Mucha tinta ha corrido sobre la anarquía en la “Ciudad Blanca”. En horabuena, la administración del alcalde Juan Carlos López Castrillón, se pone la camiseta de la alcaldía para demostrar su autoridad. Quienes criticaban la falta de capacidad de su gobierno para dar respuesta al proceso desde la informalidad y la movilidad en las calles, ahora deben apoyar sus decisiones. Desde luego, habrá voces discordantes y visiones negativas, pero añadiendo más dinamismo, podrán demostrar que ¡si se puede!
Ahora más que nunca, debemos apoyar a la administración para que la
ciudad continúe siendo un lugar positivo de encuentro, un espacio donde la
gente disfrute habitar, y trabajar; donde se recree, se eduque y se conecte de
manera positiva. Popayán debe ser un lugar de concentración de actividad
económica, creatividad y talento ¡Querer es poder!
En todo caso, la batalla está ya decidida. En
estos momentos no hay otra alternativa. Solo nos queda defender la ciudad de
los depredadores. Lo podemos hacer con amor hacia Popayán, con optimismo, con la
confianza de que es el mejor vividero del mundo. Aún falta mejorar la relación
social para el bienestar de los ciudadanos. Pues, el derecho a la ciudad, es también el derecho a la ciudadanía, convertida
en la cuestión fundamental. Claro, hay muchos factores por enmendar, pero
necesitamos priorizarlos, en una trilogía de soluciones. De allí, esta reflexión
sobre los principales temas por corregir. Si mejoramos la ciudad, mejoraremos
nuestra calidad de vida.
El espacio público como lugar de encuentro, ha adquirido una relevancia
única durante los últimos años. Revitalizar esos espacios degradados,
incorporar procesos de participación y apropiación en su diseño, teniendo en
cuenta muchos aspectos. Recuperar la ribera de los ríos que bañan a la ciudad,
tendrían una doble oportunidad: convertirlos en paseos ecológicos- costeros,
para generar lugares de encuentro ciudadano y desde luego, para mejorar la
calidad de vida.
El
explosivo aumento de los automotores y el indiscriminado deseo de usarlos, por
razones de comodidad o estatus, requiere plantear medidas eficaces para
mantenerlo bajo control a fin de salvaguardar la calidad de vida y sostenibilidad
urbana. Hay que enfrentar también, ese flagelo de la congestión de tránsito
urbano. El tema es complicado y exige una alta capacidad profesional y de
liderazgo de parte de las autoridades de transporte.
El otro
punto de la trilogía, es la seguridad ciudadana. Los datos son alarmantes, pero,
Popayán no es la región más violenta de Colombia. Aunque, algunos consideren
que el crimen y la violencia son el tema de mayor prioridad. Una forma positiva
que puede dar resultados, es la posibilidad de diseñar espacios públicos más
seguros y, detectar puntos calientes de inseguridad en la ciudad. Peatonalizar
el centro histórico, es otra oportunidad para pensar de una manera distinta la
infraestructura de ese conjunto urbano.
He
recorrido la ciudad. Y qué felicidad ver la ciudad limpia de basuras y de
automotores. Se nota distinta, se ve una mejor ciudad. Me topé con un grupo de
funcionarios poniendo orden en la ciudad. Los felicité y emocionado los
estimulé para que Popayán vuelva a ser lo que fue. Una ciudad que busca
mecanismos para resolver los problemas de vida de la gente, también la hace una
mejor ciudad. Se nota pues, que hay gobernanza para atender los problemas que
requieren ser resueltos en conjunto.
El mercado informal existe porque hay demanda. El colorido de
vendedores y puestos con sus múltiples ofertas no deja de ser llamativo, pero
choca con la dificultad de caminar por la acera. Deben investigar si hay
mercadería de dudosa procedencia y hacer entender que es una competencia
absolutamente desleal con quienes aportan al erario a través de sus impuestos. A
pocos metros, subsisten comerciantes afectados. Si se les otorga a los
vendedores estacionarios lugares con alguna habilitación especial, se
ordenarían, responsabilizando a los verdaderos trabajadores. Entonces, peatones
y consumidores, todos seríamos ciudadanos agradecidos.
Civilidad: Sin duda, en el segundo tiempo, el alcalde
Juan Carlos López hará de Popayán, una ciudad atractiva y sostenible.