En el corazón de la ciudad, al pie de efigie del sabio Caldas, me topé con “Toño”. Llegó a Popayán hace 28 años, pero todavía saluda diciendo: “quiubo mano”. Salió de la ciudad de grandes avenidas, de agitada vida comercial, matizada por el verde intenso de los árboles que la identifica como la “Ciudad de los Parques”.
Se vino de Bucaramanga por orden de don Alejandro Galvis, antiguo propietario del Diario El Liberal. Dirigente político santandereano del Partido Liberal, de larga trayectoria en cargos públicos. Fundador del periódico Vanguardia Liberal, verdadera institución del periodismo en la región. Pujante empresario, dueño de paquetes accionarios de seis periódicos tradicionales regionales, entre ellos: Vanguardia Liberal, El Universal, La Tarde, El Nuevo Día, La Patria y El Liberal, que fue vendido en el año 2012.
Antonio Alarcón Reina, vino a cumplir el importante rol de conseguir oxigenar las finanzas de nuestro periódico insignia “El Liberal”. Ello le dio la oportunidad de conocer, personajes y las costumbres que nos identifican. A este santandereano no lo obligó don Alejandro, sino que le tocó. Venía por un año y, se quedó para siempre ¡P’a Dios que sí!
Con el paso de los años, entendió que el `camello` en Popayán no es difícil, sino “arrecha la joda”. Entre sus funciones concretas, recorrió calles antiguas y modernas. En esa paciente misión, este `pingo`, se dio a la tarea de hurgar la historia de la “Ciudad Blanca”, enquistándose hasta nuestros días, investigando, estudiando y analizando los hechos anteriores. Lo pasado como pasado y lo presente como presente, siempre en el interés constante de su relación con los demás. Le gustó la ciudad y le durará el resto de la vida.
Desde el momento que llegó, recorrió lugares, calles, plazas que tienen algo que contar. Quiso conocer a nuestra población, asimiló la significación de sus calles y en todas y cada una de ellas, encontró impreso un rasgo de sus valores. Supo de sus hijos predilectos o de los mejores y distinguidos de la Patria. Se enteró de sus labores triunfales, sus tradiciones, sus sentimientos, sus costumbres lejanas e inmediatas. Caminó “jijuemil” pueblos para averiguar sus relaciones con otros pueblos y hasta sus actividades, su tráfico, su comercio y su industria. Hoy, en cualquiera de sus calles en que se detiene, encuentra la patente, los caracteres de la raza y de nuestra idiosincrasia.
Desgraciadamente da pena confesarlo: la historia de Popayán, es desconocida por gran parte de sus hijos. Para algunos no representan nada los nombres de
ilustres hijos que se desvivieron por nuestra tierra, sacrificando sus desvelos y aún su vida por ella.
Antonio Alarcón sin ser raizal, ha rotulado en sus libros gran número de calles, portalones y fachadas payanesas. Ha hecho conocer al mundo las excelencias de este hermoso rincón de Colombia. A esta tierra querida llegó porque encontró una fuente de remanso dulcísimo para sus fatigados días en la agotadora lucha de la vida.
Esta ciudad tan bonita, tan blanca y tan deliciosamente hogareña, lo acogió instituyendo un premio para corresponder a su amor demostrado a la ciudad. Vino aquí, por el año 1991, por recomendación del doctor Alejandro Galvis, se enamoró de Popayán y hoy es el Gerente del diario “El Nuevo Liberal
Antonio Alarcón Reina, vino a cumplir el importante rol de conseguir oxigenar las finanzas de nuestro periódico insignia “El Liberal”. Ello le dio la oportunidad de conocer, personajes y las costumbres que nos identifican. A este santandereano no lo obligó don Alejandro, sino que le tocó. Venía por un año y, se quedó para siempre ¡P’a Dios que sí!
Con el paso de los años, entendió que el `camello` en Popayán no es difícil, sino “arrecha la joda”. Entre sus funciones concretas, recorrió calles antiguas y modernas. En esa paciente misión, este `pingo`, se dio a la tarea de hurgar la historia de la “Ciudad Blanca”, enquistándose hasta nuestros días, investigando, estudiando y analizando los hechos anteriores. Lo pasado como pasado y lo presente como presente, siempre en el interés constante de su relación con los demás. Le gustó la ciudad y le durará el resto de la vida.
Desde el momento que llegó, recorrió lugares, calles, plazas que tienen algo que contar. Quiso conocer a nuestra población, asimiló la significación de sus calles y en todas y cada una de ellas, encontró impreso un rasgo de sus valores. Supo de sus hijos predilectos o de los mejores y distinguidos de la Patria. Se enteró de sus labores triunfales, sus tradiciones, sus sentimientos, sus costumbres lejanas e inmediatas. Caminó “jijuemil” pueblos para averiguar sus relaciones con otros pueblos y hasta sus actividades, su tráfico, su comercio y su industria. Hoy, en cualquiera de sus calles en que se detiene, encuentra la patente, los caracteres de la raza y de nuestra idiosincrasia.
Desgraciadamente da pena confesarlo: la historia de Popayán, es desconocida por gran parte de sus hijos. Para algunos no representan nada los nombres de
ilustres hijos que se desvivieron por nuestra tierra, sacrificando sus desvelos y aún su vida por ella.
Antonio Alarcón sin ser raizal, ha rotulado en sus libros gran número de calles, portalones y fachadas payanesas. Ha hecho conocer al mundo las excelencias de este hermoso rincón de Colombia. A esta tierra querida llegó porque encontró una fuente de remanso dulcísimo para sus fatigados días en la agotadora lucha de la vida.
Esta ciudad tan bonita, tan blanca y tan deliciosamente hogareña, lo acogió instituyendo un premio para corresponder a su amor demostrado a la ciudad. Vino aquí, por el año 1991, por recomendación del doctor Alejandro Galvis, se enamoró de Popayán y hoy es el Gerente del diario “El Nuevo Liberal
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