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domingo, 27 de marzo de 2022

Un funcionario eficiente

 


En este pedazo de la tierra llamado Popayán somos muy dados a criticar. Las personas carentes de criterio personal critican remedando el comportamiento de otros. “¿Adónde va Vicente? Donde va la gente, dicho popular que indica falta de criterio ¡Tal cual!

De allí que aprovechándose de las redes sociales tratan de enviar una avalancha de información, contra la administración local de Popayán, tratando de inducir al pesimismo, impidiendo la adecuada valoración de los avances en bienestar de la ciudadanía.  Por eso, es necesario contraponer los logros reales a la desesperanza imaginaria. El tema de la salud, nos permite un análisis serio para valorar la excelente gestión que como un “tractor”, el secretario de salud Oscar Ospina Quintero, nos tiene acostumbrados a diario. Es el, un funcionario idóneo para ocupar ese puesto de trabajo en beneficio de toda la sociedad, incluidos aquellos que solo saben criticar. Sería inexacto decir que la pandemia ya pasó. Pero de manera vehemente digo, que lo peor quedó atrás. Estamos en recuperación, y vamos a salir adelante. Las estrategias de salud puestas por Ospina Quintero, en el municipio de Popayán son ejemplo para la región y por qué no decirlo, para Colombia.

Imposible detallar los resultados de todo su accionar en tan corto espacio, así que resaltaré los principales, en procura de la debida planeación del servicio de salud permitiendo el establecimiento de planes de promoción, prevención y disminución de los niveles de morbilidad y mortalidad. Las cifras de vacunación de primeras dosis y esquemas completas revelan que, Popayán superó el 70 % de vacunación contra el covid-19. Se logró una cobertura del 97.66% que corresponde a 329.442 personas que se beneficiaron con el sistema de seguridad social en salud.

Se implementaron estrategias para la vida, beneficiando a 1318 personas, entre infantes, adolescentes y padres de familia: conocimiento de sí, empatía, comunicación, efectivas relaciones interpersonales, toma de decisiones, solución de problemas y conflictos, pensamiento creativo, pensamiento crítico, manejo de sentimientos y emociones y manejo de las tensiones y el estrés. A través del Comité de Drogas municipal, se logró la formulación de la ruta para la atención del consumo de sustancias psicoactivas.  A través de brigadas médicas, se presta atención médica veterinaria básica a perros y gatos en situación de calle: vacunación, adopción y desparasitación e inmovilización de equinos. Además, se presta el servicio de esterilización gratuita para mascotas que conviven en estratos 0, 1, 2 y 3 y para aquellos en condición de calle. Se realizaron jornadas de servicios y atención en salud a 4053 migrantes. Se recogieron 172.4 toneladas de material inservible. Se eliminaron 856 criaderos de zancudos.

Popayán, como capital es ejemplo de gobierno corporativo, ha enfocado sus esfuerzos de política pública hacia la garantía de la seguridad humana y la defensa de los derechos de todos sus habitantes. En este sentido y con el objetivo de responder a las necesidades que en salud se han identificado en esta administración, con una visión de ciudad más amplia, ha estructurado proyectos de desarrollo dirigidos a mejorar la prestación de servicios y ha exigido a los hospitales públicos adaptarse a los determinantes sociales y geográficos de nuestros tiempos.

Es evidente que no vivimos en un paraíso porque faltan muchas cosas por mejorar, pero no estamos camino al infierno como algunos pretenden hacer creer. Y, si no somos conscientes de lo que Popayán está logrando, corremos el riesgo de caer seducidos por los cantos de sirena de los oportunistas de turno.

Es poco habitual reconocer en notas de felicitación de mi puño y letra, a funcionarios luchadores de todos los días que se vuelven imprescindibles en la administración municipal. Pero, la verdad sea dicha, nunca habíamos tenido la eficiencia de un secretario de salud, como la utilizada por Oscar Ospina Quintero que me inspira a escribir sobre los logros de su equipo.  

