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sábado, 20 de julio de 2024

Puñetazo Histórico

 


Reescribo la historia de Colombia, al cumplirse 214 años de independencia, sin desconocer las iniquidades raciales, dándole importancia al mestizaje en la creación de lo que hoy es la riqueza cultural, que muestra cómo, afrodescendientes e indígenas y, mujeres, hicieron importantes aportes al desarrollo económico, político, social y cultural de nuestro país.

De allí que, el 20 de julio, sea un importante símbolo nacionalista, que marcó un hito en la emancipación de los criollos contra la corona española. Pero, la historia de Colombia suele ser confusa y, como ya no enseñan la historia ligada a la causa libertaria, la reescribo, pues en la actualidad, tiene una connotación distinta.

Celebremos el grito de independencia, izando el tricolor colombiano en casas, edificios públicos y privados, como tributo a lo que fue la primera emancipación por parte de los criollos.  Recordemos, que este no fue un proceso de un día, pues su máximo esplendor fue la disolución de la Gran Colombia, la cual se efectuó en 1830.

Sobre el suceso del 20 de julio, existe una carta muy  importante que el denominado ‘Tribuno del Pueblo’, José Acevedo y Gómez, le escribió a su primo, el administrador de aguardientes, Miguel Tadeo Gómez, contándole lo que logró presenciar aquel día en la plaza central, luego que un grupo importante de criollos y españoles reunidos, durante el día de mercado, mezclaron conversaciones de negocios con  tertulias políticas, en torno a la atmósfera de aquel día, en que se respiraba un desapercibido aroma a revolución.

La carta de Acevedo y Gómez, explica que algunos conocidos de la antigua Bogotá acudieron a la casa de Llorente en busca de un florero en calidad de préstamo, para la fiesta de bienvenida del Comisionado Regio, Antonio Villavicencio, a la que los españoles no habían sido invitados. La conversación se acaloró, cuando el comerciante niega la petición. Las gruesas palabras alimentaron la ira del mayor de los Morales, quien le propina un puñetazo en la cara. Los fuertes gritos buscaban hacer valer el nombre de los criollos ante la multitud.  En la carta de José Acevedo y Gómez a don Miguel Tadeo Gómez, le cuenta:

“Ayer veinte fueron a prestar un ramillete a don José González Llorente para el refresco de Villavicencio, a eso de las once y media del día, en su tienda en la primera Calle Real, y dijo que no lo daba; y que se cagaba en Villavicencio y en todos los americanos; al momento que pronunció estas palabras le cayeron los Morales, padre e hijo; se juntó tanto pueblo, que, si no se refugia en casa de Marroquín, lo matan. En seguida, como a eso de las dos de la tarde, descubrieron al alcalde toda la conspiración. El pueblo no le permitió actuar: descerrajaron la casa de infiesta, jefe de ella, y si no le rodean algunos patriotas, brillaban los puñales sobre su pecho, lo mismo que sobre Llorente, a quien también sacó de su casa con Trillo y Marroquín, que escapó vestido de mujer, pero le cogió el alcalde”.

Este incidente, debido a los incumplimientos de los europeos hacia los criollos, que ya habían adelantado algunos acuerdos entre las partes para el respeto mínimo de derechos. Al final de la tarde, luego de la revuelta, el pueblo nombró a Acevedo y Gómez como su tribuno, para redactar el acta de independencia. Aunque los criollos no lograron su independencia aquel día, porque el reinado de España no soportó la bofetada a sus tropas, enviando al reconocido ‘Pacificador’ Morillo, quien llegó a territorio americano aproximadamente en 1816 para reconquistar lo perdido, desarrollando lo que al día de hoy se recuerda como la ‘Patria Boba’. Pero, luego, en 1820, Bolívar y su ejército libraron una fuerte batalla en Boyacá para lograr la definitiva emancipación de los españoles.

En Colombia se conoce como Patria Boba, al periodo comprendido entre 1810 y 1819, caracterizado por un inútil enfrentamiento entre propuestas denominadas federalistas y centralistas, que originó una enorme desorganización política y anarquía entre gobiernos, ciudadanos y regiones. Situación de desorden y desorientación que parece estar repitiéndose, así sea con características y expresiones diferentes, de acuerdo con los conflictos propios de esta época. Algunos consideran que el actual estado de cosas se origina por la estructura, orientación y filosofía de la Constitución de 1991, prefiriendo hablar, no de Patria Boba, sino de Constitución Boba.

Civilidad: La Constitución no es más que un marco normativo, que por excelente que sea, es susceptible de ser deformada en su interpretación y aplicación.

 

 

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