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sábado, 17 de septiembre de 2022

¡Cómo no amar a Popayán!


Sobre Popayán solo puede escribirse con mística, con auténtico amor y con sonoro estilo. Ciudad, ilustre entre todas las ciudades de Colombia. Edificada con verdadero arrojo desde la base de sus adobes hasta la cúspide de las cúpulas de sus templos.  Aquí la inteligencia se radicó entre sus muros de barro. Es la ciudad donde los colombianos se reencuentran una y otra vez para contemplar el color y el olor de sus tejados grises y de sus blancas torres. En este terruño, dormita la grandeza del hidalgo que de tarde en tarde sale a elevar su capa refulgente para no extrañar el crepúsculo rojizo. De las aguas torrentosas que cruzan la ciudad, bebieron próceres, mártires, sabios y poetas que cantaron la independencia en las riberas del rio Cauca.  La arcaica ciudad vestida de coloniales edificaciones, en cada puerta guarda silentes tradiciones, que, descritas en cada arco, en cada esquina revelan el pensamiento político de sus gentes. Popayán, otrora ciudad legendaria, extiende sus dimensiones infinitas a los vibrantes volcanes en cuya cima se bosqueja pintada de blanco en lontananza la anhelada paz.  Allí, unas veces resplandece transparente y otras cegadora como el esplendente relámpago, desaparece.

Es la señorial ciudad que, con singular afecto, bajo el viejo cocuyo colgado de sus muros, arropa en la sombra de las noches, al mundo que se queda sin estrellas.  En su rostro manchado de blanco encarnado en sus gentes, resaltan sus floridos balcones, ofreciendo en contraste la elegancia entre sus hojas verdes y sus coloreadas flores.

Popayán vivió su época de esplendor en el siglo XVIII, no solo por ser la ciudad más importante entre Quito y Santa Fe, sino por sus minas de oro que multiplicaron los deseos, la violencia instituyendo la pobreza en el gran Cauca. En los tiempos coloniales tuvo un centro educativo de primer orden, el Seminario Mayor de Popayán, de gran trascendencia, donde la Universidad del Cauca adquiere sus raíces. Allí surgieron las ideas de amplio impacto, las más novedosas del pensamiento filosófico, político y científico de la Ilustración, en el Siglo de las Luces. Fue donde se formaron quienes después serían protagonistas de las luchas de la Independencia del imperio español, personajes como: Francisco José de CaldasCamilo TorresFrancisco Antonio ZeaJosé María CabalJoaquín de Caycedo y Cuero y Francisco Antonio Ulloa, hombres de la política, el estudio y del Estado. Esa la razón, por la cual, los payaneses siempre se ufanaban de ser parientes, o al menos coterráneos de hombres ilustres, letrados, políticos, científicos, poetas, presidentes de la república. Por eso, en 1926 cuando llegó por primera vez el Ferrocarril del Pacífico con el presidente de Colombia, general Pedro Nel Ospina, la gente se aglomeró a admirar la máquina de carbón con sus vagones, dejando casi sola la figura eximia del presidente. Motivo por el cual, alguien con aguda picaresca payanesa exclamó: “lo que pasa es que en Popayán estamos acostumbrados a ver presidentes, pero trenes jamás habíamos visto”.

Civilidad: Evocación del perfil de mi amada ciudad

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