Para reflexionar… | El Nuevo Liberal
El mal estado de las calles ha sido un mal negocio para todo el mundo. Efectivamente así es. Si usted amable lector, no ha sacado la cuenta de los daños que le ha ocasionado el que los sucesivos gobiernos no hayan solucionado el problema, sería bueno que lo haga. Es bien conocido que ante las continuas quejas ciudadanas a las diferentes administraciones locales, lo que han dado como respuesta, casi siempre, ha sido una excusa. El adagio del refranero popular, reza: “Desde que se hicieron las excusas nadie queda mal”.
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lunes, 28 de agosto de 2017
domingo, 20 de agosto de 2017
Me voy a patojear | El Nuevo Liberal
Me voy a patojear | El Nuevo Liberal
Esta es una frase que sale de mi cabeza cuando voy a la “Ciudad de
los Campanarios”, y que en este escrito, entro a explicar a mis queridos
lectores.
La amada Popayán, para bien de la ciudad, se encuentra por doquier en
obra negra. Por donde uno se meta, se topa con cemento, varillas, arena
y cuadrillas de trabajadores poniéndole la espalda al bochornoso sol.
La obra pública en las calles y andenes están quedando formidables.
Pero, desde luego, causan incomodidades, tanto para el tránsito
vehicular como para los de a pie. Eso es innegable.
Esta es una frase que sale de mi cabeza cuando voy a la “Ciudad de
los Campanarios”, y que en este escrito, entro a explicar a mis queridos
lectores.
La amada Popayán, para bien de la ciudad, se encuentra por doquier en
obra negra. Por donde uno se meta, se topa con cemento, varillas, arena
y cuadrillas de trabajadores poniéndole la espalda al bochornoso sol.
La obra pública en las calles y andenes están quedando formidables.
Pero, desde luego, causan incomodidades, tanto para el tránsito
vehicular como para los de a pie. Eso es innegable.
domingo, 13 de agosto de 2017
¿Era mejor el Popayán de antes? | El Nuevo Liberal
¿Era mejor el Popayán de antes? | El Nuevo Liberal
Sí, antes todo era mejor. Empezando por la forma como nos divertíamos en
nuestra niñez. Recordemos cómo hacíamos “bailar el trompo” en forma de
pera con punta de hierro, enrollado en una piola. En aquel tiempo
jugábamos al balero, el cual requiere coordinación y mucha imaginación.
Otro divertido juguete era el yo-yo compuesto de dos discos de madera
unidos por un eje central en que giraba hasta hacerlo “dormir” sobre una
cuerda. Viene a mi memoria, las bolas o canicas de vidrio, unas
“carroñas” y otras “lujis” que me encantaba oír el tintinear entre mis
bolsillos
Sí, antes todo era mejor. Empezando por la forma como nos divertíamos en
nuestra niñez. Recordemos cómo hacíamos “bailar el trompo” en forma de
pera con punta de hierro, enrollado en una piola. En aquel tiempo
jugábamos al balero, el cual requiere coordinación y mucha imaginación.
Otro divertido juguete era el yo-yo compuesto de dos discos de madera
unidos por un eje central en que giraba hasta hacerlo “dormir” sobre una
cuerda. Viene a mi memoria, las bolas o canicas de vidrio, unas
“carroñas” y otras “lujis” que me encantaba oír el tintinear entre mis
bolsillos
domingo, 6 de agosto de 2017
Después de la tormenta… | El Nuevo Liberal
Después de la tormenta… | El Nuevo Liberal
Cuando ha bajado la marea, razonemos sobre las reglas de comportamiento
intolerantes que se produjeron en los últimos días en la bien amada
Popayán. ¡Qué no dijeron en público y en privado! Fueron implacables y,
despiadados al considerar como verdadera a partir de ciertos indicios
sin tener la certeza real de los hechos. Desafiaron la verdad, hasta el
punto de comprarle boleto de salida al alcalde de Popayán. Malquerientes
de César Cristian, dejaron en el tintero la presunción de inocencia,
reconocida en el artículo 29 inciso 4º de la Constitución Política,
mandato por el cual: “Toda persona se presume inocente mientras no se la
haya declarado judicialmente culpable”.
Cuando ha bajado la marea, razonemos sobre las reglas de comportamiento
intolerantes que se produjeron en los últimos días en la bien amada
Popayán. ¡Qué no dijeron en público y en privado! Fueron implacables y,
despiadados al considerar como verdadera a partir de ciertos indicios
sin tener la certeza real de los hechos. Desafiaron la verdad, hasta el
punto de comprarle boleto de salida al alcalde de Popayán. Malquerientes
de César Cristian, dejaron en el tintero la presunción de inocencia,
reconocida en el artículo 29 inciso 4º de la Constitución Política,
mandato por el cual: “Toda persona se presume inocente mientras no se la
haya declarado judicialmente culpable”.
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