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domingo, 28 de julio de 2019

Por amor a Popayán se quedó


En el corazón de la ciudad, al pie de efigie del sabio Caldas, me topé con “Toño”. Llegó a Popayán hace 28 años, pero todavía saluda diciendo: “quiubo mano”. Salió de la ciudad de grandes avenidas, de agitada vida comercial, matizada por el verde intenso de los árboles que la identifica como la “Ciudad de los Parques”.
Se vino de Bucaramanga por orden de don Alejandro Galvis, antiguo propietario del Diario El Liberal. Dirigente político santandereano del Partido Liberal, de larga trayectoria en cargos públicos. Fundador del periódico Vanguardia Liberal, verdadera institución del periodismo en la región. Pujante empresario, dueño de paquetes accionarios de seis periódicos tradicionales regionales, entre ellos: Vanguardia Liberal, El Universal, La Tarde, El Nuevo Día, La Patria y El Liberal, que fue vendido en el año 2012.
Antonio Alarcón Reina, vino a cumplir el importante rol de conseguir oxigenar las finanzas de nuestro periódico insignia “El Liberal”. Ello le dio la oportunidad de conocer, personajes y las costumbres que nos identifican. A este santandereano no lo obligó don Alejandro, sino que le tocó. Venía por un año y, se quedó para siempre ¡P’a Dios que sí!
Con el paso de los años, entendió que el `camello` en Popayán no es difícil, sino “arrecha la joda”. Entre sus funciones concretas, recorrió calles antiguas y modernas. En esa paciente misión, este `pingo`, se dio a la tarea de hurgar la historia de la “Ciudad Blanca”, enquistándose hasta nuestros días, investigando, estudiando y analizando los hechos anteriores. Lo pasado como pasado y lo presente como presente, siempre en el interés constante de su relación con los demás. Le gustó la ciudad y le durará el resto de la vida.
Desde el momento que llegó, recorrió lugares, calles, plazas que tienen algo que contar. Quiso conocer a nuestra población, asimiló la significación de sus calles y en todas y cada una de ellas, encontró impreso un rasgo de sus valores. Supo de sus hijos predilectos o de los mejores y distinguidos de la Patria. Se enteró de sus labores triunfales, sus tradiciones, sus sentimientos, sus costumbres lejanas e inmediatas. Caminó “jijuemil” pueblos para averiguar sus relaciones con otros pueblos y hasta sus actividades, su tráfico, su comercio y su industria. Hoy, en cualquiera de sus calles en que se detiene, encuentra la patente, los caracteres de la raza y de nuestra idiosincrasia.
Desgraciadamente da pena confesarlo: la historia de Popayán, es desconocida por gran parte de sus hijos. Para algunos no representan nada los nombres de
ilustres hijos que se desvivieron por nuestra tierra, sacrificando sus desvelos y aún su vida por ella.
Antonio Alarcón sin ser raizal, ha rotulado en sus libros gran número de calles, portalones y fachadas payanesas. Ha hecho conocer al mundo las excelencias de este hermoso rincón de Colombia. A esta tierra querida llegó porque encontró una fuente de remanso dulcísimo para sus fatigados días en la agotadora lucha de la vida.
Esta ciudad tan bonita, tan blanca y tan deliciosamente hogareña, lo acogió instituyendo un premio para corresponder a su amor demostrado a la ciudad. Vino aquí, por el año 1991, por recomendación del doctor Alejandro Galvis, se enamoró de Popayán y hoy es el Gerente del diario “El Nuevo Liberal

