Buscar en El Viejo Farol

domingo, 13 de marzo de 2022

Cantando mi voto

 

Voy a ejercer el derecho de elegir a los miembros del Senado y Cámara de Representantes. También, escogeré al candidato presidencial entre una treintena de aspirantes que desean llegar a la Casa de Nariño. Cuando escribo esta columna, aún no he decidido cuál será el escogido. Ni siquiera me atrevo a predecir y menos, a cantar mi voto en este debate electoral de tan importantes consecuencias para Colombia.

“El palo no está para hacer cucharas”, mi bello país atraviesa por una violencia de todo género: masacres, asesinatos de líderes sociales, de indígenas, de campesinos, desmovilizados, feminicidio, feticidio etc., etc. No sabemos de qué lado disparan: guerrilleros, paramilitares, narcotraficantes, y maleantes de toda laya, que se “pasean como Pedro por su casa”. Hace pocos días aparecieron hombres vestidos de militar en Mandivá y, como dueños del territorio aterrorizaron a la población bloqueando la Panamericana con vehículos. En Colombia el hambre prevalece junto a muchas necesidades insatisfechas. La falta de empleo, la inoperante salud, la educación manga por hombro, carencia de agua potable, los servicios públicos y la reactivación económica al garete. Para colmo de males, el mal vecino regando tropas en toda la frontera. Todos estos males, ante la impotencia del Estado Social y Democrático, permeado por la corrupción a todo nivel. En la coyuntura actual de esta patria adolorida, todo pasa sin que pase nada. Por eso, Colombia necesita un presidente con un claro perfil de estadista, capaz de devolvernos la confianza. Una persona capaz de recuperar el valor de la palabra comprometida, que sepa de democracia y paz. Es que, gobernar a Colombia debe ser como manejar un avión que requiere miles de horas para hacerlo bien. Desde luego, muchas horas de vuelo, pero con el mismo tipo de avión.

En cuanto a la democracia parlamentaria que representa a toda la Nación: Senado y Cámara, encuentro que no todos son reconocidos. Por eso, ojalá que los elegidos, sean cuatro auténticos caucanos, y no los caza-votos con malas mañas y prácticas políticas que aparecen cada cuatro años. No hago vaticinios ni doy indicios ni siquiera por simple intuición, para que mis lectores y votantes hagan lo que tienen que hacer: examinar las hojas de vida y, conocer las propuestas.  

Entonces, después de examinar las ejecutorias de un par de caucanos y amigos, mi familia y yo, decidimos por quién votar. Votaremos a conciencia, con madurez y con criterio democrático y, lo haremos por Temístocles Ortega Narváez con el número CR 21 para que vuelva al senado, porque es uno de los mejores legisladores, para que siga cumpliendo la función principal de hacer leyes, elaborar, interpretar, reformar y derogar las leyes y códigos en todos los ramos de la legislación. Es un hombre vertical e inquebrantable, sin pelos en la lengua para hablar recio, para contradecir al gobierno con argumentos. Y, con la misma libertad y capacidad de elección, para la Cámara de Representantes, votaremos con sumo agrado por Oscar Rodrigo Campo Hurtado, CR 101, de profesión, ingeniero civil, quien se desempeñó como secretario de Infraestructura del municipio de Popayán y del Departamento del Cauca, demostrando ser un profesional con alta vocación en gerencia y liderazgo de proyectos en favor de la comunidad. Bien merece llegar, para renovar el congreso y porque fue reconocido a nivel nacional como un buen gobernador del Cauca.

Civilidad: Entre más desolador sea el panorama, más esencial es el derecho del sufragio de todos los ciudadanos.

 

 

 

 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario