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sábado, 30 de mayo de 2020

¡Llegó el momento!

"No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura: Albert Einstein.

Oyendo a dos innegables líderes caucanos: el ex senador y ex gobernador Jesús Ignacio García y al senador y ex gobernador Temístocles Ortega, quienes hicieron un balance radial del acontecer nacional, regional y local, entendí que promovían un mensaje necesario para la reconciliación de los caucanos. Seguramente inspirados en las sabias palabras del Papa Francisco, instándonos a la unidad, cuando afirma: 

"Estamos en la misma barca y somos llamados a remar juntos".

Si ponemos un granito de arena, podemos afrontar la cruda urgencia del ahora. Mirando hacia adelante, como ciudadanos de bien debemos recuperar de nuestro vocabulario, los vocablos: “colombianismo” y, “caucanismo”, con amor patriótico para sacar adelante a Popayán y al Cauca. Tenemos que cambiar las cosas y las vamos a cambiar.
Llegó el momento de relegar el odio disfrazado de amor. Llegó el momento de cambiar esa política dañina tan adversa para Popayán y el Cauca. Llegó el momento de cerrar filas contra esa oprobiosa oposición, sin razón, a todo y contra todos. Llegó el momento del rechazó a las acciones violentas, y todas las formas de financiación de guerrillas y la promoción de grupos paramilitares en el Cauca donde la Paz se nos escapa. Llegó el momento de alzar la bandera blanca en pro de una estrategia que hermane a todas las fuerzas vivas de la sociedad caucana alrededor de la reparación democrática. Llegó el momento de aceptar la conducta de la democracia en Popayán, Cauca y Colombia, donde por desgracia las mayorías son secundarias como una costumbre inveterada. Llegó el momento para que la rectitud y la transparencia en el servicio público vuelvan a ser la regla. Llegó el momento de entrar a valorar criterios de eficacia, eficiencia y profesionalidad de nuestros dirigentes a conciencia de que estaban bien preparados.
Claro, no será fácil salirnos de la verdadera crisis que durante muchos años nos ha agobiado: la crisis de la incompetencia. De esa ineptitud nacida de todos los colombianos, que nunca nos ha permitido adelantar una cruzada para encontrar las salidas y soluciones a los disímiles problemas que nos incomodan. Pero tenemos que cambiar la mentalidad de la sociedad porque el antagonismo no es la solución. Concentrarnos en la reconciliación, exige cambios de corazón y espíritu, así como para el cambio social y económico. Solo así, los problemas serán irrelevantes.
 La borrasca mundial que azota a la humanidad, debe ser la fuente para llegar a puerto seguro, de tal manera que nos permita desenmascarar nuestra vulnerabilidad, dejando de lado el veneno, el odio y el resentimiento que llevamos dentro de nosotros mismos.

El haber participado Popayán y el Cauca, directa y activamente, primero en la revolución anticolonial, y luego, contra las posiciones que la aristocracia terrateniente criolla mantuvo en la estructura social, nos permitió formar cuadros para elegir a nuestros propios dirigentes.  Nuestra democracia, les ha otorgado derechos a las tres razas, para que hoy sean gobernantes. Primero al indígena, Floro Tunubalá, hoy como mandante del Cauca a Elías Larrahondo.  Y desde luego, al Presidente Iván Duque, el cuarto presidente más joven de Colombia, sin saber que llegarían a sortear los vientos del mundo orientando el timón para salir del naufragio, pues, sin crisis todo viento es caricia. He ahí cumplidos nuestros derechos en nuestra ya no tan joven democracia.
Nadie puede poner en duda que nuestros mandantes, Presidente, gobernador y alcalde estén legitimados para tomar decisiones públicas ni que también lo estén, los senadores Luis Fernando Velasco y Temístocles Ortega, para que, sin anteponer sus intereses electorales a los intereses de la organización pública, todos, lideren las mejores decisiones para lograr la unidad de la sociedad. Desde luego, en unión con todas las fuerzas vivas del Cauca: la iglesia, los gremios económicos, las asociaciones indígenas, negras, sindicales, las diferentes líneas políticas y periodísticas, sin exclusión alguna, bajo el entendido que la verdadera esencia de la democracia, es asegurar que cada uno pueda desarrollar todo su potencial pues, “todos valen para algo”.
Tengo la impresión que en el diálogo radial del periodista Ovidio Hoyos, con los dirigentes Ortega Narváez y García Valencia, afloró lo mejor de cada uno, hablaron de crisis, evidenciándola, resaltándola, no solo para enfrentarla sino para superarla, porque callarla sería como exaltar el conformismo. Hicieron la convocatoria para que nos unamos todos y, actuemos juntos, sin exclusiones, en una misma dirección. Debemos aceptarla, pues, el momento actual no admite vacilaciones, no solo por la epidemia, sino por lo que se avecina. La crisis económica y social se va a profundizar. Por lo tanto, es entre todos, con solidaridad y confianza como podemos superarla. Las acciones aisladas ayudan, pero no son suficientes. Nunca como hoy, es tan urgente y necesaria la unidad de los caucanos para construir con optimismo y decidir nuestro futuro; sería una tragedia no luchar para superarnos.
¡Alguien tiene que tomar la batuta! En estos tiempos cruciales y de sobrevivencia, es necesario que el Cauca vuelva a ser ese referente histórico para lanzar propuestas para reformular el régimen político, de transformar al Estado, de cambiar los sistemas de representación. En definitiva, de otorgarle nuevos criterios a la democracia, desde la participación comunitaria y desde la identidad colombiana

