En
los tiempos infames que corren, la ramplonería, la mediocridad, la codicia y la
falta de escrúpulos se imponen como norma de conducta. Destilan veneno en cantidades industriales,
se emprende contra todo a través de textos, imágenes, vídeos u otros elementos difundidos velozmente por
internet, modificando a menudo con fines humorísticos -memes, fake news,
whatsapp-
Toda
esta “modernidad” se copia sin misericordia para transmitir noticias falsas, que no son más que un
tipo de rumor, para perjudicar a alguien, con contenido pseudo periodístico
difundido a través de portales de noticias, prensa escrita, radio, televisión y
redes sociales, cuyo propósito es la desinformación. Desde luego, todo aquello
que nos inunda acuciosamente, causa molestia, disgusto y franca polarización.
Se impone la política con ese
refranillo del "todo vale por un puñado de votos, siempre que con ellos
pueda conseguir el poder"
Pero como la vida continúa su marcha, sigo
pensando sanamente que todo ciudadano tiene derecho inalienable al voto. Sobre
eso no hay dudas. Lo que quisiera es que cada voto debería tener un valor
específico proporcional al grado de cultura de quien lo deposita. Si impusieran
el voto calificado, se reduciría al mínimo la elección de maleantes de diversos
pelajes, tanto en corporaciones hasta el más alto cargo ejecutivo del
Estado. Vergonzoso que al elegir a
quienes tendrán en sus manos la dirección y orientación de los destinos
gubernamentales, el vencedor sea el favorito de la canallada de mediocres y
corruptos y a la vez de los más vociferantes y los que mejor aguijonean y
estimulan sus bajos instintos mediante consignas elementales y fementidas
promesas propias de culebreros locuaces.
El lado positivo de las redes sociales es que,
nos enterarnos que los elegidos son especímenes carentes de ética, de hablar
con educación, de legislar con autoridad, de tener un discurso decente; pero
eso sí, cultivadores del rencor entre nosotros. Tiempos en que, altos
funcionarios falsifican su tesis, adulteran sus hojas de vida, días en que
líderes de “partidos políticos” acuden a la hipocresía para convertirse en el
valor estrella de la sociedad. Candidatos a gobernantes calumniando, da igual
derecha que izquierda. Días en los que la humanidad carece de valores,
tiempos en los que la palabra tiene el mismo valor que cero. Época
de mentiras como estrategia de marketing, usando todo de una manera destructiva.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario