Popayán, la ciudad de los apodos | El Nuevo Liberal
Mi dilecto profesor de literatura, Jesús Arcos Solano, me hizo recordar a
mi amada Popayán cuando teníamos la costumbre de llamar a cada persona
por su apodo. Aquí el apodo se heredaba de padres a hijos. Años atrás,
cuando aprendimos a escribir en pizarra, el remoquete, era moda. A las
personas se les reconocía más por la “chapa” que por el nombre de pila. Y
no era por falta de cultura, ésta era innata, aunque pocos podían
ilusionarse por una carrera universitaria. Los profesionales se contaban
en los dedos de las manos y sobraban dedos. Ahora pululan
universidades, pero se acabó la cultura, el ingenio y los motetes que
con orgullo se aceptaban. Las personas por cualquier cosa que hicieran o
dijeran, se ganaban un apodo.
sábado, 23 de diciembre de 2017
domingo, 10 de diciembre de 2017
Memorias de un paisa patojo | El Nuevo Liberal
Memorias de un paisa patojo | El Nuevo Liberal
Vivito y coleando acaba de cumplir cien años de su nacimiento y sesenta
de estar en el mejor vividero del mundo, el personaje central en este
escrito. El “paisa” solíamos llamarlo a don Gerardo Morales Arango,
nacido en Argelia Antioquia. Venía desde Copacabana escoltado por doña
Rosa Elvia Bohórquez, con quien hizo vida marital. A Popayán llegó
cargando su mujer y sus dos pequeños hijos. Arrimó lleno de ilusiones
después de haber trabajado en “Induso”, industria de sombreros. Empujado
por su hermano entró en la corriente empresarial. Así fue como su
hermano le alquiló durante un tiempo el “Café embajador” ubicado en el
corazón de Popayán, (carrera 5ª, contiguo al almacén “Ley” hoy día).
Trabajando de sol a sol, y guardando hasta el último centavo, logró
comprar lo que originalmente era una tienda, que luego, convirtió en el
reconocido “Bar Avenida”, contiguo al anfiteatro, atrás de la bomba de
gasolina de don Mauro Benjumea y de la cárcel “El Proceso Judicial”.
Vivito y coleando acaba de cumplir cien años de su nacimiento y sesenta
de estar en el mejor vividero del mundo, el personaje central en este
escrito. El “paisa” solíamos llamarlo a don Gerardo Morales Arango,
nacido en Argelia Antioquia. Venía desde Copacabana escoltado por doña
Rosa Elvia Bohórquez, con quien hizo vida marital. A Popayán llegó
cargando su mujer y sus dos pequeños hijos. Arrimó lleno de ilusiones
después de haber trabajado en “Induso”, industria de sombreros. Empujado
por su hermano entró en la corriente empresarial. Así fue como su
hermano le alquiló durante un tiempo el “Café embajador” ubicado en el
corazón de Popayán, (carrera 5ª, contiguo al almacén “Ley” hoy día).
Trabajando de sol a sol, y guardando hasta el último centavo, logró
comprar lo que originalmente era una tienda, que luego, convirtió en el
reconocido “Bar Avenida”, contiguo al anfiteatro, atrás de la bomba de
gasolina de don Mauro Benjumea y de la cárcel “El Proceso Judicial”.
Popayán “Suigeneris” | El Nuevo Liberal
Popayán “Suigeneris” | El Nuevo Liberal
Popayán, merecedora de mil títulos gloriosos, es una ciudad con
características muy peculiares. Una de ellas, entre otras, es la de
colocar a las personas “apodos”, que caen como anillo al dedo; parece
que se hiciera un estudio pormenorizado del individuo para endilgarle el
mote, es un apodo filosófico.
Popayán, merecedora de mil títulos gloriosos, es una ciudad con
características muy peculiares. Una de ellas, entre otras, es la de
colocar a las personas “apodos”, que caen como anillo al dedo; parece
que se hiciera un estudio pormenorizado del individuo para endilgarle el
mote, es un apodo filosófico.
domingo, 3 de diciembre de 2017
Recuerdos de Navidad | El Nuevo Liberal
Recuerdos de Navidad | El Nuevo Liberal
Cuando miro el receptor (radio) Phillips de una sola banda A.M,
adquirido por mi madre en la Ferretería Argentina por $ 12 pesos, en
módicas cuotas mensuales de $ 1.20 (Lo conservo por más de 70 años)
aparecen en mi memoria los bellos recuerdos de Navidad.
De niño, tuve el privilegio de representar un ángel de grandes alas
de cartón cubiertas de plumas de pato (pobre animalito). Eran tiempos en
que los Reyes Magos salían de tres barrios diferentes para concentrarse
en el parque de Caldas haciendo la representación de ese pasaje
bíblico, avisando que el rey de los judíos había nacido; guiados por la
estrella hasta Jesús, nacido en Belén. No recuerdo el parlamento o
repertorio de los Reyes en ese espectáculo al aire libre, pero aún
mantengo vivo en mi mente la sensación que sentí en mi interior al
postrarme al pie de María con su pequeño Jesús.
Cuando miro el receptor (radio) Phillips de una sola banda A.M,
adquirido por mi madre en la Ferretería Argentina por $ 12 pesos, en
módicas cuotas mensuales de $ 1.20 (Lo conservo por más de 70 años)
aparecen en mi memoria los bellos recuerdos de Navidad.
De niño, tuve el privilegio de representar un ángel de grandes alas
de cartón cubiertas de plumas de pato (pobre animalito). Eran tiempos en
que los Reyes Magos salían de tres barrios diferentes para concentrarse
en el parque de Caldas haciendo la representación de ese pasaje
bíblico, avisando que el rey de los judíos había nacido; guiados por la
estrella hasta Jesús, nacido en Belén. No recuerdo el parlamento o
repertorio de los Reyes en ese espectáculo al aire libre, pero aún
mantengo vivo en mi mente la sensación que sentí en mi interior al
postrarme al pie de María con su pequeño Jesús.
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