sábado, 20 de julio de 2019

El alcalde que Popayán necesita




La bien amada Popayán está endeudada hasta las cachas. Cuando restan 98 días para el elegir el 27 de octubre al próximo alcalde, creí que pocos ciudadanos aspirarían a esta chanfaina. ¡Gran equivocación! Entre mayor es el desmadre de la ciudad, más ‘candidotes’ hay. Esto me hace recordar la frase que usaba mi abuela: “de eso tan bueno no dan tanto”
Tal vez, los cándidos-candidatos no conocen de tal responsabilidad. No saben qué tan lejos están en realidad del logro de sus sueños.  Es posible que su afán político no les permita apreciar las consideraciones técnicas, administrativas, fiscales, del alcance presupuestal. Los aspirantes a alcaldes no han medido el impacto atronador por el fallo que condena a pagar la friolera de setenta y dos mil millones de pesos a una firma de ingenieros hoy en la cárcel; ni tampoco la afectación que en muchos casos, les producirá enfrentarse súbitamente a la complejidad de los procesos urbanos. Es probable que no tengan claro hasta dónde van los límites del poder. Seguramente su mirada es más realista y más objetiva, creyendo que lo que necesita esta ciudad, no es un alcalde sino un tesorero (a).
Los días están contados para el destino de esta  ciudad. El ánimo de los ciudadanos está por el piso. No por ello debemos dejar de hacer bien la tarea para escogerlo, para que gobierne, no como quiera, sino como quieren los electores, en pro de la ciudad. Los votantes aspiran a que quien  llegue a la alcaldía no se vaya a aterrorizar por las complejidades de los asuntos propios del trajinar del gobierno local, para que después, no salga a decir que lo montaron en una ‘vaca loca’.  
Como resultado de numerosas situaciones, el alcalde que Popayán necesita, debe ser una persona impopular. Tanto que su papel al frente de la alcaldía sea significativo, con una cosecha suficiente de iniciativas y capacidad verdadera para llevarlas a cabo. Urge un alcalde conectado con la realidad de la ciudad. Que produzca antipatía y animadversión por tomar determinaciones radicales para poner orden en la ciudad. Que uno de sus defectos sea detectar el origen de los problemas que aquejan a esta bella ciudad de campanarios. Que vele por la vida de los habitantes de toda la ciudad, desde los niños hasta los ancianos.
Que el descontento ciudadano, sea por aplicar medidas, desde el inicio de su gobierno. Que no le de tregua  a los cazadores de votos peregrinos a costa del capital político del alcalde saliente. Debe ser una experiencia electoral, al servicio del propósito de convertir a Popayán en una verdadera democracia consolidada y no polarizada. Que sea un aprendizaje de la consecuencia de elegir bien. La sabiduría popular debe servir de algo. Llegó el momento justo para encontrar la perspectiva de futuro para elegir, entre el desfile de cándidos-candidotes con cotorreo de lo que ellos quieren, para preferir el discurso de lo que la ciudad necesita.
Civilidad: Platón era un convencido de que no acabarían las desgracias humanas hasta que los filósofos ocuparan los cargos públicos o hasta que los políticos se convirtieran en auténticos filósofos.


miércoles, 17 de julio de 2019

LA HISTORIA CALLADA.


                                                              

  No hay gran huella en los libros sobre esta narración de la historia callada, que oculta las vidas cotidianas de hombres y mujeres anónimos que encontraron fundamentalmente en la música, los cantos, los bailes, las comidas y bebedizos como la mejor forma de resistir la opresión de sus amos.
Pese a la clase social a la que pertenecía nuestro libertador Simón Bolivar y por los viajes que realizó a Europa, los banquetes, nunca llegaron apoderarse de su paladar. No era muy amante de la carne, prefería comer vegetales. Escogía comer frutas. A su paso por Popayán le encantó el salpicón de la vieja Baudilia, de quien se dice era descendiente de esclavos que pudieron experimentar la libertad; enseñando a su bisneta Zoraida, la magia de lo que hoy conocemos como la cadena de frio.
Cuando no soñaban con la invención del frigorífico, para garantizar intacta la temperatura, durante el transporte, almacenamiento y venta, para preservar la calidad, propiedades y caracteristicas del hielo, era común ver las mulas cargadas con témpanos de hielo. En un habitáculo de madera, recubierto de sal y aserrín de madera de los aserraderos, un operario provisto de un garfio traía los bloques de hielo almacenado de la nieve que caía durante el invierno en las faldas del majestuoso Volcán Puracé. Evidentemente extraer nieve y el hielo para venderlo en la ciudad, se había convertido en un oficio muy próspero en el siglo XVIII. Ese es el origen de la receta del bebedizo recubierto de nieve; el refresco para los gaznates que los patojos bautizamos como el “salpicón de Baudilia”.
En el siglo pasado, fue Doña Zoraida de Lemos y familia, quienes le dieron categoría al hielo raspado en complicidad de la mora de Castilla, el lulo y la guanábana. Retomó auge este picadillo de frutas en el salón o “Heladería de Baudilia”, ubicado en el casco urbano de la ciudad, en la carrera 5ª con calle 3ª esquina, lugar de encuentros familiares y amorosos para dar rienda suelta a ese sabor tradicional payanés, famoso por su mezcla única e indescifrable.
Al zarpar doña Zoraida a otro destino, diferente al terrenal, nuestra costumbre degustativa no se perdió. Precisamente, “Doña Chepa”, quien ha puesto en alto el nombre de Popayán en el mundo entero con sus afamados “aplanchados”, no dejó morir la tradición del “salcpicón de Baudilia”. Para deleite de propios y visitantes, abrió un establecimiento bajo el nombre de, “Mora de Castilla”, en donde se da gusto al paladar con alimentos y preparaciones, que ya hacen parte de la historia de Colombia.
Imposible dejar de referirme a otro manjar callejero: “el raspao”, amasijo de hielo que sigue siendo parte de nuestra idiosincracia. En su origen, un hombre con atuendo blanco, acarreaba en una carreta de madera la marqueta de hielo; raspando con un cepillo de aluminio provisto de una afilada cuchilla moldeaba una copa revestida de coloridas mieles y gotas de limón. Montado en un palito, nos daba la opción de disfrutar del delicioso refresco popular, contra la estufa del sol, el tiritante raspao.