domingo, 24 de mayo de 2020

¿Quién paga la cuenta?



El título de este escrito me hace recordar lo que decíamos en mi juventud, después de una bebeta en una noche de bohemia en “El Sotareño”, cuando algunos amigos de farra se hacían los dormidos, otros se volaban para no pagar y, de últimos, quedábamos los paganinis (quien paga los gastos de otros)
Hoy, sin un sorbo de licor, pasando tragos amargos, lo más preocupante, es la cuenta de cobro cuando salgamos de la cuarentena. Además del montón de muertos, nos “vacunarán” para pagar las deudas de la crisis económica.
Según los expertos, esto todavía puede ponerse más feo. Por ahora, digamos las cosas por su nombre, pues de pronto se olvidan que nos ordenaron confinarnos porque los modelos epidemiológicos estimaron que millones de personas podrían morir en todo el planeta. Esta regla, por supuesto, es a los países pobres, y a los grupos sociales más pobres de los países ricos, a quienes las dos crisis: sanitaria y económica a quienes golpea mucho más fuerte. 
Las ayudas humanitarias y las cuentas ocasionadas por el Covid-19, en algún momento tendremos que pagarlas.  No es necesario ser egresado de Harvard para que esta época caracterizada por la crisis económica que afecta al mundo, debemos analizarla como catástrofes de manera lógica. De algún bolsillo tendrá que salir.   Colombia ha seguido al pie de la letra los ciclos económicos y la forma de afrontar las crisis igual que la vienen desarrollado los sistemas capitalistas modernos para afrontar la desentorchada que se avecina.
Analicemos, el Banco de la República, para enfrentar la volatilidad en el mercado financiero que se está presentando por cuenta de la pandemia, ya salió a subastar US$400 millones para dar la liquidez de dólares y de pesos en el mercado financiero. El gobierno acentuará reformas fiscales más profundas, incluida la mutualización de las tasas de interés, permitiendo bajarlas para permitir un mayor gasto a fin de estimular la economía y recuperar el crecimiento. Así mismo, anunció subsidio a las mipyme que hayan perdido el 20 % de sus ingresos. El gobierno del Presidente Iván Duque, ha decretado la suspensión del cobro del impuesto al consumo hasta diciembre; adelantó los tres días para compras sin IVA en el 2020 y ha liberado el cobro del IVA del 19 por ciento a los locales comerciales. Es decir, ha tomado medidas que, les permite a los ciudadanos de menores ingresos comprar más barato. Ante tanta obediencia económica, el FMI ha dicho: … “si la situación de salud se estabiliza, Colombia lideraría la región”.
Hago un paréntesis para explicar que “consumismo”, es adicción a la infelicidad, dado que nuestro sistema económico necesita ciudadanos adictos al consumo, pues, aunque tenemos cada vez más cosas, seguimos comprando más y más cada día. Pues, la adicción a comprar no es un problema de algunas personas, sino un problema que tiene nuestra sociedad. Entre tanto, la clase media sumisa, en el limbo social, es una máquina de deseos y frustraciones que sufre de parálisis. El estrato medio, es un estrato que -vale la pena decirlo- es responsable en gran parte de la productividad del país, que paga impuestos y que, por lo general, no tiene derecho ni a subsidios, ni a exenciones. El DANE ha dicho que, una persona de “clase media” es aquella que gana entre $450.000 y $2.250.00 pesos al mes. Este modo de definir a la “clase media” tiene implicaciones para el cálculo de la inflación, - que se basa en una cierta canasta de consumo- para establecer las tasas de los impuestos y para encauzar los subsidios del Estado. Pero también le sirve al gobierno para magnificar el efecto de sus políticas sociales, o para dar la impresión de que la economía va bien y, que el bienestar social ha mejorado. Estadísticas, al fin y al cabo, pero que tienen muy claras repercusiones políticas. Y qué decir del sistema de salud colombiano que se financia bajo la lógica de los sistemas Bismarckianos, es decir con parafiscales. Mejor dicho, con las cotizaciones de los trabajadores del sector formal que financian buena parte de los gastos en salud del país. El Ministro de Hacienda, antes del encierro, anunciaba otra reforma tributaria, ahora advierte que la deuda del Gobierno puede superar el 60 % del PIB. Entonces, con mayor razón, hasta cierto punto, será necesaria una tributación más progresiva de la riqueza. 
Esta situación nos demuestra la crisis por la que cruza la sociedad y la falta de solidaridad a la que simplemente respondemos haciéndonos los de la vista gorda frente a la pobreza de los vecinos; y más, cuando es un estrato medio o alto. Grandes casonas que, de portalones para fuera, lucen la gloria pasada, alardeadas por el: "mira, la casa de la familia tal y tal", pero que, por dentro, ocultan, desánimo, pobreza, angustia. Como decían las abuelitas: "la procesión va por dentro”.