Civilidad: Cada vez que lo veo trabajando me motiva al reconocimiento derivado del éxito.

 

 

domingo, 20 de marzo de 2022

Lubricando mis ojos

 


Las lágrimas nunca caen sin razón. Ciertamente, llorar le hace bien al alma y no es nada nuevo. Con seguridad usted que me lee, lo ha sentido, cuando agobiado por los problemas cualquier día se dejó llevar por las lágrimas. Quienes hemos perdido alguna persona importante en nuestra vida, aunque nada cambiará el desconsuelo, lloramos. Tanto las lejanías como las cercanías también duelen. Así mismo, las desilusiones ante las derrotas, como también los triunfos y las victorias, nos hacen rodar lagrimones de felicidad o de tristeza.

Que “los hombres no deben llorar”, falso. Eso fue lo que me inculcaron, más nunca lo aprendí. Desde cuando me parió mi madre, bañé mis ojos de llanto por haber nacido con vida. Fue un llanto de felicidad y de alegría al llegar a este mundo. Erróneamente, piensan quienes sostienen que las lágrimas son una debilidad. Llorar ayuda a expresar sentimientos de tristeza o pena; a otros les sirve para arrancar la ira, el dolor o la rabia; pero curiosamente, algunas veces también lloramos por una inmensa alegría. Efectivamente, al recibir una muy buena noticia o al cumplir un sueño anhelado durante mucho tiempo, es probable que la emoción nos embargue y rompamos a llorar como una Magdalena. La máquina más perfecta del universo, es el ser humano, permitiéndonos llorar cuando realmente lo necesitamos. Suspirar, gemir, acompañado del llanto, como una acción involuntaria, ayuda a liberar sentimientos negativos y a descargar ese estrés que a veces nos paraliza.

No he sido muy aficionado al llanto; pero desde hace dos años mis lágrimas corren libremente. He llorado mucho, porque siento que llorar me devuelve la calma. No puedo negar que mis lágrimas siempre brotan fácilmente y que luego parecen extinguirse sin más ni más. Después de llorar me siento aliviado.  Sin proponérmelo lloro, porque llorar, sé que alivia mi alma.  Llorar y llorar, hasta olvidar el llanto para alcanzar una sonrisa.

Como soy bastante verbalsuelo encontrarles sentido a los problemas, por eso, quise narrarlo aquí. Escribo esta columna evocando los años más agitados emocionalmente de mi vida, sin encontrar aún, la explicación del vínculo entre el llanto, cuándo el alma lo necesita. Para mí, llorar, es un efecto tranquilizador y, sigue siendo la forma más natural de soltar toda la emoción que me enlutó hace dos años 21 marzo de 2020. Cada que recuerdo aquella infausta fecha en la que sentí esa sensación tan intensa, todavía me es imposible reprimir las lágrimas. Rompo en llanto y, caen goterones incontenibles, en la acumulación de emociones, cuando escucho su voz, cuando siento su perfume, cuando evoco sus canciones, al recordar sus dichos, sus saberes y sabores. Mis lloros, son como una represa que necesita liberarse del agua para lidiar con la tragedia de haber perdido al ser amado, enfrentando ahora la soledad. A veces pienso que no he llorado todavía lo suficiente para sanar todas esas heridas provocadas por la tristeza.

Civilidad: Razón tenía el poeta romano cuando escribió: "Es un alivio llorar; las penas se desahogan y son arrastradas por las lágrimas".

 

 

 

domingo, 13 de marzo de 2022

Cantando mi voto

 

Voy a ejercer el derecho de elegir a los miembros del Senado y Cámara de Representantes. También, escogeré al candidato presidencial entre una treintena de aspirantes que desean llegar a la Casa de Nariño. Cuando escribo esta columna, aún no he decidido cuál será el escogido. Ni siquiera me atrevo a predecir y menos, a cantar mi voto en este debate electoral de tan importantes consecuencias para Colombia.

