Hoy, más que nunca, los colombianos debemos unirnos
en torno a la bandera como símbolo patrio.
20 de julio, fecha para celebrar, hermanados con respeto y amor por la
historia y por la dignidad de la nación. Con sentido nacional, izar debidamente
la bandera o llevarla en demostración de orgullo patrio y entusiasmo por todos
los rincones de la patria, porque es la bandera oficial de la República de
Colombia.
Sacar al balcón el pabellón tricolor correctamente,
es un acto propio con el cual ayudamos a mantener la tradición de al menos hace
dos siglos. Ello significa darle sentido a lo que representa la historia del
país, y todo lo que éste conglomera, encarnando su cultura en los ámbitos
social, político y, desde luego, en lo deportivo, que es donde con autentico
pundonor flamea.
Fecha propicia para indicar que la bandera no puede
usarse como un trapo sucio. Debe situarse en lugares visibles, públicos y
privados: ventanas y balcones de edificios; en el piso más alto de apartamentos
o casas. Nuestra bandera debe fortalecer el sentido de identidad nacional, como
país, independiente, soberano y democrático.
Donde sea ondeada, debe lucir impecable, porque cuanto más notoria sea
la bandera, mayor será el honor que ella represente. Lo sustancial es que la bandera luzca lo más
radiante posible. Hacerlo con cultura y respeto, también simboliza la unidad de
nuestro país.
Cuando izamos la bandera estamos reconociendo, el esfuerzo,
el trabajo y el valor de quienes lucharon por la Independencia y por forjar las
bases de la institucionalidad y la democracia de Colombia. No importa la
condición socioeconómica de quien decida elevar nuestro emblema. Ante todo,
izarla para indicar que todos tenemos los mismos derechos ante el Estado, que
todos tenemos la misma pertenencia al país, así como el mismo derecho de
exhibirla. Por ello, podemos exhibirla en vehículos, oficinas, empresas, hasta en
el hogar más humilde.
La historia narra que, uno de los precursores de la
independencia nacional, el venezolano, Francisco Miranda, en el año 1807,
diseñó los colores: amarillo, azul y rojo, señalando el camino de la
independencia. Cuatro años más tarde la bandera fue adoptada como insignia de
la Gran Colombia. En 1813, el libertador Simón Bolívar la revalidó la decisión.
Y, en 1861 se dispuso que las franjas serían horizontales y que el color
amarillo ocuparía la mitad superior de la bandera.
De allí que, no debemos trocar el significado de los colores del rectángulo de tela con los tres colores que han permanecido intactos desde hace 210 años. La versión original de la bandera de Colombia es: amarillo significa las riquezas naturales del suelo colombiano, el sol brillante que cubre la Patria. Siendo también, el amarillo, el color de la alegría, el optimismo y la energía. El azul que representa los ríos y los dos océanos -Pacífico y Caribe- que nos bañan, sin ignorar que es el color de la simpatía, la armonía y la fidelidad. Y, el rojo, que simboliza la sangre vertida por los patriotas en los campos de batalla por obtener la libertad. El rojo es amor, poder, fuerza y progreso de la independencia. Además, el rojo personifica la sangre, el fuego, el calor, la revolución, la pasión, la acción y la fuerza.
En esta época turbulenta, celebremos el 20 de julio, reivindicando nuestras tradiciones, reafirmando con hechos concretos de soberanía, practicando la solidaridad, guardando celosamente la unidad para trabajar y desear siempre el progreso de nuestra amada patria. ¡Que viva Colombia!
Civilidad: Patriotismo, vocablo que liga al ciudadano con
Colombia.
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