domingo, 7 de julio de 2019

Bueno es el culantro pero no tanto




Esta frase es un proverbio con la variante del cilantro que es bueno, pero no tanto. Viene como anillo al dedo y, me valgo de él, para decir, que todo en exceso termina por ser malo.
Indiscutible, Popayán necesita medidas restrictivas para regular el tráfico vehicular por las siguientes razones: hay exceso de carros en Popayán; es preciso seguir mejorando la malla vial, aunque reducir la franja vehicular no haya resultado; porque siguen aparcando vehículos a lado y lado del corredor vial; no tenemos transporte público eficiente; los conductores no respetan las normas de tránsito. Para colmo de males, hay otros  factores que inciden para que no fluya el tráfico vehicular, por ejemplo: no se han preocupado por sincronizar los semáforos; no hay quien controle los giros haciendo dos y tres filas de automotores; permiten el estacionamiento por largas horas en las vías lentas a taxis, buses, vehículos particulares y oficiales.
¿Por qué no plantean políticas de movilidad empezando por el principio? Educando a los payaneses cómo deben circular.  Es que, se está enraizando la costumbre de ver las vías con actitud de manejo agresivo, como en guerra, mirando a los de a pie, ciclistas y a los demás conductores como enemigos. Acudiendo a cualidades negativas, haciendo cambios bruscos de carril; ignorando  el uso de luces direccionales para no  ceder el paso y desacelerando bruscamente, motivando caos vehicular y accidentes de tránsito.
Las medidas o cambios abruptos no deben ser soluciones definitivas. Urge mirarlas con una visión mucho más amplia y completa porque Popayán seguirá creciendo.
Lamentable que el “remedio”, sea con visión restrictiva, para los males que aquejan a Popayán por el congestionamiento y caos vehicular, pues podría ser peor que la enfermedad. En este sentido, el refrán lleva implícita la importancia de la moderación. Siendo esta, una de las más importantes virtudes del ser humano, pues hace referencia al equilibrio y la armonía en oposición a los excesos, que son negativos, tanto para la salud de la administración municipal como para las personas.
Pico y placa extendida, tiene un efecto negativo. Es contraproducente. Aplica para las grandes ciudades, no solo por congestión vehicular, sino como alerta ambiental. Restringir a los propietarios el uso abusivo de sus vehículos, durante dos días a la semana, por largas horas, se vuelve excesiva, tediosa y desagradable. Bueno es el control, pero no tanto, porque, todo en exceso es malo, lo poco agrada, lo mucho enfada. Sin duda, se descacharon.
Se requiere una visión más amplia, implementando herramientas técnicas para solucionar el caos vehicular. Existen otras medidas, como: peatonalizar el Centro histórico; hacer retenes policivos restringiendo el ingreso vehicular en las cuatro entradas de la ciudad durante las horas de mayor congestión, controlando el pico y placa de 7 a.m. a 10 a.m. y en la tarde de 5 p.m. a 7 p.m., sin afectar el ingreso a escuelas, colegios, universidades y sitios de trabajo; es decir, sin exagerar los castigos.  
Civilidad: Objetivo primordial, educación vial. Nada de medidas facilistas y en exceso, todo con medida