Estudiando detalladamente
el origen y evolución de este puente desde la antigüedad, nos encontramos con
un período de su historia en el cual predomina el uso del arco a la
hora de construirlo y darle soporte. La forma arqueada era una de las
preferidas a la hora de levantar cualquier tipo de puente, y todo esto se debía
al grado de seguridad estructural y soporte general que involucraba las
construcciones que utilizaban métodos constructivos utilizando el arco.
El añoso
puente del Humilladero Puente del Humilladero, - único
de este tipo que se ha conservado en Colombia- fue
antiguamente la entrada principal a Popayán. Aunque ya no
cumple la función para la cual fue construido, sigue siendo un monumento
histórico importante de la ciudad. Y aunque, en 1883 la Legislatura del Estado,
le dio el nombre de "Puente Bolívar", hoy no se menciona como tal. Está construido sobre 12 arcos, que además de
cruzar el río Molino, sirvió para evitar la inclinada cuesta peatonal a la
calle segunda. Era tan inclinado el trayecto que, no se podía escalar sin dejar
de bajar la cabeza. Esta al parecer, es una de las razones por la cual se
denominó el “Puente de Humilladero”. Aunque la otra versión es que, fue
construido por los indígenas a quienes los españoles avasallaban con trabajos
forzados. Recordemos que a finales del siglo XVI comienza la etapa de la
colonización, que implicaba poblar el territorio, organizar el trabajo para
extraer la riqueza para enviar a España, gobernar y administrar los
territorios. Pero no solo sacaron riquezas, sino que dejaron su impronta a
través de las tres formas de trabajo indígena. Para ellos,
la mita era el trabajo de los indios en las
minas; encomienda era el trabajo en agricultura y
ganadería y, el yanaconazgo que era el trabajo de los indios rebeldes. Desde
luego, por la mita, la encomienda y el yanaconazgo hubo violencia. En tiempos
libres los dedicaban a hacer obras, con base en el
trabajo esclavo, entre ellos, los tres puentes de Popayán: el puente
del Humilladero, la Custodia y el viejo o chiquito sobre el rio Cauca. No hay
que olvidar que autoridades coloniales de diverso rango,
sugirieron o adoptaron distintas políticas para tratar de mejorar la situación,
algunas de las cuales vale la pena reseñar: hacer más eficiente la
administración de los gobernadores en cuanto a la contención de las supuestas
tendencias disolutas y la pereza de la gente con el fin de contar con brazos
suficientes para el trabajo de minas; el establecimiento de “casas fuertes” en
las minas con el objeto de enviar allí como trabajadores forzados a todos los
transgresores, lo que debía contribuir también a mejorar los problemas que
acarreaba la escasa fuerza de trabajo esclava y de esta manera evitar el
“acabamiento de los indios”, y que la Corona sirviera de banco de los mineros,
fiándoles con cargo a la producción minera una parte de los costos de la
introducción de los negros africanos.
Lo cierto es
que, el gobernador de la Provincia de Popayán, Vicente Cárdenas y el jefe
municipal, Rafael García U, fueron quienes ordenaron el inicio de los trabajos,
comisionando al ingeniero E. Sawaski para levantar los planos y hacer el
presupuesto. El constructor del puente fue el arquitecto e ingeniero fray
Serafín Berbetti de la Orden Franciscana, quien descendía de una familia rica.
A los 24 años de edad entró como novicio a la Orden franciscana, adelantando,
además, estudios en medicina, arquitectura e ingeniería.
Se cuenta
que días antes de la inauguración del puente, los críticos de la época,
alarmaron a las autoridades gubernamentales, advirtiéndoles del peligro que
ofrecía al quitar la cercha del último arco, este se vendría abajo. Fray Serafín, sin alteración ninguna y
sonriendo, les aseguró: “No se preocupen que vendré a almorzar debajo del puente
mientras se quitan las cerchas” y así procedió desbaratando los andamios sin
que se presentara ninguna novedad. Han transcurrido 147 años desde su
inauguración hasta hoy, y el puente sigue en pie.
Sin embargo,
el pago que recibió Fray Serafín, fue albergue y comida durante la construcción
del puente, pese a que el costo de la obra fue tan solo 18.000 pesos oro, que a
decir de los entendidos de la época pudo costar 70.000 pesos. El puente fue
inaugurado y puesto en servicio el día 31 de julio de 1873 y al entregar la
descomunal obra realizada por Berbetti y García, se entregó una declaración de
agradecimiento suscrita por 82 personalidades de la ciudad, encabezadas por el
obispo de Popayán.
Civilidad: Tres
bienes culturales de Popayán que permiten captar la historia de alguna manera,
pero bastante olvidados de nuestro país.
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