“El palo no está para hacer cucharas”, mi bello país atraviesa por una violencia de todo género: masacres, asesinatos de líderes sociales, de indígenas, de campesinos, desmovilizados, feminicidio, feticidio etc., etc. No sabemos de qué lado disparan: guerrilleros, paramilitares, narcotraficantes, y maleantes de toda laya, que se “pasean como Pedro por su casa”. Hace pocos días aparecieron hombres vestidos de militar en Mandivá y, como dueños del territorio aterrorizaron a la población bloqueando la Panamericana con vehículos. En Colombia el hambre prevalece junto a muchas necesidades insatisfechas. La falta de empleo, la inoperante salud, la educación manga por hombro, carencia de agua potable, los servicios públicos y la reactivación económica al garete. Para colmo de males, el mal vecino regando tropas en toda la frontera. Todos estos males, ante la impotencia del Estado Social y Democrático, permeado por la corrupción a todo nivel. En la coyuntura actual de esta patria adolorida, todo pasa sin que pase nada. Por eso, Colombia necesita un presidente con un claro perfil de estadista, capaz de devolvernos la confianza. Una persona capaz de recuperar el valor de la palabra comprometida, que sepa de democracia y paz. Es que, gobernar a Colombia debe ser como manejar un avión que requiere miles de horas para hacerlo bien. Desde luego, muchas horas de vuelo, pero con el mismo tipo de avión.

En cuanto a la democracia parlamentaria que representa a toda la Nación: Senado y Cámara, encuentro que no todos son reconocidos. Por eso, ojalá que los elegidos, sean cuatro auténticos caucanos, y no los caza-votos con malas mañas y prácticas políticas que aparecen cada cuatro años. No hago vaticinios ni doy indicios ni siquiera por simple intuición, para que mis lectores y votantes hagan lo que tienen que hacer: examinar las hojas de vida y, conocer las propuestas.  

Entonces, después de examinar las ejecutorias de un par de caucanos y amigos, mi familia y yo, decidimos por quién votar. Votaremos a conciencia, con madurez y con criterio democrático y, lo haremos por Temístocles Ortega Narváez con el número CR 21 para que vuelva al senado, porque es uno de los mejores legisladores, para que siga cumpliendo la función principal de hacer leyes, elaborar, interpretar, reformar y derogar las leyes y códigos en todos los ramos de la legislación. Es un hombre vertical e inquebrantable, sin pelos en la lengua para hablar recio, para contradecir al gobierno con argumentos. Y, con la misma libertad y capacidad de elección, para la Cámara de Representantes, votaremos con sumo agrado por Oscar Rodrigo Campo Hurtado, CR 101, de profesión, ingeniero civil, quien se desempeñó como secretario de Infraestructura del municipio de Popayán y del Departamento del Cauca, demostrando ser un profesional con alta vocación en gerencia y liderazgo de proyectos en favor de la comunidad. Bien merece llegar, para renovar el congreso y porque fue reconocido a nivel nacional como un buen gobernador del Cauca.

Civilidad: Entre más desolador sea el panorama, más esencial es el derecho del sufragio de todos los ciudadanos.

 

 

 

 

domingo, 6 de marzo de 2022

Cambio radical a través del voto

 


En la antesala del proceso eleccionario, cruzando las calles semanasanteras de la rancia Popayán de hace medio siglo, recuerdo que hablaron mal de Juan el Bautista y hasta del que murió en la cruz.  En medio de la sociedad tan polarizada evoco esto porque es muy fácil criticar a los políticos y, seguro que no faltan razones para ello, pero los políticos son necesarios en su legítima aspiración de alcanzar el poder para mandar o gobernar. De la misma manera que es justo que los ciudadanos los elijamos para que puedan ayudarnos.

