En mi recorrido de hoy, me
entero que nuestros próceres, encontraran por fin, descanso en su amplio
espectro. Con alegría navideña, advierto aquel transeúnte indiferente,
demasiado ocupado prestándole atención a la historia, hasta el erudito, el
aficionado de los datos y los cuentos de antaño, dictando cátedra sobre las
hazañas de generales que nunca mueren en el campo de batalla. Me topé, también con
un hombre que, con un poco más de imaginación, me indica: “Yo me llamo Simón,
pero no Bolívar”. Después del saludo se larga a contarme la historia del
Libertador que concibió la emancipación como una insurrección general de las
masas populares de América.
Y me encuentro con la sorpresa de que el
Centro Histórico de Popayán, entendiendo por sector antiguo las calles, plazas,
plazoletas y demás inmuebles originarios de los siglos XVI, XVII, que mediante el
Plan Especial de Manejo y Protección PEMP, será modificado. ¡Óigase bien, será
modificado!
De allí, la ilusión que
nubla mi testa al enterarme de ese proyecto para poner a rodar la historia por
las calles de la capital. Casi literalmente hablando, es el empuje de las
directivas del bicentenario que buscan reubicar las estatuas de héroes ilustres,
con la importancia de los grandes acontecimientos y de sus actividades para
conmemorar la próxima fecha patria.
Estatuas de los grandes
hombres, se consiguen en Popayán en todos los metales, tamaños y distintas posturas.
Un escuadrón de cuenteros y asesores de imagen se devanan los sesos para reubicarlas.
Para ello, recorren centros comerciales, parques públicos, zonas de
restaurantes y, todos los espacios públicos, que con sus facetas concentre la
atención de los próceres ¿Qué sería de Popayán sin sus próceres? ¿Qué sería de
la ciudad sin ciudadanos? Nos declararíamos insatisfechos, en la ciudad sin las
masas populares, que en las guerras son los que ponen las bajas que siempre son
altas.
Tuvieron que pasar muchos años para salvar
los recuerdos, y para velar por la conservación de las estatuas, del general
Tomás Cipriano de Mosquera y su enemigo mortal José María Obando para que pudiéramos
admirarlos, frente a frente, blandiendo sus hojas triunfales, en el parque que
lleva el nombre del cuatro veces presidente de la república. Y en el lugar que
desocupa Obando, erigirán la figura de Camilo Torres Tenorio, mártir de la
revolución, quien redactó en 1809, el valeroso documento llamado
de igualdad que los criollos le hicieron a las autoridades españolas. Al quedar
libre la plazoleta del hermoso templo de San Francisco, convinieron darle hospitalidad
a don Sebastián Moyano, quien tomó el nombre de su lugar de nacimiento, la
población de Benalcázar o de Belalcázar, habiéndose formado como conquistador,
además de analfabeto, que dicen fundó a Popayán.
Y, en la colina que por el
oriente domina la ciudad y que al parecer fue construida por los indios a
juzgar por los vestigios allí encontrados, se impondrá la figura del cacique
Payán, en homenaje al jefe de la tribu indígena que habitaba el área alrededor
del monte hoy conocido como el “Cerro de la Eme” cuando llegaron los
conquistadores españoles.
Civilidad: Los rincones
de esta leyenda serán realidad, en un futuro cuando no sea día de los
santos inocentes.
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