sábado, 16 de mayo de 2020

¿Quién gobernará al mundo?


A estas alturas de la pandemia, ya sabemos que el coronavirus Conavid-19 no es solo la crisis sanitaria que puso en jaque la política económica de cada país. Sino también, que las dos pandemias, cambiarán la forma en que los países se relacionarán entre ellos. Habrá un nuevo orden mundial, dependiendo quien gestione mejor la pandemia, quien descubra primero la vacuna y, su resultado lo ubicará en el primer lugar para liderar el mundo en el siglo XXI.
En la actualidad, el globo terráqueo está dominado por un puñado de personas poderosas que se reúnen periódicamente alrededor de una mesa, cuyo poder consiste en su capacidad de influir sobre los demás; posibilidad que está hoy, en manos de las grandes instituciones financieras, bancarias y de las empresas transnacionales, cuya acción tiende a configurar las decisiones políticas.
Dicho lo anterior, nadie espera que un país que siga mirando con nostalgia al pasado sea el próximo líder global. Por ejemplo, a Rusia con todo su armamento nuclear de nada le servirá en este nuevo mundo, puesto que, las armas nucleares perdieron interés estratégico frente al poderío tecnológico, inteligencia artificialBig Data (gran volumen de datos que inundan los negocios ) La historia avanza tan rápido, que, todo cambia vertiginosamente. La tecnología se vuelve obsoleta en sólo unos cuantos meses. 
La Unión Europea dejó pasar su oportunidad para liderar el nuevo orden mundial. Se desvaneció la idea de que el bloque europeo se pusiera al frente del nuevo escenario. Ante el fracaso de su proyecto de integración y tras el trancazo del Brexit, agreguémosle su escasa o nula solidaridad entre Estados para hacer frente a la crisis sanitaria por el coronavirus.
Por su parte, Francia, debilitada económicamente, y descartada la Gran Bretaña por el Brexit; el único país que en forma individual podría tenerse en cuenta como líder geopolítico global sería Alemania; pero, lo cierto es que, ningún país de la Unión Europea podrá ser líder solitario. Aunque Alemania, goza de mucho poder económico, carece de poder político, pues fuera de su territorio, no tiene ninguna influenciaEntonces, Alemania y Japón, seguirán jugando como eternos protagonistas secundarios.
Entonces, todo apunta a que el nuevo orden global derivado de la crisis sanitaria del coronavirus, será liderado por China. El péndulo del siglo XX liderado por Occidente, ahora se mueve hacia el Oriente. Concretamente hacia China quien tiene el poderío tecnológico, un sistema político blindado y un dinamismo económico sin precedentes. China se encamina a arrebatarle el poder hegemónico a los Estados Unidos, sin el uso de armas hipersónicas, sin disparar un solo misil. Aquí cabe recordar el ocultamiento de China, permitiendo que el mundo perdiera entre cuatro y seis valiosas semanas para combatir el Coronavirus Covid-19. De allí que el mandatario norteamericano asegurara tener suficiente evidencia para demostrar que el régimen del Xi Jinping engañó a la comunidad mundial, reafirmando que China, “hizo todo lo posible para asegurarse de que el mundo no se enterara a tiempo”. “Fue un clásico esfuerzo de desinformación comunista”, sentenció. 
Luego entonces, - “blanco es, frito se come, gallina lo pone-.” En los años venideros, China  será el próximo líder mundial, instaurando un gobierno único, colectivista, burocrático, controlado por sectores elitistas y plutocráticos.
Durante los últimos años, China ha emergido no sólo como una potencia económica con tasas de crecimiento promedio anuales que superan el 9%, sino también como un importante jugador en el ámbito comercial al incrementar su participación en las importaciones mundiales manufactureras. Sin vacilación, China ahora más que nunca, decidirá reanudar una guerra comercial de consecuencias imprevisibles. China no solo es el gigante asiático, sino un líder mundial en el campo de la inteligencia artificial, el reconocimiento automático de voz y el big data.
Meto mi nariz, fundamentado en la lectura y en la actual coyuntura, la cual está marcada por acontecimientos inéditos, que darán lugar a un nuevo orden que demanda ser estudiado, caracterizado y comprendido. La teoría de conspiración acerca del llamado Nuevo Orden Mundial no es nada nuevo, pues nació de un plan diseñado en la época de  Mijaíl Gorbachov y George H. W. Bush quienes  usaron el término para tratar de definir la naturaleza de la posguerra fría y el espíritu de cooperación que buscaba materializar entre las grandes potencias.
Tampoco es desconocida la existencia del Grupo Bilderberg que encuentra la oportunidad para que ´los miembros de la élite mundial´ hablen en privado de manera abierta y relajada; camarilla esta que busca socavar la democracia global. Y, es que, tal como está desarrollándose la crisis sanitaria y la financiera pareciera que fue perfilada deliberadamente para planear matar el 80% de la población mundial. Todo porque, la superpoblación es una de las causas más importantes de la mayoría de los problemas en el mundo. No importa si se trata de la falta de alimentos, agua potable o energía; cualquier país del mundo tiene o tendrá que enfrentarse a ello.
Ahora de nuevo, surge la teoría del Nuevo Orden Mundial para referirse a un nuevo período de la historia con el que se pretende, de este modo, porque hay pruebas suficientes para cambios drásticos en las ideologías políticas y en el pretendido equilibrio de poderes.

