Caminar la ciudad
Dejé pasar el tiempo para escribir sobre este
tema, después de la partida del incomparable amigo Jaime Vejarano Varona con
quien diferíamos en el concepto recorrer a pie el Centro Histórico de la amada
Popayán. Don Jaime, no aceptaba el
cierre de las vías en torno al parque de Caldas, porque siempre quiso llegar a
la puerta de su destino montado sobre un vehículo. Analizamos los pros y contras
de peatonalizar la vieja ciudad. Por mi parte, sigo insistiendo en la necesidad de enfrentar al mayor enemigo:
el automotor.
Ahora más que antes, los vehículos dificultan
la tranquilidad del viandante y, cuando las angostas aceras llegan al máximo de
su capacidad con personas cargadas de maletines, además de motos, bicicletas,
sillas de ruedas circulando en todo sentido vial, por los andenes que son para
los caminantes y no para ventorrillos. El automóvil, que una
vez fue un instrumento de libertad, se convirtió en una prótesis mecánica
que pone en peligro nuestras vidas, malgasta nuestro tiempo y genera gases
contaminantes. En Popayán,
existe la creencia que, el coche da estatus social, llegando hasta la puerta del hogar o al puesto de trabajo, en tanto, otras
ciudades tienen el hábito del transporte
compartido o la bicicleta que es más barato, y más ecológico.
Cuanto más caminable es una
ciudad, mejor y más fuertes son los lazos que se generan en la comunidad, desde
apuntalar al comercio hasta conseguir que los niños reafirmen sus relaciones
sociales llegando al colegio a pie. Propiciar el cambio de rutinas en la forma
de desplazarse al lugar de destino: hogar, trabajo, colegio, universidad para
que cada vez se haga más en bicicleta o a pie para alcanzar los beneficios de una
ciudad “caminable”. Los lugares `caminables `urbanos proporcionan una economía una
economía mucho más activa que los no caminables. De allí que, promover un
mayor nivel de ‘caminabilidad’ es primordial, para beneficiar la salud y
aumentar la calidad de vida, Hacer zonas
más ‘caminables’, incrementa el valor de los predios, el turismo y, de hecho, mejora la movilidad.
El gobierno
local implementó la medida del ‘Pico y Placa’, pero sin éxito. Entonces, cuando
el volumen de personas aumenta cada vez más y la
cantidad de automotores es desproporcionada para la
ciudad y al sentirnos hacinados en virtud de las obras en marcha, además, de la
molestia con los vehículos (chimeneas) de servicio público que no corresponden
a las tarifas que cobran, ¿cuál sería la recomendación para mejorar la
movilidad de Popayán?
Una solución temporal, a
manera de ensayo, ante las otras alternativas que se quedaron cortas, debe ser
la buena decisión, original y muy buena,
cual es la peatonalización. La mejor prueba, de su conveniencia, es la
demostrada durante la Semana Santa, el Festival
Gastronómico y los viernes de museos. Desde luego, ello será posible, siempre y
cuando la autoridad se haga sentir ante los indisciplinados conductores de
servicio: público, privado, oficial, motociclistas, ciclistas y peatones porque todos somos causa del
desorden.
Civilidad:
Peatonalizar la ciudad. Cuanto antes lo hagamos, mejor
viviremos
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