Dentro de un mes, exactamente, estaremos bajando el
telón de la Navidad, dándole la bienvenida a las festividades, época esperada
por niños y adultos, durante un año. Las ondas hertzianas tocarán los
villancicos que originariamente eran canciones profanas con estribillo de origen popular
y a varias voces. El declive de la antigua forma del villancico, ahora se
conoce más, como un género de canción. Es evidente que no tocan ni de cerca el
tema religioso. no hablan de María, ni de José, ni de Belén o del niño al que
la noche del 24, vio nacer en un pesebre.
La Navidad no es lo que era. Se trata de una simple
perturbación en el largo río del tiempo. Pocas celebraciones han evolucionado
tanto como la Navidad, por ello, trataré de sumergirme en la historia de estos
festejos para lectores mayores de treinta años, antes de que sean sustituidas
por otras.
Vamos
puntualizando de a poco. Con la llegada de diciembre,
doceavo mes del calendario, llega también, una de las tradiciones más antiguas
y más queridas por todos. Las velitas y
faroles de todos los colores, llenan de magia la noche del 7 de diciembre con
la que inicia oficialmente la Navidad. Esa noche conmemoramos el momento en que
el Arcángel Gabriel anuncia a María que fue la elegida, desde antes del
nacimiento, que será la madre de Jesús.
En las cocinas payanesas de vieja tradición
desempolvarán la infaltable, paila de cobre y la cagüinga para la preparación
de natilla, rosquillas y buñuelos. En algunas familias se darán a la ardua
tarea de elaborar los dulces calados, el dulce manjarblanco, manjarillo y, el
dulce cortado.
El término “
aguinaldo” conocido gracias a la antigua tradición consistente en realizar pequeños juegos para dar y recibir regalos, que se entregan el 24 de diciembre. Es parte de una tradición que tiene orígenes muchísimo antes de la era cristiana para dar y recibir propiciando la abundancia. Realizar juegos y departir en familia o con amigos se volvió una constante; siendo uno de los más populares, “al preguntar y no contestar el sí y el no”, ya que es muy difícil resistirse o no responder
También, se acostumbraba a
jugar al “beso robado”, durante la época de las novenas que van del 16 al 24 de
diciembre y que consistía en robarle un beso a la pareja, pero sin dejar que
ella se lo diera a uno. Tenía sus variaciones, dependiendo de la creatividad y
las condiciones de las parejas, pudiéndose jugar solo a un beso en un solo día
y quien lograra robarlo, se ganaba el aguinaldo. Otra, era poner un límite de
besos. Por ejemplo, quien llegara primero a los diez besos, se haría ganador
del premio del perdedor.
Uno de los juegos más populares era,
“palito en boca”, que consistía en mantener durante el juego, siempre algo en
la boca. Una pajita, un palillo, lo que fuera, siempre y cuando permaneciera en
la boca, enseñándoselo cuando alguien del grupo exclamara la frase: “¡pajita en
boca!”, ante lo cual debía abril la boca y mostrar lo que tenía allí oculto.
Luego entonces, si no tenía nada, perdía y el ganador del regalo era de la
persona que había logrado descubrir que tenía la boca vacía.
En
esta temporada decembrina, lo importante es disfrutar y recuperar o mantener las
tradiciones de nuestros antepasados, que precisamente por curiosas y
simpáticas, se resisten a desaparecer.
Civilidad: La Navidad y el Año Nuevo están a la
vuelta de la esquina. Transmitamos buenos deseos en estas fiestas, augurando un
excelente porvenir para Colombia.
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