Civilidad: Mientras tanto, en el Cauca morimos, de pulmonía y plomonía


domingo, 10 de mayo de 2020

HOY ES UN DÍA DISTINTO



Este escrito para divulgar a mis leyentes, bellos días que nunca volverán. Desde la escuela pública, cuando se ingresaba a ella a los siete años, edad en que los niños alcanzan el “uso de la razón”, claves en el desarrollo de la persona, y que, según los estudiosos, el niño, deja de tener pensamientos mágicos para regirse por la lógica.
Durante esa etapa evolutiva de la infancia, mi contacto con el mundo estuvo compuesto de una sensibilidad más libre, pues, acariciaba sin ningún problema a los animales, comía las plantas, agarraba tierra entre mis manos, todo sin ningún temor, conociendo el uso social de los objetos.  Vivía, entonces, en un sentido muy grande de unidad con lo que existía. Razón tiene Herman Hesse, Premio Nobel de literatura cuando afirma: “Dadme los primeros seis años en la vida de un niño y os regalo el resto”.
Los cimientos de aprendizaje, me los transmitió mi adorable madre, pues, a mitad del siglo pasado no existían colegios que se dedicaran a atender exclusivamente a niños en edad preescolar, pre kínder y kínder. La enseñanza infantil de aquel tiempo, se reducía a los estrechos márgenes de la familia. Fue entonces, la incorporación de la mujer al trabajo productivo, el fenómeno histórico y social que trajo cambios en los hábitos de crianza, ante el abandono temporal de los hijos por parte de la madre trabajadora. De allí, la multiplicación establecimientos preescolares que entraron a resolver el cuidado y protección del niño en ausencia de la madre.
Desde los pupitres de la escuela pública, me enseñaron a celebrar la fiesta en honor de todas las madres con carácter religioso que luego, terminó siendo un modelo de fiesta más comercial, tal como sucede con papá Noel y Halloween para meternos en el consumo excesivo e innecesario de bienes y productos. ¡Lástima grande! porque, es una jornada que sirve para gastar y comprar regalos, pero no para venerar realmente a la figura materna.
En tiempos idos, cuando se aproximaba el día más especial del año para las mamás, en la escuela nos preparaban para esta fecha tan señalada en el calendario. Era un día exclusivo para demostrar a nuestras progenitoras que en realidad las queríamos, a través de pequeños pero significativos regalos elaborados con nuestras propias manos, con grandes dosis de cariño. En esa época enseñaban trabajos manuales, agricultura, ética, urbanidad y civismo. Era pues, una buena opción para desarrollar la creatividad con actividades que promovían la libertad de expresión, la poesía, la declamación y, el emprendimiento, potenciando la capacidad creativa y la imaginación, como auténticos tesoros de la juventud.
Ya, durante la celebración del Día de la Madre, en un bello escenario, los alumnos uniformados de paño negro y corbata. Los niños que teníamos el privilegio de tener la madre viva, lucíamos en el ojal del saco, un clavel rojo; y quienes la habían perdido, uno blanco. No podía faltar el sainete con un fuerte tinte humorístico que reflejaba ideas y costumbres populares. Declamábamos poesía alusiva a la madre, además un valor documental mostrando fielmente cómo vivía y pensaba la sociedad, sobre todo, expresando la importancia de identificarse con la patria y unirse a ella, en fervor nacionalista. Mucho nos insistían por el respeto en, “edad, dignidad y gobierno”. Al finalizar, una serenata musical al son de un trío de guitarras, entonando lindas canciones colombianas y desde luego, las alusivas a la celebración de las madres. Las agasajadas mamás emperifolladas, hermosas todas ellas, henchidas de emoción, aplaudían, confundiéndose en abrazos, besando y apretujando a sus hijos.
Hoy es un día distinto. Ante las adversidades que estamos pasando, debemos aprovecharlo para fomentar la unión familiar. En estos momentos de crisis, la imaginación es más importante que el mercantilismo. Es un día distinto, es la ocasión perfecta para pasar un verdadero Día de la Madre, en familia, rodeando, amando y consintiendo a ese ser tan idolatrado. Nunca como hoy juntos, unidos en amor maternal.  Por primera vez el mundo en familia, tiene la ocasión de abrazar a la angelical figura de la Madre.
Hoy es un día distinto. Podíamos ensayar a cocinar en unión.  Aunque parezca una locura, hoy podemos poner en práctica las dotes culinarias de los hijos en su propia casa, pasándola en grande, desatando la aptitud culinaria sin correr ningún riesgo.  Al menos, de nuestras manos, ¡un postre para celebrar el Día de la Madre!
Este escrito, en memoria de las dos mujeres más importantes de mi vida. A mi Mamá Josefina, que vivió y luchó por mi existencia, a quien le atribuyo lo que soy. Y a mi esposa Alix, que hoy no está presente en este día, pero que me apoyó en momentos difíciles y alegres de mi vida. Hoy es un día distinto porque ahora ellas descansan al lado de Dios, pero siguen vivas en mi recuerdo.
Civilidad: ¡Feliz día, adorables Madres!








sábado, 2 de mayo de 2020

TIMBILIMBO



De las páginas de mi libro “Personajes Típicos de Popayán”, extraigo lo que escribí sobre Jorge Eduardo Artunduaga Jordán, quien era último de los personajes típicos que quedaban en esta bien amada villa. Nació en Popayán en el año de 1932, en la vieja ciudad que se nos fue. Antes tuvimos otros célebres protagonistas que provenían de prestantes familias, al igual que “Timbilimbo”, lo comprueban sus apellidos. Era una persona de excelentes calidades morales, de buena formación, decente y con disposición para el trabajo, aunque con limitaciones físicas y, mentales que, desde luego, no eran impedimento alguno para relacionarse con los demás y vivir en comunidad. Desde mi niñez, lo vi cruzando las hidalgas calles llamando la atención. Se detenía en la puerta de cafés o cafeterías, saludando gozoso a los forasteros y los lugareños a quienes conocía muy bien para estirarles la mano diciendo:” dame una moneda”.

