Esta
frase es un proverbio con la variante del cilantro que es bueno, pero no tanto.
Viene como anillo al dedo y, me valgo de él, para decir, que todo en exceso
termina por ser malo.
Indiscutible,
Popayán necesita medidas restrictivas para regular el tráfico vehicular por las
siguientes razones: hay exceso
de carros en Popayán; es preciso seguir mejorando la malla vial, aunque reducir
la franja vehicular no haya resultado; porque siguen aparcando vehículos a lado
y lado del corredor vial; no tenemos transporte público eficiente; los
conductores no respetan las normas de tránsito. Para colmo de males, hay otros factores que inciden para que no fluya el
tráfico vehicular, por ejemplo: no se han preocupado por sincronizar los
semáforos; no hay quien controle los giros haciendo dos y tres filas de
automotores; permiten el estacionamiento por largas horas en las vías lentas a
taxis, buses, vehículos particulares y oficiales.
¿Por qué no plantean políticas de movilidad empezando por el
principio? Educando a los payaneses cómo deben circular. Es que, se está enraizando la costumbre de ver las vías con
actitud de manejo agresivo, como en guerra, mirando a los de a pie, ciclistas y
a los demás conductores como enemigos. Acudiendo a cualidades negativas,
haciendo cambios bruscos de carril; ignorando el uso de luces direccionales para no ceder el paso y desacelerando bruscamente,
motivando caos vehicular y accidentes de tránsito.
Las
medidas o cambios abruptos no deben ser soluciones definitivas. Urge mirarlas
con una visión mucho más amplia y completa porque Popayán seguirá creciendo.
Lamentable
que el “remedio”, sea con visión restrictiva, para los males que aquejan a Popayán
por el congestionamiento y caos vehicular, pues podría ser peor que la
enfermedad. En este sentido, el refrán lleva implícita la importancia de la
moderación. Siendo esta, una de las más importantes virtudes del ser humano,
pues hace referencia al equilibrio y la armonía en oposición a los excesos, que
son negativos, tanto para la salud de la administración municipal como para las
personas.
Pico
y placa extendida, tiene un efecto negativo. Es contraproducente. Aplica para
las grandes ciudades, no solo por congestión vehicular, sino como alerta
ambiental. Restringir a los propietarios el uso abusivo de sus vehículos, durante
dos días a la semana, por largas horas, se vuelve excesiva, tediosa y
desagradable. Bueno es el control, pero no tanto, porque, todo en exceso es malo,
lo poco agrada, lo mucho enfada. Sin duda, se descacharon.
Se requiere una visión más amplia,
implementando herramientas técnicas para solucionar el caos vehicular. Existen
otras medidas, como: peatonalizar el Centro histórico; hacer retenes policivos restringiendo
el ingreso vehicular en las cuatro entradas de la ciudad durante las horas de mayor
congestión, controlando el pico y placa de 7 a.m. a 10 a.m. y en la tarde de 5
p.m. a 7 p.m., sin afectar el ingreso a escuelas, colegios, universidades y sitios
de trabajo; es decir, sin exagerar los castigos.
Civilidad: Objetivo primordial, educación
vial. Nada de medidas facilistas y en exceso, todo con medida
No hay comentarios.:
Publicar un comentario