 Volvamos a otros tiempos cuando no había motos, ni ruidos estridentes. En ese entonces, se andaba despacio, como el reloj al que siempre le pesaron las manecillas. La vida nocturna era reducida, la ciudad después de las once de la noche, dormía bajo la tranquilidad y el agrado de las ventanas abiertas, sin el ruido afónico de los aires acondicionados, inexistentes por esa época. En las hidalgas casonas, las mujeres negras, indígenas o campesinas eran explotadas por latifundistas, finqueros y hacendados como servidumbre. Eran traídas a esos caserones de gentes adineradas para ocuparlas en oficios domésticos a cambio de comida y dormida. Hasta hace poco, esas gentes de la ruralidad, no sabían de derechos humanos. En el presente, pasamos por una época totalmente distinta. Todo ha cambiado, advirtiendo que el Cauca y Popayán, nunca volverán a ser lo mismo. Antes de 1988, los mandatarios locales eran designados “a dedo”, por el gobernador del departamento, quien, a su vez, lo escogía el presidente de la República por recomendaciones de la élite social y política.

No hay que profundizar mucho para aseverar que, el artífice del cambio, es el intrépido, Senador Temístocles Ortega Narváez, hijo de campesinos, nacido en Mercaderes, quien, con suficientes méritos académicos, ha demostrado la importancia de una serie de acciones de lucha política decisiva para el cambio radical en esta comarca. Sin duda, Tito, además de su gestión congresional, ha hecho la aproximación histórica con la simbiosis entre el pueblo gobernante y el pueblo gobernado, acelerando la disminución de las diferencias. En los últimos tiempos, ha logrado debilitar y erosionar antiguas formas de hacer la política. En este Cauca orgulloso del pasado y en la noble y Culta Popayán de arquitectura colonial española en las residencias, edificios públicos e iglesias, donde los payaneses, parecieran desdeñar el progreso, como si se aferrara a lo que fuera, sin mostrar señales de que el cambio sea bien recibido, como si prefirieran la penumbra del pasado a esforzarse a la luz del sol por cambiar el statu quo.  

Debieron pasar muchos años para que el pueblo de alpargata, eligiera un gobernante de raza negra, al Dr. Elías Larrahondo, apoyado por Temístocles Ortega, y, apuntalado por Aurelio Iragorri (q.e.p.d) de alcurnia, cuna y linaje, pero con los más nobles sentimientos que lo hicieron crecer como hombre progresista y tan popular, que siempre prefirió degustar café en pocillo esmaltado, en piso de tierra, antes que, hacerlo desde los cómodos divanes de los clubes sociales.

 Evaluemos actuaciones del pasado. Con el cambio de la historia de ayer a la de hoy, las pueblerinas mujeres, antes, llegaban a Popayán a prestar el servicio doméstico. A las de hoy, competentes en distintas profesiones, el Senador Temístocles les corresponde llevándolas a los gabinetes del gobierno. Razón suficiente para que, el pueblo masivamente lo reciba agradeciéndole. No hay duda, Tito hace el cambio con una gran lección del vocablo revolución. Junto a él, viene con pasos de avanzada Oscar Rodrigo Campo, carismático ingeniero a quien la gente agradecida no lo olvida. Sale también, a la plaza pública, no a oír lo que promete sino a manifestar su apoyo por lo que hizo en cada recoveco del Cauca como gobernante, aportando recursos y su buena gestión para ejecutar obras que   ayudan a disminuir la pobreza. Campo, además, se adorna de la cualidad de cultivar el bien preciado de la amistad con el afán de hacer que perdure. De allí que, votando exclusivamente por candidatos de nuestra región: Temístocles CR 21 y, Campo CR 101 tenemos la posibilidad de triunfo contundente. Además, aleccionadora para los jóvenes que no vivieron ese período histórico y para que sepan cómo se forjan las luchas, esfuerzos, riegos y sacrificios, comprendiendo que las libertades se alcanzan como consecuencia de las mismas.

Civilidad: Con el poder, se marca la diferencia, por eso debemos votar.