Una
mirada a la historia del Cauca con mi filial propósito de hacer un recuento de
la situación socioeconómica durante los últimos años del siglo XX y los andados
años del XXI.
Mi Cauca
es uno de los departamentos con mayor diversidad, historia y riqueza en
Colombia. Desde la fundación de su capital, Popayán en 1537, ha jugado un preponderante
papel en la historia del país. Esta amada ciudad continúa llevando de la mano a
sus hijos que nacieron y estudiaron aquí.
¡Lástima
grande la situación ha cambiado! Popayán y el Cauca se mantienen en atraso. Los
problemas actuales del Cauca son diversos y muy complejos. Paradojalmente, esos
problemas se originan en una de sus principales riquezas: su diversidad. Aquí recojo
algunos aspectos de esa problemática:
tenencia de la tierra pobreza, violencia y estancamiento.
El
departamento tiene 42 municipios, organizados en seis subregiones: norte,
centro, Pacífico, oriente, sur y macizo. Cuenta con 83 resguardos y tiene
jurisdicción sobre cuatro parques nacionales. Tiene, además 150 kilómetros de
costas sobre el Pacífico y lo atraviesan longitudinalmente dos cordilleras. A
través de los siglos de esplendor, el Cauca llegó a extenderse por más de
630.000 km2, en lo que hoy son los departamentos de Nariño, Chocó, Valle, la
Amazonia y parte de Antioquia. Ahora nuestro territorio mide cerca de 32.000
km2; es decir, menos del 5% de lo que fue anteriormente. O sea que, nos quedamos con la casa de la hacienda y
vendieron lo mejor de la finca.
Sin embargo, mi Cauca es
una de las regiones con más fuentes de agua de Colombia. Sus valles cálidos de
los ríos Patía, que desemboca en el océano Pacífico y el Cauca con la
llanura, cubierta de selva lluviosa tropical, completan las regiones naturales
del departamento
En el Cauca multiétnico tienen
asiento ocho etnias indígenas: yanaconas, ingas, kokonukos, totoroes, paéces,
guambianos, eperara y los siapidara. Y en el norte del departamento, pobladores negros
conservan sus tradiciones. Es el departamento con mayor población
indígena y, el quinto departamento con el mayor porcentaje de afrodescendientes.
Por su
heterogeneidad y diversidad, calza en la estrofa del himno del Cauca, cuando
dice:
“Blancos,
indios y negros / una sola ilusión / hijos de la misma tierra / frutos de la
misma flor”
“Gran
Cauca o Cauca Grande”, nombre coloquial con que se reconocía el
territorio del Estado Soberano por ser uno de los más grandes y prósperos
durante el siglo XIX en Colombia.
Hoy, mi ciudad nativa, penosamente intenta conservar el orgullo de
épocas gloriosas, cuando junto a Santafé y Cartagena eran los principales
centros del poder económico, político-administrativo y eclesiástico. Esta pródiga tierruca que vio nacer a dieciséis (16) presidentes, denominada “cuna de presidentes”, continúa
pariendo gente valiosa ocupando altos cargos del Estado. En
el gobierno central, representan al Cauca, dignatarios que han sabido
insertarse en procesos de consolidación de la nacionalidad colombiana, así:
ocho congresistas, un ministro del interior, un viceministro de la igualdad y
la vicepresidenta de Colombia. Si ellos, en solidaridad patriótica le devolvieran
el mérito a este bello terruño donde nacieron, el Cauca y Popayán no serían dos
viudas indigentes.
Lo mejor que le puede ocurrir a este pedazo de
la patria que ha vivido cargado de leyendas de remotos tiempos, es que, en la
quimera de la tarde, sus hijos, en unión amorosa, depongan los colores
banderistas para dejar su impronta. Que aflore su sentimiento patriótico, el conocimiento
y, su capacidad de trabajo al servicio de la noble causa para mejorar la
calidad de vida de las gentes de esta olvidada comarca. En esta azarosa y
pútrida atmosfera, levanto el ánimo de mis queridos lectores, haciendo antesala
para que unidos cicatricemos la brecha
de la desigualdad social por la que atraviesa mi amada Popayán y mi Cauca de
ensoñación.
Civilidad: Exorcizar al Cauca y Popayán para abrir caminos del desarrollo.
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