“Reflexionar sobre nuestra muerte es
reflexionar sobre nuestra vida. La muerte es una dimensión de la vida. Para
Martin Heidegger, filósofo existencialista, la muerte es el acontecimiento
esencial en la aventura humana. La muerte es un misterio, la consideramos como
el momento de decir adiós a todo, es el viaje de irás y no volverás. ¿Por qué
nacimos, si vamos a morir? Cuando el cuerpo enfermo siente sensación de
declive, de fragilidad, desarmonía, malestar, disolución… se vislumbra un
momento trágico de desaparición con pérdida de todo: familia, posición social,
patrimonio, fortuna… La muerte se produce al cesar las funciones fundamentales:
actividad cardíaca y actividad respiratoria, lo que representa el cese de las
funciones cerebrales. Existe la muerte biológica o muerte cerebral y la muerte
total de todo el organismo. Nos preguntamos si existe la vida después de la
vida (Moody, Raymond A.) ¿Morir es pasar a otra dimensión?
El gran filósofo, pensador y político
francés Edgar Morin separa hombre-cultura,
vida-naturaleza, física-química. No es posible bioquímicamente la inmortalidad.
Hay muchísimas reacciones metabólicas irreversibles. No se acepta la muerte,
hay una cultura negadora de la muerte, y es una actitud inmadura. La
muerte no es el enemigo. En las facultades de Medicina se tiene esta creencia.
Hablar de la muerte es un tema antisocial, un tabú. Pero la vida del hombre se
define por el fin del mismo, como un camino a cuya meta conduce. La vida es el
tiempo que transcurre entre nacimiento y muerte, o, mejor dicho, es el conjunto
de actos que un viviente realiza.
Pierre Teilhard de Chardin estudia profundamente el tema de la muerte relacionado con el
cristianismo. Teilhard de Chardin era
pensador, filósofo, sacerdote y jesuita. La muerte es el acontecimiento
esencial en la aventura humana. En «El medio divino» expone
que la creación, la encarnación y la redención son indisociables. La historia
de la cosmogénesis, de la biogénesis y la antropogénesis se presenta como un
esfuerzo de síntesis convergente hacia la existencia de un fin último que Teilhard de Chardin llama punto omega. En la
muerte es como en un océano, viene a confluir nuestras disminuciones, bruscas o
graduales, y la muerte es el resumen. La muerte es una debilidad incurable de
los seres corporales. El mismo autor tiene los ojos fijos en Cristo resucitado,
hacia quien toda la creación aspira y en quien encuentra su consistencia.
Cristo ha vencido la muerte. Acepta la verdad de la muerte como posibilidad
propia e ineludible del ser humano.
Morin,
sociólogo, pensador, filósofo y político dice que el hombre comienza las
creencias religiosas a partir de enterrar a los muertos, magia, brujería,
espiritismo, chamanes, creencias en la otra vida, resurrección, inmortalidad…
nacen del intento humano de resolver el problema de la muerte. Su credo
científico era separar conceptos hombre-cultura, vida-naturaleza y
física-química”
He querido compartir este escrito porque, hoy
domingo de resurrección, la vida es la celebración de la existencia. Y porque,
la vida es un brillante acontecimiento que nos da la capacidad de nacer,
respirar, desarrollarse, procrear, evolucionar y morir.