por usted. Lo hice a conciencia, porque votar es un deber ciudadano. Porque todos tenemos la responsabilidad de participar en la vida pública. Y desde luego, porque de la calidad de nuestras decisiones en las urnas, depende en gran medida, el bienestar de todos los colombianos.

El siete de agosto próximo, cumplirá dos años de su cuatrienio, en los que no han faltado las complicaciones y reveses, como la caída de la ley de financiamiento, que fue aprobada en diciembre de 2018 cuyo objetivo, según su Gobierno, era garantizar el funcionamiento de programas sociales, infraestructura, planes rurales y para implementar los acuerdos de paz.  Pero, ¡en un abrir y cerrar de ojos, todo cambió!

“Criticones compulsivos” con lente de aumento, faltando al respeto y a la dignidad del presidente, valiéndose de sus equivocaciones, han buscado réditos políticos, como una manera de eludir sus propias responsabilidades; desde luego, siempre en perjuicio de los demás. Algunas razones y otros motivos, son aprovechados por encuestadores, para difundir a conciencia o sin ella, que su gestión no ha tenido una buena aprobación.

Desde la distancia, en esta Colombia híperconectada, y ahora, desde el aislamiento, siempre he estado pendiente de su gobierno. Por ello, en atención a la dignidad y la alta responsabilidad del cargo que así lo exige, imploro al Todopoderoso ilumine su camino, pues anhelo un mejor país para mis hijos. Poniéndome en sus zapatos de gobernante, siento que no busca el aplauso fácil ni el populismo barato. 

Estoy enterado, que ha debido tomar medidas impopulares. Sígalas tomando señor Presidente si se justifican, y continúe explicándolas, porque a los colombianos de bien nos interesa. Además, porque el electorado y sus oposicionistas vigilan lo que hace y cómo lo hace.  No es fácil dirigir a Colombia, con una clase política que vive al margen de la ciudadanía, pero que están ahí, a un clic de distancia para exigir explicaciones constantes, criticando a todos los gobiernos y, por todo.

Señor Presidente Iván Duque. Las dos pesadas cargas: sanitaria y económica, afectan a gran parte de los colombianos: subida de impuestos; alzas en los servicios públicos, combustibles; recortes sociales y, salariales a funcionarios; desempleo, afectaciones a pensionados. Es sabido que, las “mesas de estudio” preparan una reforma laboral y que luego, vendrá la pensional. Pero, en cambio, sin “mesas técnicas”, otorgan ayudas al sector financiero; informan sobre beneficios a bancos, etc., razones suficientes que incitan a las revueltas. Paradójicamente, las iniciativas que buscan congelar y reducir el salario de los congresistas y altos funcionarios del Estado, se caen o se retiran. Se sabe de nueve tramites fallidos.
La notabilidad de la noticia de gran repercusión mediática de los últimos días, cuando usted, señor presidente, expresó: “Apoyemos, todos, esta medida. Protejamos a nuestros abuelitos. Protejámoslos con cariño, con afecto”, no cayó muy bien, no porque el vocablo “abuelitos” sea un término peyorativo. Sino porque sus órdenes, precisamente no se cumplen con estas nuevas criaturas, y porque, no siempre quien se envejece se deteriora.
Señor Presidente, podría escribir páginas densas aportando datos, citas y opiniones fundadas sobre la pésima atención que se brinda a las personas de la “tercera edad”. Abundan “viejitos” que carecen de ingresos, que sobreviven con el apoyo económico de sus familiares, muchos precarios y, que las ayudas económicas estatales solo cobijan a uno de cada cinco. Después de los sesenta años, más de la mitad de los colombianos tienen que trabajar por necesidad, informalmente y, en condiciones adversas de seguridad social.
Suele ser Señor Presidente, que la vejez es la que recibe menos atención, cuando las EPS no entregan ni oportuna ni de manera completa los medicamentos requeridos por la persona mayor; pues, no garantizan su entrega en un lapso no mayor a 48 horas en su residencia. Tampoco la infraestructura de las EPS dispone de ventanillas preferenciales que permita una atención ágil y eficiente para orientarlos y responderles de forma clara y veraz. Las leyes son letra muerta porque no se cumplen. Acá en Popayán, lo hacen con tono que varía de la conmiseración al franco desprecio.
Señor Presidente, aquí, ¡hasta la muerte nos llega tarde!, pues los fallecimientos por Covid-19, son pocos. En el concierto nacional, Popayán y el Cauca, están ubicados como los de mejor comportamiento en este sentido, lo que indica que hay una gestión que está dando resultados.
Abundan las peticiones, y el llamado a usted, si, a usted, señor Presidente Duque  para que, el Min salud nos apoye garantizando liquidez financiera a nuestros hospitales y clínicas, reconociendo los esfuerzos realizados por la Gobernación del Cauca, y la Alcaldía de Popayán para prestar servicios de salud en las mejores condiciones de calidad, oportunidad y eficiencia.
Señor Presidente Iván Duque, el Cauca constituye un crisol de todos los conflictos.  La violencia no cesa, se desvanece la paz por falta de recursos para inversión social, pues las restricciones presupuestales impiden satisfacer la totalidad de las demandas.

Señor Presidente, la diferencia entre el pasado, el presente y el futuro, es sólo la persistente y vieja ilusión de ver cumplido el sueño en este “mal siglo”, para que usted resucite del largo viacrucis dentro de las vías 4G, la ampliación de la carretera Panamericana, el tramo Popayán-Santander de Quilichao.

Termino, señor Presidente, valorando la trascendencia de este mensaje, para que, bajo su sombra y, como síntesis de su mandato, el Cauca, que ha sido uno de los departamentos con mayor historia en el país y Popayán, otrora altar de la patria, puedan sobreponerse en este vital periplo de la vida.

Dios guarde, a usted señor Presidente y a su familia


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