Tengo dicho y subrayo
que “ANI” significa Agencia Nacional de Incumplimiento. Rimbombante sigla
que nos “tiene en babia” con el cuento del proyecto de “cuanta degeneración” para
la construcción de 77 kilómetros de longitud. Nos han dejado con los crespos
hechos desde cuando nos mintieron por primera vez, que sería una inversión por
$ 1.2 billones de pesos.
Cualquier persona, por atenta que parezca, ha
perdido la noción del tiempo alguna vez. La mentira es un antivalor que solo
algunos sujetos son capaces de conservar durante un largo período de tiempo. Y,
aunque ahora digan que nunca nos han “dejado empanados”, no será alguien de
fiar. Meterse en la inmensidad del pensamiento es a menudo tan grato como necesario,
aunque parezca mentira.
En este escrito no seré el autor del “inventario general de
insultos”, solo se decir que nos han entretenido el hambre con la mentira que ha ido muy lejos;
pero hoy, abrigamos la esperanza de volver a caer. En semejante engaño, que, como
una bola de nieve, entre más rueda, más grande se vuelve.
Pero,
no solo dejaron metida a la novia en el altar. Cayeron en la maña de tiempo en
tiempo, autoridades departamentales, municipales, sociedad de ingenieros y
representantes de gremios económicos del departamento del Cauca, quienes al
igual que la comunidad, la entusiasmaron con los beneficios que planteaba el
proyecto, así como del tipo de obras que se realizarían en este importante corredor
vial.
“Estar en babia”, es una dicción que nos lleva
a otras disquisiciones históricas muy lejanas en el tiempo, ojalá no sea aquella
mentira piadosa que nos legó un arzobispo al exclamar: “de Popayán ni el polvo”.
En lengua popayanense, el expresivo término “babia” tiene que ver con el hecho
de comer “la sopa boba”, por la situación de marginación y desamparo a que nos
han sometido desde hace varios años, talvez seis o más, en todo caso, dos gobiernos
nacionales.
“Estar en babia”, es estar
distraído, alejado de aquello de que se trata. La mayoría de ingenieros,
técnicos y críticos coinciden en que hace referencia a esta comarca, donde
habita el sujeto que anda siempre embobado. Hay quienes conversan y yo escribo
que, vivimos en la “patria boba”, de tontos por ser gentes de cortos alcances,
a quienes se atribuyen costumbres ridículas. Repitiendo siempre, lo que le
dicen los huevos al sartén: ¡Nos tienen fritos! La alusión de bobos o tontos a quienes se les
cae la baba, es frecuente en la retórica de “Popaiam”. Son muchas fantasías juntas
en la construcción del corredor vial de “cuanta degeneración”. Utopías para la conectividad del centro del país con el sur del
continente. Van y vienen anunciantes anuales, “que el período de
preconstrucción avanza. Que el diseño
geométrico de la vía, las consultas previas, que las licencias ambientales aprobadas
todas. Que adquirieron el 62% de los predios. Que el contrato establece que los tramos deben
tener anuencia medioambiental. Que hay acuerdo de cesión a los nuevos
accionistas”…, que el otro SÍ, que el otro NO…
Civilidad: La parte positiva de esta
historia es, hacer conocer las tonterías cometidas por los hombres.
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