Todos los días de Dios, invoco a mi santa madre, a ella, la
primera mujer en mi vida. Ninguna como ella podrá remplazarla nunca. Ella sigue
siendo la más importante, ni siquiera mi esposa, que es otro ser excepcional en
mi existencia, podrá quererme tanto como ella.
Este artículo dedicado a las madres, no apareció el día que
universalmente se lleva a cabo el segundo domingo de mayo, porque se que el
amor de madre no puede ser de un solo día, por motivos de la
comercialización de este día. Al publicarlo en el tercer domingo significa que
estoy contra el sentido consumista y mercantilizada que ha tomado la
celebración
tan digna del rol de las madres.
El
Día de la Madre, debería festejarse más que con regalos materiales, con medidas
concretas que reivindique que el universo afectivo de las madres salga de las
cuatro paredes de casa para extenderse a la calle, las plazas o el Congreso.
Que desde el hogar se aconsejen para que la gran familia humana, cada uno de
los integrantes pueda vivir en paz. Que
Cada uno, en nombre de la maternidad y
la humanidad llevando en su misión, la impresión sagrada de Dios.
Resaltar el día de la madre, en honor a las mujeres que sacrifican su
día a día por los hijos. No hay un trabajo que
tenga una jornada laboral tan larga como ser mamá. Las mujeres ejercen su rol
de mamá día y noche, sin descanso, con dedicación y amor inacabables... ¡y sin
salario! Entonces, no puede ser un día al año cuando festejemos sus esfuerzos
con regalitos, poemas, canciones y agasajos. Para
ellas, las demostraciones deben ir más lejos de los obsequios. Para las mamás
que es lo mejor del mundo que nos enseñó a echar raíces y a tener alas. No
busquemos en los almacenes, ni restaurantes el mejor regalo para la progenitora
de nuestros días. Para aquella persona que nos llevó en su vientre, cargándonos durante
nueve meses para traernos a la vida, dándonos la oportunidad de ser hombres o
mujeres con un propósito y un destino en la tierra. Ese ser especial a quien
dulcemente llamamos “mamá” Para todas esas hermosas madres mi voz se alza y mi
pluma escribe para darles el más merecido de los reconocimientos por esa misión
de amor que les fue otorgada por el Creador del mundo.
El interés de este escrito es para tomar conciencia
para que un hermoso regalo a nuestra madre no se olvide nunca porque sale del
corazón de sus hijos. Así que una buena madre, desea que sus hijos tengan buen
comportamiento y que sean amorosos. El mejor regalo que se le puede dar a una
madre no es material. Las madres ansían calor familiar, felicidad, cariño y
cuidados.
Que todos los días sean apartadas las diferencias y situaciones que nos han desunido y que sea un día de reconciliación.
El mejor regalo para una mamá es no sentirse sola ni abandonada por los hijos que ella tanto ha amado.
Que todos los días sean apartadas las diferencias y situaciones que nos han desunido y que sea un día de reconciliación.
El mejor regalo para una mamá es no sentirse sola ni abandonada por los hijos que ella tanto ha amado.
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