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domingo, 14 de octubre de 2018


HORACIO DORADO GÓMEZ
horaciodorado@hotmail.com


Popayán en anécdotas

Popayán tiene un pasado con un sinnúmero de historias llenas de miedo que bien utilizadas, servirían de atractivo turístico, porque es una fábrica limpia de convertir la ciudad en destino turístico contando anécdotas de terror con fantasmas ficticios o no. Podríamos atraer turistas nacionales y extranjeros, no solo describiendo este lugar, sino transmitiendo la palabra oral que se hace presente aquí para convocar los mitos, las leyendas, las anécdotas urbanas, a poetas sin libros, a todos los que quieran sumarse a la aventura de escuchar y contar teniendo como testigo indiscreto al fuego del caldero. Contar, por ejemplo, el menú fantasmagórico de Popayán de los viernes santos, a media noche, cuando se oyen los ruidos de las cadenas y la figura del monje sin cabeza o las almas en pena que anuncian tesoros escondidos que infortunadamente, año tras año, sufrimos desilusiones al no encontrar la guaca.
En el Popayán de mis amores, de lunes a domingo, hay episodios absolutamente posibles, que como notarán mis lectores, las personas con las que lo viví son de absoluta credibilidad dada su calidad intelectual y seriedad, que garantiza la autenticidad de los hechos.
Otra también, leyenda de una noche de pascua de resurrección en el viejo caserón del centro histórico del que me reservo su dirección para no comprometer a sus habitantes a quienes aún no los deja vivir el franco estado de angustia y tensión nerviosa por el espanto que los mantiene desde siempre. Allí existe, una habitación encantado en donde se producen desde siempre, ruidos por demás extraños en  una de las camas de dicha casona. En aquel lugar, precisamente se daba alojamiento ya en el año 1618, con el mismo espíritu de servicio y la experiencia que ha acumulado la familia durante todos estos años. Es una habitación encantada, por los ruidos que se inician cuando se acuestan en esa cama, que no permite dormir a nadie, lo cual se nota al siguiente día en las profundas ojeras por el curioso suceso que evidencia el estado de ansiedad que se siente en ese camastro. Según datos familiares, en la antigüedad, se miraba con el mayor respeto el lecho nupcial y se guardaba durante la vida de la mujer que la había armado, y si el marido pasaba a segundas nupcias, no podía servirse de aquella cama, sino que le era preciso hacer armar otra por la nueva esposa.
Creyendo que ese camastro por el paso del tiempo, y por el envejecimiento normal de la madera pudiera haber adquirido sonidos que pueden asimilarse a fenómenos paranormales, ha sido revisado cuidadosamente, incluso, la han desarmado y vuelto a armar, sin encontrar nada anormal en ese mueble, de tal naturaleza y antigüedad. Por eso, buscaron a estudiosos de ciencias ocultas y paranormales que presenciaran y descubrieran el misterio de la sonora cama que hace poner los pelos de punta. Provistos de equipos electrónicos y armados de valor penetraron en la habitación, estableciendo contacto con el más allá a fin de minimizar las posibilidades de una posesión. A través de varias sesiones, lograron el más horripilante diálogo del cual se supo la muerte de la primera persona propietaria del lecho nupcial, muerta en circunstancias confusas aparentemente estrangulada en dicha residencia hacía muchos años y, sobre lo cual, no quisieron dar detalles de tal experiencia en la mencionada historia payanesa.
Civilidad: Mi amada ciudad contiene mucho secreto, recóndito o reservado que es difícil de contar. ​ 





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