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sábado, 30 de septiembre de 2023

La cosa política enantes y antualito

 

Quien esto escribe, pertenece a épocas pretéritas por eso no se estremece de la política de hoy, en tanto que, otros se aterrarán de cómo era la cosa política enantes. Ahora es muy difícil ejercer la política, porque la creciente influencia del dinero desnaturaliza los principios básicos democráticos. En el pasado próximo existían solo dos partidos tradicionales: conservador y el Partido Liberal Colombiano, el más antiguo.

Había ideología entre ellos y en un principio, fue bastante contrastante. Los conservadores favorecían un estado centralista y confesional (católico) siendo apoyado por la clase terrateniente latifundista. En contraste, los liberales defendían el estado federal y con una fuerte separación entre Iglesia católica y estado, el cual llegó, en ocasiones, hasta la persecución eclesiástica. (Tomás Cipriano de Mosquera amenazó a los clérigos para que se sometieran a la autoridad del Gobierno, so pena del destierro)

Hasta el 1920 Colombia era económicamente, uno de los países más atrasados y aislados del continente. El siglo XX colombiano fue un periodo de profundas transformaciones que se dieron en contextos contradictorios de guerra y paz, de autoritarismo y democracia, de proteccionismo y liberalización de los mercados. Luego al final de la guerra de los Mil Días, los ideales socialistas tomaron fuerza y se radicaron en el ala radical del Partido Liberal, conllevando a la creación del Partido Comunista Colombiano y otros partidos.

Existen varios periodos de tiempo que sitúan la iniciación del conflicto: primero, desde 1925 o 1928, con las protestas de distintos sectores y movimientos sociales. Y para 1930 cuando se termina la denominada "hegemonía conservadora" con el inicio del gobierno liberal de Enrique Olaya Herrera.

Durante las décadas del 40 y 50, Colombia experimentó varios problemas políticos entre los grupos liberales y los conservadores, los cuales culminaron en un período de violencia. En 1948, el candidato liberal a la presidencia, Jorge Eliécer Gaitán, fue asesinado. Tras su muerte, empezaron varias protestas violentas, donde murieron mínimo tres mil personas. Protestas violentas que recibieron el nombre del “Bogotazo”. Así empezó el período que se llama “La Violencia”, que duró hasta 1958. Esta etapa estuvo marcada por la lucha y el levantamiento de grupos armados y guerrilleros. Como consecuencia de esta violencia, el general Gustavo Rojas inició un golpe de estado en 1953. Rojas negoció con los guerrilleros y la violencia disminuyó. En 1958, se creó El Frente Nacional, acuerdo entre los políticos conservadores y los políticos liberales para compartir el poder en Colombia, alternando el puesto de la presidencia entre los dos partidos. El Frente Nacional duró hasta 1974 y se apaciguó la época de “La Violencia”, porque una variedad de grupos guerrilleros siguió operando en el país. El más conocido de estos, las “Farc”, un grupo opositor del gobierno oficial en Colombia.

A raíz de las irregularidades en las elecciones presidenciales del 19 de abril de 1970,  que dieron como ganador al oficialista del Frente Nacional Misael Pastrana Borrero sobre el candidato opositor Gustavo Rojas Pinilla, y que derivaron de un fraude electoral orquestado por el alto gobierno junto a los partidos tradicionales, surge el M-19 Movimiento 19 de Abril, conocido por su acrónimo M-19 o simplemente “el Eme”.  ​ Este grupo se especializó como guerrilla urbana, y en los llamados 'golpes de opinión', participó en el Conflicto armado interno de Colombia desde enero de 1974 hasta su desmovilización en marzo de 1990. ​Las ideologías del movimiento eran el nacionalismo y el socialismo democrático, su objetivo primordial era instaurar una democracia en Colombia, con diferencias a los otros grupos guerrilleros del país, actuaron en conjunto con estos, en algunas ocasiones como parte de la Coordinadora Nacional Guerrillera (creada en 1984) y la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar (creada en 1987) ​

Tras la elección presidencial de Gustavo Francisco Petro Urrego, en el 2022, su mandato se extenderá hasta el 7 de agosto de 2026, fecha en la que debe producirse la investidura de su sucesor. Hoy el gobierno, busca aprobar una serie de reformas progresistas, mientras trata de avanzar en una paz que sigue siendo esquiva con actores armados de diversa naturaleza ¡Así vamos!

