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sábado, 9 de diciembre de 2023

¡Llegó diciembre!

 


Y arrancó la Navidad. A través de los tiempos la Navidad ha cambiado mucho.  En estas fechas son habituales los comentarios proferidos por algunas personas sobre esta celebración religiosa y familiar, afirmando que: “La Navidad no es lo que era”  

Por ello, en este escrito trato de ofrecer un repaso, sobre todo para aquellas almas sobrevivientes del siglo pasado. Se trata de una simple perturbación en el largo río del tiempo de 50 años o más, revelando una doble realidad. La Navidad a través del tiempo, ha sido una celebración llena de alegría para niños y nostálgica para muchos adultos. Es una festividad cada vez, menos determinada por las ideas religiosas y más estimulada por el consumismo, provocando la pérdida del espíritu navideño. La tradición dice que un mágico viajaba hace miles de años, cumpliendo los deseos de las personas que visitaba cada año, regalándoles paz, luz y energía positiva. La Navidad, es la celebración religiosa donde se festeja el nacimiento de Jesús con el mensaje de esperanza, unión, paz, amor y fraternidad entre familia, reuniéndose para compartir sus tradiciones.

En el siglo pasado, el anuncio de la Navidad, se hacía a través de las chirimías que recorrían las calles de Popayán. El diablo vestido de rojo con cachos, perrero y talega en que recogía las monedas, era la distracción de los niños. A mediados de noviembre las dos emisoras existentes rompían la monotonía del año con anuncios y Villancicos anunciando el mes de la alegría. Era pues, una época sin televisión, sin radio, sin redes sociales, sin celulares en oferta y sin carritos a control remoto. Imagínese amable lector, una Navidad sin centros comerciales con indigestión vehicular en el parqueo. Imagínese a la gente caminando por las calles empedradas en una noche de luna para ir a la Misa de Gallo

Supóngase los nacimientos en cada hogar de hace 50, 60, 70 años, en que los querubines de papel se amontonaban en las nubes de celofán; el pastor con la oveja al hombro subiendo por una ladera tiesa de tanto aserrín y engrudo; las ovejas de madera y algodón comiendo musgo dada su inmovilidad. Lamentablemente, es una tradición que prácticamente se ha ido perdiendo.

Durante los últimos años, pocas celebraciones han evolucionado tanto como la Navidad, incorporando otras de distintos orígenes. En 1967, nació el Alumbrado Navideño en Medellín; de allí en adelante, “los alumbrados” de parques y avenidas, de origen paisa, se convirtieron en la columna vertebral del lindo decorado navideño en las ciudades.

La tradición cambió con la llegada del árbol con adornos en época decembrina como costumbre ancestral de romanos paganos. En cuanto al árbol navideño, hay diferentes versiones acerca del origen del pino que adornamos con bolas, moños, estrellas, guirnaldas y luces. Comercialmente el árbol de Navidad lo actualizan cada año con toda la ornamentación necesaria creando árboles de diferentes alturas, estilos y precios. En Colombia el árbol comenzó a ser popularizado a mediados del siglo XX. Sobre el árbol de navidad que no puede faltar en las casas de casi todo el mundo, es un símbolo alrededor del planeta tierra para celebrar esta época del año. Ya sea natural o artificial, ya es un clásico para adornar las casas, oficinas y tiendas. Además, se asocia con la llegada de Papá Noel o Santa Claus, quien deja regalos debajo del árbol, los cuales simbolizan los dones que Dios dio durante el año. Sea cual sea la versión original, es un hecho que la Iglesia se encargó de modificar esta práctica convirtiéndola en un culto religioso en honor del nacimiento del niño Jesús; incluso, la significación religiosa del árbol afirma que éste es una representación del Paraíso, lugar donde vivieron Adán y Eva, los primeros seres humanos en poblar la tierra según el cristianismo y catolicismo.

Civilidad: Que la Navidad, como fecha bendita, mantenga unido a todo el mundo.

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