Vestía bien, aunque la correa y sus pantalones fueran más arriba de la cintura y, más grandes que “el muerto que le había regalado” (gente buena que donaba ropa que había dejado de usar, haciéndola acomodar en hogares tradicionales del pueblo. No tenía tics o ningún gesto extraño. Carecía de comportamientos indebidos, pues nunca se le escuchó decir “palabrotas”; su jerigonza era inolvidable para los transeúntes.  No era un ciudadano con quien se pudiera tertuliar, era parco en el hablar. Su familia, se vanagloriaba de que fuera tratado como un personaje típico de la ciudad, pero no como un “bobo”, ni “persona inoportuna”, ni tampoco, un “tarado mental”, “de aquellos que siempre llegan a incomodar a los visitantes, a mirarlos y sonreírles sin motivo, para exigirles una moneda o mendigarles un pan.

Este era uno de los casos que valía la pena referir para la historia humana colectiva de la ciudad. Era conocido comúnmente como “Timbilimbo”, hombre apreciado por toda la ciudadanía payanesa. No era indelicado, ni cansón, ni insoportable. Ahora agobiado por los 88 años y una dolencia congénita de la cadera, que molestaba su caminar, partió hacia el infinito. Aún en la memoria de la patojada, lo evocamos recorriendo las coloniales calles. Fue una persona servicial desde que lo conocimos cuando niños. Era pues, poseedor de una mente ingenua. A pesar de los años, se comportaba como un niño. Siempre se ganaba “una moneda” distribuyendo los populares “volantes”, desde lejanos tiempos, de los teatros: Municipal, Valencia, Popayán, Anarcos, Palacé y Bolívar, salas de cine a las que promocionaba las películas. Los volantes eran pequeños papelitos, rosados, azules, blancos o verdes, anunciando las “cintas” que “daban” en matiné, social, vespertina o nocturna. “Timbilimbo” era el encargado de llamar la atención a los amantes del séptimo arte para que acudieran a esos teatros de la ciudad. Era el publicista personalizado y barato de aquellos tiempos. También nos acostumbró a verlo escalera al hombro, un tarro de engrudo y brocha, pegando los carteles mortuorios en los que se invitaba a las exequias y que “Timbilimbo”, fijaba en determinadas esquinas de la ciudad, invitando a los funerales del día.

Una anécdota simpática y muy respetuosa de este típico personaje a quien se conocía por su buen trato con los demás, al dar y recibir el sobrenombre popular de “Timbilimbo”, sin importar a quien o donde, con la condición de que fuera reconocido; un día, se encontró al doctor Luís Fernando Velasco, quien caminaba con unos senadores a quienes había invitado a visitar a Popayán. Abordándolo Eduardo Artunduaga Jordán, le pidió con su acostumbrada frase: “Timbilimbo dame una moneda”. Al oír esto, los acompañantes senadores, y creyendo que así apodaban los coterráneos al senador, lo promulgaron entre el Congreso de la república, llamándolo por aquel entonces, al Senador Luis Fernando Velasco, “Timbilimbo”.

Otra anécdota, tras larga ausencia de la ciudad, el Dr. Andrés Arroyo Cajiao, regresó a Popayán ya con el cargo de Gobernador del Cauca.  Un día cualquiera, “Timbilimbo” con el mayor desenfado por haber sido su condiscípulo, lo abordó en la calle para decirle: “Hola Andrés, siquiera volviste a Popayán, aunque fuera de Gobernador”. Comparto este escrito con la gente corriente, apegada a este terruño para rendir homenaje a Jorge Eduardo Artunduaga Jordán, alias “Timbilimbo”, porque este personaje típico hizo parte de aquellas facetas culturales que identificaban al conglomerado humano del Popayán que se nos fue.

Civilidad: “Timbilimbo” hizo parte del patrimonio cultural de Popayán, descanse en paz.