Civilidad: La elección de Gustavo Petro y Francia Márquez, fue el resultado de las expectativas de cambio, y al mismo tiempo las ha potenciado, en este país que carga con una densa historia de violencias, iniquidades y desigualdades.

 

 

domingo, 24 de septiembre de 2023

El estadio Ciro López y algo más...

 


Mucha tinta ha corrido desde cuando el altruista Ciro López, donó el terreno para la construcción cerrada con graderías para espectadores, destinado a competiciones para varios tipos de deportes populares como el fútbol, siendo inaugurado el 8 de julio de 1951.

Esta narración incluye la maledicencia que se remonta desde cuando el arzobispo, cuyo nombre no recuerdo, maldijo a la ciudad. Al marcharse, sacudiendo sus sandalias expresó: “de Popayán, ni el polvo”. Consecuencia que proviene de los decretos anticlericales emitidos por Tomás Cipriano de Mosquera al expulsar a los jesuitas en acto de venganza por el apoyo que el clero había brindado a Mariano Ospina Rodríguez en las elecciones de 1856 durante la guerra civil.

La ciudad sigue cautiva de la maldición heredada por causas ajenas a nosotros, destinados a cometer los mismos errores. Popayán, fundada en 1537, con una diferencia de un año de la ciudad de Cali, y pese a que la ciudad parió quince presidentes de Colombia, sigue atrasada en todo sentido. El vetusto reloj de la Torre representa la paralización de las horas y el progreso de la ciudad.

Después de 65 años, el inmueble donde hoy está ubicado el vetusto estadio, el alcalde Juan Carlos López allanó el primer paso en el largo camino recorrido, para recuperar los terrenos que figuraban a nombre de la gobernación, según Ordenanza del 12 de 1958 y, cedidos a la Liga caucana de fútbol para el uso y usufructo en bien del deporte. Entidad que actuaba como si fuera dueña del inmueble; pero que nunca pagó la elevada deuda con el municipio, calculada en $5.124´000.000 por impuesto predial.

¡Hoy el estadio tiene futuro! En el año 2021, el Concejo Municipal, a solicitud del alcalde Juan Carlos López Castrillón, emitió el acuerdo 015 del 30 de agosto, declarando el estadio de utilidad pública e interés social y, autorizando al mandatario a tomar medidas para adquirirlo en beneficio del municipio, proceso que marca el fin de un complejo forcejeo entre el municipio y la Liga de futbol, el 14 de septiembre de 2023. Nada fácil para la ciudad convertida en desolación y burla, dejando atónitos a los espectadores que solo silban las causas de destrucción.  

 Nuevas generaciones ligeras de lengua, rezongan, muestran desconocimiento y desinterés por cuanto sucede en la ciudad. Denigran con el uso en las redes sociales, deshonrando todo aquello que nace tres décadas atrás y, cuya expresión oral era mediante refranes y proverbios, propios de nuestra historia, tradiciones y cultura. Hoy su uso es casi inexistente.

Difaman contra el honor, pese a ser un delito del Código Penal para dañar la dignidad, el honor o la reputación de las personas difundiendo informaciones que no son verídicas. A los alcaldes a pesar de sus esfuerzos, los rajan como deporte local, demeritando su periodo. Reafirmando la maldición hereditaria que persiste, en una cadena de improperios, hasta perder la tranquilidad.

Vaya problema paradójico. Anhelamos obras, pero como contribuyentes no entendemos que vale la pena pagar impuestos para que la ciudad progrese para resolver problemas de años. Las molestias pasan y las obras quedan. Mucha gente critica lo que no entiende, lo que cree entender y lo que entiende más o menos. He ahí la gran preocupación, porque está demostrado que el problema es de recursos, la plata no alcanza, y cuando se hace gestión para adquirirlos, la gente critica.

Claro, la crítica resulta necesaria y útil. Pero, una cosa es, utilizarla en forma constructiva y otra cosa muy distinta es, la autocrítica desadaptativa que juzga, culpa y halla en todo lo que se hace como un error imperdonable. Ejemplo, el Centro Comercial Anarkos que administraciones anteriores le dieron el tratamiento inadecuado, entregándolo a un “castillo” en el juego de naipes.

Aun así, Popayán encanta. Es bella, lenta, anacrónica y completamente refractaria al progreso. Está detenida en algún momento impreciso que oscila entre el siglo XIX y la mitad del siglo XX con insipiente olor de calicanto en sus muros, sus faroles, balcones y techumbres.

Y aterra que, en las esquinas de Popayán, el espectro del arzobispo que maldijo la ciudad no descansa. Pareciera que las fuerzas sobrenaturales del inframundo se remozan en algunos candidatos con perfiles non sanctus.   

Civilidad: Que tal un exorcismo el 29 de octubre para intentar expulsar a los demonios y, romper la maldición que pesa sobre la amada ciudad.  

 

 

domingo, 17 de septiembre de 2023

Reminiscencias de la infancia

 


Escribo este artículo porque mi Popayán del alma, como yo, también se volvió viejo.  He vivido en dos siglos, con tres papas, dos reyes y, una pandemia. Mis viejos amigos, unos achacosos ya no salen a la calle y, otros viajaron hacia la eternidad.  Los matrimonios de hoy, ya no quieren tener hijos, adoran las mascotas.  Por eso, decidí escribir este compendio sacado de lo más recóndito de mi memoria y de unos cuantos comentarios que sugieren que la tradición oral regional no debe echarse al olvido, debe escribirse.

Estos apuntes para narrar que, hasta mediados del siglo XX, la bacinilla, recipiente en forma de tazón, empleado para recoger los excrementos, sólidos y líquidos, no podía faltar debajo de la cama para poder utilizarla de noche, cuando no había dentro del cuarto un baño. En las goteras de Popayán, no había energía eléctrica, de allí, el uso de lámparas de kerosene y las Coleman de gasolina. Los mejores momentos de la vida no tenían nada que ver con el dinero. Las canchas de futbol eran los potreros y las calles, por lo que muchachada estaba expuesta a que la “bola”, con los “tombos” de bolillo en mano, nos corretearan. Claro, por las quejas del vecindario afectado con los vidrios rotos de sus ventanas; pero, igual, seguíamos jugando hasta cuando nos hacía entrar el grito sagrado.

¡La infancia fue increíble! Usábamos pantalón corto hasta los 18 años, así acudíamos a la escuela y a lugares permitidos solo para menores de edad. La educación que se impartía en esos bellos tiempos, era con profesores que se dedicaban a enseñar sus conocimientos con fines prácticos; eran verdaderos sabios con disciplina. El mismo profesor enseñaba materias muy diversas utilizando el arte de la retórica y la oratoria, buscando mediante la palabra el fin de persuadir. Los castigos pasaban desde simples orejas de burro sobre la cabeza o ponerse en a un rincón del salón mientras el maestro continuaba la clase; hasta los más bruscos, como arrodillarse sobre piedras y ser azotados con ramas sin hojas. Y también, los más leves castigos, haciéndonos llenar planas enteras, escribiendo: “No debo hablar en clase”.  El maestro era por lo general, una figura que ejercía una notable autoridad, con normas estrictas que alcanzaban incluso al ámbito familiar.

Eran tiempos en que metíamos hasta la cabeza para sacar del carrito una paleta de helado de cinco centavos. Existían criterios para controlar la edad de las personas que asistían una sala de cine, decían: “apta para mayores de l18 años”. La boleta valía 20 centavos, para ingresar a los teatros: Municipal, Popayán, Valencia y Bolívar para ir a ver a Tarzán (Johnny Weissmüller) desnudo mostrando a “Chita” y llamando a Jane, su esposa, con armoniosos alaridos.  Veíamos a la inocente Cenicienta llegar a las 12 de la noche sin zapatillas.

Imagínense lo extraordinario, despertar un domingo a las 7 de la mañana, con la familia, todavía en pijama, reunidos en la sala para ver los programas; todos rodeando con alegría al televisor, aparato que cambió el mundo de la comunicación. El televisor en blanco y negro de los años 60 muy diferente a los de hoy en día, sobre todo en cuestión de tamaño. Había que esperar la imagen, pues, no se prendía al instante, había que esperar a que los bulbos se calentaran para que unos segundos después apareciera la imagen.

En aquel tiempo solo había un teléfono fijo en cada hogar, conocido como línea fija, teléfono de casa. Fue el antecesor del móvil de línea celular, que utiliza ondas de radio para la transmisión. Cuando timbraba el teléfono en casa, todo el mundo corría: “es para mí, estoy esperando una llamada” exclamaban. Y, la manera de bloquear una llamada, era dejarlo descolgado, tu, tu, tu, tu.  

Las armas mortales que usaba mi mamá para corregirme, eran la correa, el rejo de tres patas que siempre se perdía; pero que me ponían a buscarlo, “porque tiene que aparecer”. Aparecía, no por arte de magia, sino a punta de chancleta.

Civilidad: Evocando la infancia para echar al olvido la vejez.

sábado, 2 de septiembre de 2023

Popayán, Ciudad Blanca

 


Haciendo un repaso a la capital del Cauca, fundada en el año 1537, desde entonces, uno de los centros religiosos más importantes del país, por lo que se la conoce como la Jerusalén de América. Recordemos igualmente que, su Semana Santa fue declarada Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad por UNESCO. Y, que las procesiones que aquí se celebran, son reconocidas mundialmente y, que atraen año tras año a miles de turistas.

¡Popayán, es una caja de sorpresas! Como toda gran capital, tiene sus lugares emblemáticos, esos que dejan una impronta imborrable en la ciudad y en quienes la visitan. Recorrer su centro histórico, es extraordinario. Popayán, definitivamente podría ser una ciudad líder porque todo es espléndido, sus calles, la conservación de sus casonas, y edificaciones, sus cuidados con lo histórico en sus museos es verdaderamente asombroso. La clave de los museos es la originalidad. En el mundo existen museos para todos los gustos, pero en Popayán, el denominador común, es la originalidad en estado puro.

Otro motivo por el que también es conocida como la Ciudad Blanca es porque la mayoría de edificios de su centro histórico han permanecido pintadas de blanco desde principios del siglo XX. Ello debido a un parásito llamado nigua (algo así como los piojos) que traía por el camino de la amargura a los habitantes de Popayán. Para intentar erradicar esta plaga, se comenzó a utilizar cal viva, tanto en calles como a la hora de pintar las fachadas de las casas y caserones.

Los esquineros de piedra de cantera no son adornos en las esquinas de las calles, especialmente a lo largo de la carrera 3ª eran no solo para sostener el ganado vacuno trasladado con rejos. Esas piedras esquineras, eran utilizadas por los habitantes para rascarse pies y talones, para aliviar la tortura de la picazón que producían las niguas en su humanidad. Desde entonces, debido a la sensación de pulcritud que otorga el color blanco, se continuaron pintando las fachadas cada año en especial, antes de Semana Santa. Hoy en día cada vez son menos las fachadas que siguen pintando de blanco, pero es el color predominante en casi todo el casco antiguo. En lo que conocemos como el centro histórico, podemos encontrar la gran mayoría de atractivos de Popayán, que la hacen tan especial, como son: la plaza de Caldas, su torre del reloj, los edificios de la alcaldía de Popayán y la gobernación del Cauca; el Panteón de los próceres, el Teatro Municipal con sus musas, el Puente del Humilladero y otros lugares no tan conocidos. 

Los centros históricos son espacios definidos donde está la historia.  Revisados centros históricos de distintas ciudades de Europa, son lugares en los que está terminantemente prohibido el ingreso de vehículos, a menos que se trate de aquellos que van a surtir museos, restaurantes, cafés y hoteles.

 

Popayán igualmente, es reconocida por la alta calidad de su comida, por lo que fue declarada por la UNESCO en 2005 como Ciudad de la Gastronomía. Es rica en cuanto a su gastronomía propia. Suyas son las empanadas de ´pipián´, que es un relleno hecho a base de papa colorada del Cauca, maní y achiote; la ´carantanta´, crocante de maíz que se come mojándolo en hogao (salsa de tomate y cebolla); el salpicón Payanés, bebida hecha a base de hielo, mora de Castilla, lulo y guanábana y, el helado de paila, los champús y los aplanchados de “Doña Chepa” ... Así que, si quieren conocer la ciudad, por dentro, con todas sus delicias, Popayán abre sus puertas a la versión XXI del Congreso Gastronómico del 7 al 10 de septiembre.

Civilidad: La medida de peatonalizar el Centro Histórico, mediante decreto, se lo agradeceremos siempre señor alcalde Juan Carlos López.